Tengo miedo de mirarle.
No se si estoy preparada, se supone que él no estaría en casa aún.
Me ha tomado desprevenida.
Bettina no muestres debilidad.
Me pongo de pie y me giro para verle y ahi está.
Alto, casi tanto como Elbert, viste un traje blanco impecable, tiene los ojos más azules del mundo y su piel está tostada supongo que por vivir en la playa, su cabello negro cae a mechones desordenados adornando su cara, tiene unas facciones bien marcadas igual que su padre, parece de unos veinticinco años, quizas más.
—Hola Bettina—me mira de arriba a abajo un poco confundido.
Rapido caigo en cuenta que no llevo mas que una enorme camiseta y un short de algodón del mercado y que estoy descalza, frente a este hombre pulcro y bien vestido.
Casi quiero que me trague la tierra, debe pensar que soy una persona rara.
Sus aires de superioridad se pueden sentir desde aqui.
Pero no mostraré debilidad, aunque este vestida como indigente.
—Estoy en desventaja... ¿Quien eres tu?—lo miro a los ojos sin bajar la mirada ni un segundo.
Aqui nos vamos a incomodar los dos, no pienso ser la única.
El se ríe, mostrando unos dientes blancos y perfectos.
—Me disculpo por mi mala educación—se acerca más—Soy Giovanni Zannier, tu futuro...
—Ah si, mi futuro esposo—lo interrumpo y estrecho la mano que me ofrece, sus manos son enormes comparadas con las mias—¿Eres tu?—lo miro con detenimiento ahora que esta frente a mi.
Juro que esperaba algo distinto, me lo imaginaba diferente.
—En efecto, soy yo—este hombre no puede ser mas engreído.
Recuerdo como ha sido de patán con Elbert la noche anterior y me enoja enseguida.
—¿Y como deberia llamarte?—lo miro alzando una de mis cejas y el parece confundido—He oido que no dejas que te llamen por tu nombre.
Me mira.
—Puedes llamarme como desees, Giovanni esta bien.
—Creo que te llamaré Señor Zannier, despues de todo tambien estoy prestando un servicio aquí.
Paso de él y voy camino de vuelta a la casa.
—¡Espera!—habla detras de mi—¡Bettina!—su voz de mando me hace detenerme.
Me giro hacia él.
—¿Si? Señor Zannier—contesto burlona, pero el parece haber perdido la paciencia, da dos pasos quedando frente a mi, pero sin llegar a tocarme.
—¿Que te hace pensar que me estas prestando un servicio?—me mira a los ojos desde su altura imponente.
Creo que lo he ofendido, y sin dudas quiero ofenderlo aun más, quizas asi me rechace y no tenga que casarme con él.
—Estoy haciendo a mi padre el favor de casarme contigo, es que imagina lo insoportable que tienes que ser para que tu padre haya tenido que pedirle a mi padre que me case contigo.—suspiro—Supongo que le ha dado miedo a tu papi que te fueras a quedar solito, en tu enorme palacio.
Veo como mis palabras lo han conseguido enojar.
—Pensé que entendias las razones por las que este matrimonio es tan importante, pero ya veo que solo eres una niña malcriada, lo peor es que voy a tener que soportarte el resto de la vida—exhala frustrado—No creas que esto va a hacer que cambie de opinión, yo si sé como funcionan las cosas, asi que espero que sea la última vez que dices algo como eso—me mira—No me estas haciendo un favor, en todo caso el favor es mutuo, a partir de ahora me llamaras por mi nombre y me tratarás con respeto y yo haré lo mismo—acaricia mi mejilla—Despues de todo eres mi prometida.
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El Cartel de Luna 🌙
RomanceBettina tiene una vida perfecta. Es hija de una familia adinerada, y trabaja todos los días por cumplir su sueño de ser una bailarina de Ballet de éxito, todo parece perfecto hasta que su vida se ve afectada por las malas decisiones de su padre, y l...