𝐌𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

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La quietud en la Torre de los Vengadores se rompía por los sollozos angustiados de Freya

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La quietud en la Torre de los Vengadores se rompía por los sollozos angustiados de Freya. Desde que había sido separada de su padre, la niña no había dejado de llorar, su pequeña voz suplicando por él entre sus gemidos. Thor había hecho todo lo posible por consolarla, pero nada parecía calmar su dolor.

—Papá… —gimoteaba Freya una y otra vez, sus ojos enrojecidos y su rostro empapado en lágrimas.

La situación se volvía más crítica con cada hora que pasaba. Freya se negaba a comer, apenas bebía agua y su piel estaba pálida, casi traslúcida. Cada vez que Thor intentaba acercarle algo de comida, la niña giraba la cabeza, su cuerpo temblando de debilidad y angustia.

—Freya, pequeña, por favor… —rogó Thor, arrodillado junto a la cuna donde Freya se encontraba acurrucada—. Debes comer algo. Papá vendrá pronto, lo prometo.

Pero sus palabras caían en oídos sordos. Freya no entendía las razones, no entendía por qué su padre no estaba con ella, y cada segundo que pasaba lejos de él era una tortura. Con el tiempo, su llanto se volvió más suave, no porque se hubiera calmado, sino porque la fatiga y la desesperación estaban consumiendo sus fuerzas.

Thor sentía un nudo en el estómago al ver a su sobrina tan frágil. Aunque era un dios, nunca se había sentido tan impotente. Las palabras de los sabios en Asgard resonaban en su mente, sus advertencias y su desprecio hacia Freya como si ella fuera una amenaza simplemente por existir. Sabía que no podía quedarse de brazos cruzados mientras la niña sufría de esa manera.

—Tenemos que encontrar a Loki —dijo Natasha, quien había estado observando la escena con una mezcla de preocupación y dolor—. Esto no puede continuar así.

—Lo sé —murmuró Thor, su voz llena de frustración—, pero no sé dónde lo tienen. Nadie me dice nada.

—Tal vez deberíamos intentar un enfoque diferente —sugirió Steve, que había estado en la habitación junto a los demás—. Si podemos averiguar dónde está Loki, podemos sacarlo de ahí. Él es el único que puede calmarla.

Freya sollozó de nuevo, su pequeño cuerpo sacudido por los espasmos de su llanto, y Thor sintió que su corazón se rompía un poco más. Sabía que los Vengadores estaban tratando de ayudar, pero el hecho de que su hermano estuviera perdido en algún lugar, incapaz de proteger a su hija, lo hacía sentir más desesperado de lo que había estado en mucho tiempo.

—Freya, por favor… —volvió a suplicar Thor, acariciando el cabello enmarañado de la niña—. Haré todo lo posible para que vuelvas a estar con papá. No dejaré que te pase nada malo.

Pero Freya solo lloraba más fuerte, su cuerpo frágil acurrucado sobre sí misma, incapaz de entender por qué su mundo se había vuelto tan oscuro. Sin Loki, se sentía perdida, sola en un lugar extraño que no podía comprender.

Thor sabía que no podían seguir así mucho tiempo. Freya estaba debilitándose rápidamente, y si no lograban devolverla a su padre, las consecuencias podrían ser devastadoras, no solo para ella, sino para todos los que estaban involucrados.

𝐇𝐨𝐰 𝐝𝐢𝐝 𝐢𝐭 𝐞𝐧𝐝? || 𝐋𝐨𝐤𝐢 𝐋𝐚𝐮𝐟𝐞𝐲𝐬𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora