"Tu eres mía...eres mi hija, no me ves como un monstruo, ni como un simple dios de las mentiras, del engaño...eres lo único que tengo en esta vida y lo único que me pertenece, algo que jamás voy a tener que compartir, mi princesa, mi hija,mi vida...
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Loki estaba en la cocina de su modesta cabaña, concentrado en la preparación de una comida sencilla para él y Freya. La cocina estaba llena de aromas a hierbas y especias mientras él picaba verduras y preparaba una sopa. La tranquilidad del hogar le proporcionaba un respiro necesario después de días de estudio intensivo y preocupaciones constantes sobre su hija.
Sin embargo, su aparente calma pronto se vio interrumpida. Freya, que se encontraba jugando por la casa, decidió explorar el techo nuevamente. Loki había asumido que la pequeña había encontrado algún juguete interesante en el suelo, pero no tardó en escuchar un pequeño ruido proveniente del techo.
Al mirar hacia arriba, vio a su hija caminando sobre el techo como si fuera la cosa más natural del mundo. Freya estaba con un pequeño juguete en la mano, luciendo completamente a gusto mientras sus pies se movían de un lado a otro. La situación era surrealista; la niña se movía con la misma facilidad y seguridad que si estuviera caminando por el suelo.
Loki, con la cuchara de madera en una mano y una expresión de asombro en el rostro, dejó lo que estaba haciendo y levantó la vista hacia ella. Se acercó al borde de la cocina, su rostro reflejando una mezcla de exasperación y preocupación.
— Freya, cariño, ¿por qué estás en el techo? —preguntó Loki con una voz que intentaba mantener la calma.
Freya lo miró desde arriba, sus ojos llenos de curiosidad y diversión. Sin inmutarse, continuó explorando el techo, sin preocuparse por el peligro potencial que podría representar. Loki se preguntó cuánto tiempo había estado allí y cuánto más podría durar su aventura en el techo antes de que ella decidiera volver a bajar.
Finalmente, Loki tomó una respiración profunda y usó sus habilidades mágicas para crear una pequeña plataforma flotante justo debajo de Freya. De esta manera, podría mantenerla a salvo mientras la guiaba suavemente hacia el suelo.
— Ven aquí, pequeña exploradora —dijo Loki, intentando no parecer demasiado ansioso.
Freya, al ver la plataforma mágica, bajó lentamente y aterrizó suavemente sobre ella. Cuando finalmente estuvo en el suelo, miró a su padre con una expresión de satisfacción, como si acabara de completar una misión importante.
Loki suspiró aliviado mientras levantaba a su hija en brazos, sintiendo un peso extra sobre sus hombros. La pequeña se acurrucó contra él, sonriendo ampliamente mientras él la llevaba de regreso a la cocina. La comida, que había estado en el fuego durante el incidente, estaba ahora un poco más fría de lo esperado.
— La próxima vez, ¿podemos evitar caminar por el techo mientras cocino? —preguntó Loki con una sonrisa cansada, mientras le daba un beso en la frente a su hija.
Freya solo se rió, encantada con la reacción de su padre, mientras él la sentaba en la mesa de la cocina y volvía a preparar la comida. A pesar de los desafíos y sorpresas inesperadas, Loki estaba agradecido por estos momentos simples y por la compañía inquebrantable de su hija. Mientras Freya disfrutaba de su comida, Loki no pudo evitar sonreír ante la intrépida naturaleza de su pequeña y la vida impredecible que llevaba.
