"Tu eres mía...eres mi hija, no me ves como un monstruo, ni como un simple dios de las mentiras, del engaño...eres lo único que tengo en esta vida y lo único que me pertenece, algo que jamás voy a tener que compartir, mi princesa, mi hija,mi vida...
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Wanda Maximoff caminaba por un oscuro bosque, buscando un lugar donde pudiera estar sola, donde pudiera procesar todo lo que había perdido. Había perdido a Visión, a sus hijos, a la familia que nunca llegó a ser. Mientras avanzaba, sintió una presencia a su alrededor, algo antiguo y poderoso. De repente, un brillo verde apareció frente a ella, y de la nada, un hombre alto y de cabello oscuro se materializó.
─ No esperaba encontrar a alguien tan intrigante en un lugar como este ─dijo el hombre con una sonrisa traviesa.
Wanda lo miró con desconfianza, pero algo en él le resultaba familiar.
─ ¿Quién eres? ─preguntó, lista para defenderse si era necesario.
─ Loki, dios de las mentiras y las travesuras, a tu servicio ─respondió con una reverencia exagerada.
Wanda frunció el ceño. Había oído hablar de él, un ser impredecible y peligroso, pero también increíblemente astuto. A pesar de sus recelos, no podía negar que sentía una extraña conexión con él.
─ Wanda Maximoff ─dijo, finalmente, bajando un poco la guardia─. ¿Qué haces aquí?
Loki sonrió.
─ Digamos que estaba explorando el multiverso, buscando algo... interesante. Y creo que lo he encontrado.
Con el tiempo, y tras varios encuentros accidentales que parecían demasiado fortuitos para ser coincidencia, Wanda y Loki comenzaron a trabajar juntos, explorando los límites de sus poderes. Loki, con su ingenio y encanto, logró ganarse el afecto de Wanda. Poco a poco, la tristeza que ella cargaba empezó a desvanecerse.
Sin embargo, lo que comenzó como una colaboración se transformó en algo más profundo. La atracción entre ambos era innegable, y en un momento de debilidad, dieron rienda suelta a sus sentimientos. Fue una relación intensa y pasional, pero ambos sabían que no estaba destinada a durar. Sin embargo, eso no evitó que Wanda quedara embarazada.
Cuando Wanda se enteró, sintió una mezcla de emociones: sorpresa, miedo, pero también una pequeña chispa de esperanza. Loki, al enterarse, se quedó en silencio por un momento, procesando la noticia.
─ Una hija de la magia y la travesura ─murmuró finalmente, con una sonrisa en los labios─. Será una niña especial.
Meses después, Wanda dio a luz a una niña a la que llamaron Freya, en honor a la diosa nórdica de la fertilidad y el amor. Freya era una bebé hermosa, con los ojos de su madre y el cabello oscuro de su padre. Loki, sorprendentemente, mostró una devoción hacia la pequeña que Wanda no había anticipado. Sin embargo, a medida que Freya crecía, la inquietud en el corazón de Wanda aumentaba.
Un día, mientras Freya dormía en su cuna, Wanda descubrió un antiguo grimorio, un libro lleno de magia oscura, en una de las estanterías de Loki. Era el Libro del Mal, y dentro de sus páginas, Wanda encontró un hechizo que le permitiría viajar a otros universos. Universos donde Visión y sus hijos aún existían.
