—Callate—casi le gritó a Elbert.
¿Como se le ocurre decir eso?
No sabe en todos los problemas que me está metiendo.
—No, no me voy a callar ya fue suficiente Bettina—me mira—Esto es una locura, no tiene sentido, te he visto aguantarte las ganas de llorar toda la jodida ceremonia y no es justo que tengas que estar con el cuando evidentemente no lo quieres.
—Elbert por favor, vete—le pido, es que no quiero más problemas, si Giovanni se enoja me hará despedirlo, y yo no quiero tener que echarlo.
—Nunca vas a quererlo Bettina, y lo sabes.
—¡Que te vayas he dicho!.
Nunca en mi vida le había hablado así a Elbert.
Es que me parece muy desubicado de su parte, y a la vez siento miedo por su vida.
Elbert se ve enojado y dolido antes de marcharse.
Miro a Giovanni, está tan molesto como callado.
—Giovanni...—pongo mis manos en su pecho, estoy buscando su mirada, pero el solo mira hacia donde Elbert se ha marchado.
—Tenemos que irnos, es tarde y los invitados nos esperan—habla con seriedad.
¿Que?.
¿Eso es todo?. ¿No va a decirme nada?.
No sé si agradecerle o no, porque no estoy para lidiar con más cosas.
—Lo que acaba de pasar...
—Lo hablaremos luego Bettina—advierte—Ahora mismo tenemos cosas que atender.
Me detengo frente a el y me mira a los ojos.
—Giovanni, de verdad lo siento.
—Hablaremos luego.
Toma mi mano, esta vez no pide permiso, baja las escaleras, y yo voy a su lado.
Abajo están todas las personas, sentadas en sus mesas.
El lugar es enorme y la decoración es preciosa, hay muchísimas flores en todos lados, la decoración es sublime.
En la pista de baile hay pequeños cristales que caen del techo que iluminados por las luces irradian destellos de colores.
A lo lejos veo una montaña de regalos, es enorme la cantidad de regalos de bodas que hay.
Todos nos miran, y aplauden dandonos la bienvenida al salón.
El fotógrafo toma fotos y todos tienen la atención puesta en nosotros.
Giovanni me lleva de la mano hacia la pista de baile.
Dónde inauguraremos la pista, con nuestro primer baile oficial como esposos.
Giovanni me deja de pie en el centro de la pista y se pone frente a mi.
Ahora viste un traje azul cielo y una camisa blanca, con una corbata blanca, sus ojos brillan diferente, se ven más claros con este color.
La orquesta comienza a tocar la música.
Oigo violines, oigo el piano y mucho instrumentos más.
Conozco esta canción.
La voz de Andrea Bocelli suena por todo el lugar.
Giovanni, pone sus manos en mi cintura y me pega a su cuerpo, sube mis manos con ayuda de las suyas hasta dejarlas en su cuello, luego regresa sus manos a mi cintura y comienza moverse contra mi, haciendo que nuestros cuerpos danzen como uno solo.
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El Cartel de Luna 🌙
RomantizmBettina tiene una vida perfecta. Es hija de una familia adinerada, y trabaja todos los días por cumplir su sueño de ser una bailarina de Ballet de éxito, todo parece perfecto hasta que su vida se ve afectada por las malas decisiones de su padre, y l...