𝐇𝐨𝐠𝐚𝐫 𝐝𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐇𝐨𝐠𝐚𝐫

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Loki se encontraba en la habitación que había compartido con Freya en Asgard, empacando cuidadosamente sus pocas pertenencias

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Loki se encontraba en la habitación que había compartido con Freya en Asgard, empacando cuidadosamente sus pocas pertenencias. Las paredes, que habían sido testigos de tantos momentos de incertidumbre, ahora parecían más frías y distantes. Había tomado la decisión de irse, sabiendo que quedarse solo pondría en riesgo a su hija y a él mismo.

Un pequeño maletín estaba abierto sobre la cama, y Loki, con movimientos precisos, doblaba la ropa de Freya, colocando sus vestidos y pijamas dentro. La corona de cuernos que había usado tantas veces en sus días de gloria descansaba en el fondo, ya sin el brillo de antaño. También guardó algunos de los juguetes favoritos de Freya, incluyendo un peluche que Thor le había dado recientemente.

Freya estaba sentada en la cama, observando a su padre con curiosidad. A pesar de su corta edad, la pequeña había percibido el cambio en el ambiente, notando la tensión que flotaba en el aire. Con su chupete en la boca y su cabello desordenado, miraba a Loki con ojos grandes, sin entender completamente lo que estaba sucediendo, pero sabiendo que algo importante estaba por cambiar.

Loki hizo una pausa en su tarea, observando a su hija mientras ella jugueteaba con un pequeño unicornio de peluche. Suspiró, consciente de que abandonar Asgard era la única opción para mantenerla a salvo. Había sido un error traerla a este lugar, un error del cual ahora debía corregir el curso.

─ Freya, nos vamos pronto ─dijo Loki suavemente, arrodillándose frente a su hija─. Vamos a un lugar donde estaremos a salvo.

Freya lo miró con sus brillantes ojos verdes y asintió con la cabeza, aunque no comprendía del todo lo que eso significaba. Loki le acarició el cabello suavemente, dándole una sonrisa que intentaba ser tranquilizadora, aunque sabía que el futuro estaba lleno de incertidumbre.

Loki terminó de empacar, asegurándose de que todo lo esencial estuviera en su lugar. Antes de cerrar el maletín, tomó un momento para contemplar el pequeño cuarto que había sido su refugio temporal. Aunque nunca había considerado a Asgard como su hogar, había tenido la esperanza de que, al menos aquí, él y su hija encontrarían un lugar donde pudieran estar en paz. Pero ese sueño se había desvanecido rápidamente.

Con el maletín en una mano, Loki se acercó a la ventana y miró hacia afuera. La vista de los majestuosos paisajes asgardianos no le trajo el consuelo que una vez podría haberle ofrecido. En lugar de ello, solo reforzó su determinación de dejar atrás este lugar que nunca lo había aceptado verdaderamente.

─ Es hora de irnos ─murmuró, más para sí mismo que para Freya.

Loki tomó a su hija en brazos, sintiendo el calor y la suavidad de su pequeño cuerpo acurrucado contra él. Freya descansó su cabeza en el hombro de su padre, rodeándolo con sus pequeños brazos, como si entendiera que este momento era crucial.

Salieron de la habitación en silencio, recorriendo los pasillos de Asgard que ahora se sentían vacíos y fríos. Las sirvientas y guardias que encontraban en su camino se apartaban sin decir una palabra, algunos con expresiones de desaprobación, otros con indiferencia. Loki ignoró sus miradas, centrándose en lo único que importaba: salir de allí lo antes posible.

𝐇𝐨𝐰 𝐝𝐢𝐝 𝐢𝐭 𝐞𝐧𝐝? || 𝐋𝐨𝐤𝐢 𝐋𝐚𝐮𝐟𝐞𝐲𝐬𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora