𝐋𝐚 𝐁𝐫𝐮𝐣𝐚 𝐄𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐚𝐭𝐚

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El Hechicero Supremo, Stephen Strange, estaba en la sala principal del Sanctum Sanctorum, revisando antiguos manuscritos cuando sintió una perturbación en la energía mágica

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El Hechicero Supremo, Stephen Strange, estaba en la sala principal del Sanctum Sanctorum, revisando antiguos manuscritos cuando sintió una perturbación en la energía mágica. Era como una onda que resonaba en el tejido mismo de la realidad, algo que solo podía significar una cosa: un visitante de otro universo había llegado.

Se levantó de inmediato, extendiendo una mano para abrir un portal hacia la fuente de la perturbación. Al otro lado, en una calle de Nueva York, una joven adolescente corría, su mirada llena de miedo y confusión. Detrás de ella, una figura oscura la perseguía, envolviéndose en un manto de energía roja que destrozaba todo a su paso.

Stephen reconoció de inmediato la energía que rodeaba a la figura: era el caos puro, un poder que solo una persona poseía.

─ Wanda... ─murmuró con incredulidad, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda. Sabía que Wanda Maximoff, la Bruja Escarlata, había estado desaparecida desde la crisis de Westview, pero nunca imaginó que la encontraría de esta manera.

Con un movimiento rápido, Strange atravesó el portal y apareció frente a la joven, levantando una barrera mágica para protegerla de Wanda.

─ ¿Quién eres? ─preguntó, sin apartar la vista de la Bruja Escarlata, quien se detuvo al ver la aparición del Hechicero Supremo.

─ América... América Chavez ─respondió la chica, su voz temblando.─ Puedo viajar entre universos, pero ella... ella quiere mi poder.

─ Está bien, América, estás a salvo ahora ─dijo Stephen, tratando de calmarla mientras mantenía la barrera entre ellos y Wanda─. No dejaré que te lastime.

Wanda, envuelta en un aura de poder oscuro, dio un paso adelante, sus ojos brillando con una intensidad peligrosa.

─ Strange ─dijo con una voz fría y contenida─. No te interpongas en mi camino. No tienes idea de lo que está en juego.

Stephen la miró con tristeza, recordando la amiga que alguna vez fue. Pero ahora, la desesperación y el dolor la habían transformado en algo más, en alguien que haría cualquier cosa por recuperar lo que había perdido.

─ Sé lo que has pasado, Wanda, pero esto no es la forma ─le respondió, su voz firme─. No puedes destruir a esta chica solo para recuperar lo que perdiste. Sabes que eso no es lo que ellos querrían.

Wanda apretó los puños, y el poder caótico a su alrededor aumentó. Los edificios cercanos comenzaron a temblar, y el aire se llenó de una energía peligrosa.

─ No me hables de lo que ellos querrían, Stephen ─replicó Wanda, su tono lleno de dolor y rabia─. Mis hijos están allá fuera, en algún lugar del multiverso, y haré lo que sea necesario para volver a ellos. América tiene el poder para llevarme hasta ellos, y no dejaré que nadie me lo impida.

Stephen supo en ese momento que no había forma de razonar con ella. Wanda estaba demasiado consumida por su dolor, demasiado decidida a recuperar lo que creía que le pertenecía. La única opción que le quedaba era luchar.

𝐇𝐨𝐰 𝐝𝐢𝐝 𝐢𝐭 𝐞𝐧𝐝? || 𝐋𝐨𝐤𝐢 𝐋𝐚𝐮𝐟𝐞𝐲𝐬𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora