🤍Extra🤍

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(Extra basado en cuando Laura conoció a los mellizos Rinaldi, aquí ella tiene 8 años y ellos 9 años)

Bienvenida...

LAURA.

Miro mi ropa en el espejo, luzco bien... Eso es lo único que importa, tocan la puerta y corro por las escaleras para abrir.

--¿Quieres que te corte los pies? -cuestiona mi tía saliendo de su oficina- No corras en la casa. Las mujeres lindas no corren, eso es anti femenino.

Asiento, ella abre la puerta dejando ver a un señor, una anciana y un anciano. Los reparo... Jamás los había visto en mi vida.

Me escondo detrás de una de las murallas al ver qué mi tía se posa firme, sé que no es nada bueno si mi tía hace esa pose de: “No me hablen que corto manos y pies”.

--¿Por qué no la ha enviado? -es lo único que dice el señor de cabello negro, barba y ojos negros.

--Arturo, no está preparada y...

--Para ti soy general Rinaldi. -la interrumpe- Quiero verla.

--¿Qué planeas hacer? Está pequeña. -avisa mi tía- No conoce nada de ese mundo, y todavía no entiende muchas cosas.

--¿Por qué le das explicaciones a una buena para nada? -cuestiona el señor canoso de ojos azules- Me presento: Soy el ministro del EIJL, Edoardo Rinaldi.

--Yo soy Carla Bianco, primera dama. -la señora de cabello blanco y ojos verdes sonríe con amabilidad, ésto antes de empujar a mi tía la cuál cae al suelo.

Esas tres personas entran a mi castillo pisando las manos de mi tía quién muerde sus labios por el dolor.
Me acurruco en una esquina de la muralla cubriendo mi cuerpo con uno de los taburetes de oro.

--¡Busquen a la pequeña! -ordena el hombre viejo.

Comienzan a entrar hombres con uniformes militares a mi castillo, rompen vasos, mesas y todo lo que encuentren.

--¡No es de ustedes! -mi tía se levanta- ¡Es mí sobrina! ¡Yo decido sí va o no va a esa tonta rama judicial!

Mi ceño se frunce, sigo reparando por el pequeño orificio que quedó en mi escondite.

--¡No decides nada! -la señora le da una bofetada a mi tía la cuál nuevamente cae al suelo- ¡Eres nada contra mí! ¡Así que dime dónde está la niña sino quieres que te arranque la lengua por no hablar!

Mi corazón comienza a later con rapidez, no tiene que tratar a Tita así... No son nadie.

--Calmate mamá. -pide el señor Arturo- No hay que matarla, ella hablará.

--¡Tú cállate! -vuelve a gritar la señora- ¡Si yo no te ordeno hablar tú no hablas!

El señor que creo es su esposo se mantiene al margen de la situación, decide tomar asiento en la butaca del viejo piano de mi padre.

--¡No entiendo tu enojo! -refuta su hijo.

--¡Amira! ¡De ahí viene mi enojo! -la señora se posa frente a su hijo- Sigue lastimando a mi nieta y te vas a quedar sin nada... Eso te lo prometo.

--¡Padre dile algo! ¡No puede dejarme sin herencia!

--¡Claro que puedo! -la señora voltea a ver a su esposo- ¿O me vas a negar eso Edoardo?

--Yo jamás te niego nada amore mio. -responde el señor presionando una tecla.

Cierro mis ojos ante el sonido del piano, mis manos comienzan a sudar.

VENGANZA DESEADA (LIBRO I  SAGA MUJERES DE LA MAFIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora