CAP 26

5.8K 395 208
                                    

La carta...

La carta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


AMIRA

Mi cuerpo se siente adormecido, quiero abrir los ojos pero los siento pesados, mi corazón se me acelera al sentir que no puedo moverme.

Trato de entrar en calma y comienzo a abrir los ojos, me estiro en la cama, a mi mente llegan recuerdos de la noche de ayer.

¿Que quiere Adal de mí?

La puerta de mi habitación es abierta, entra Samuel con una bandeja de comida y mi pote de pastillas.

--Que hermosa bella durmiente. -se sienta a mi lado, miro mi vestimenta, estoy en una de mis pijamas de seda.-Yo te cambié.

Asiento recibiendo la pastilla con un vaso de agua, al tomarla Samuel sonríe y agarra un pedazo de mandarina que me da en la boca.

--Tienes que descansar y nada de alterarte.-comienza a darme la comida, mi cuerpo duele a causa de los movimientos y mi cabeza parece querer reventar.

--Me duele mi cabeza. -aprieto la boca para no llorar a causa del horrible dolor, he soportado torturas pero este dolor de cabeza simplemente no tiene límites.

Siento pasos en la escalera, Samuel saca su arma y apunta a la puerta esperando a ver quien entra.
Seguramente sabe lo de Adal Fischer.

--Amira!!-el grito de Andrés lo hace bajar el arma y abrir la puerta.

Andrés golpea con su hombro a Samuel al pasar por su lado, cuando se sienta conmigo comienza a repararme.

--¿Estas bien? -me pregunta acariciando mi mejilla- Solo dime que necesitas y lo conseguiré.

Niego sin poder hablar, estoy segura de que mi lengua no dará para decir una oración sin que mi cabeza explote.

--Mi loca, ¿Como estas? -Laura en el marco de la puerta me mira tratando de retener las lágrimas pero todo en vano ya que en cuestión de segundos comienza a sollozar y Samuel la abraza, mi dramática.

--Estoy... Bien... -carraspeo al sentir mi garganta seca.

Mi hermano aprieta mi mano con fuerza y sus ojos me miran con demasiada nostalgia.
Es normal que estén tan mal, ellos vieron mí inicio en la enfermedad y les duele mucho volver a presenciar ésto después de ocho años.

--Yo debí padecer esta enfermedad no tu. -me dice, aparta su mirada de mí con vergüenza.

Prefiero mil veces padecerla yo a ver a mi hermano sufrir por ella.

--No digas esas cosas. -mi garganta arde y se cortan mis palabras.

Ssmuel me tiende una botella de agua, tomo de ella con lentitud disfrutando el frío bajar por mi garganta seca.

--Ella nesecita estar sola. -dice Samuel al ver que mis ojos pesan, mi hermano me regala un beso en la mejilla y Laura sonríe despidiéndose con la mano- Descansa reina.

VENGANZA DESEADA (LIBRO I  SAGA MUJERES DE LA MAFIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora