🪨 𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 6 🪨

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—Se dice que el lavado de cerebro del Príncipe Heredero se está desvaneciendo gradualmente desde el momento en que la señorita Charlotte Schmidt abandonó la capital. No parece ser una mentira.

—... ¿Ah, sí?

Caius ladeó la cabeza.

—Es verdad.

Unos dedos largos y pálidos golpearon intermitentemente el reposabrazos de madera.

—Lamentable.

Si hubiera sido mentira, podría haberlo utilizado como excusa para ejecutarla. Pero al parecer escapó limpiamente.

—Es inesperado.

Vassel miró a Caius.

—¿De verdad planea vigilarla? —preguntó Vassel con vacilación.

—Vassel, ¿dónde estamos?

—... Lucifemia.

—¿Cuántos soldados lucharon contra los magos negros?

—Más de 3 mil.

—¿Cuántos son de élite?

—... 100.

—¿Esa es suficiente respuesta?

Vassel guardó silencio.

Después de 8 años luchando contra los magos negros, significaba que podía ocuparse fácilmente de una bruja proveniente de la capital.

Los ojos de Caius estaban en todas partes. Desde que esa bruja puso un pie en Lucifemia, nunca estaría libre de una vigilancia minuciosa.

—Sabe sobre la reliquia sagrada —agregó Caius en tono sombrío.

Hace 8 años, la "Espada del Dominio" desapareció junto con partes de los cuerpos de los miembros de la Familia Imperial asesinados.

Se trataba de una de las tres reliquias sagradas que existían en el mundo con una ubicación clara. Su existencia en sí era un secreto, y solo los miembros de la familia directa y los asociados más cercanos sabían sobre ella.

Hasta ahora, mientras Caius mataba a cientos de magos oscuros, nunca encontró a nadie que supiera sobre la existencia de la espada.

—Entonces, hay 2 posibilidades: O la bruja realmente puede rastrear al culpable, o está involucrada en el incidente.

Cualquiera de las dos opciones era algo bueno para Caius.

Ya tenía control sobre Charlotte Schmidt, así que bastaría con dejarla en libertad por un tiempo y vigilarla.

—Por ahora, déjala vagar libremente. Tengo curiosidad por saber qué hará.

—... Sí, entiendo.

—Más importante, ¿qué pasó con el mago oscuro que estabas persiguiendo?

—Tengo una idea aproximada de su ruta de escape. Al parecer huyó hacia las montañas de la frontera norte. No puede haber llegado muy lejos del Gran Ducado todavía.

—Parece tener mucha prisa si se dirige al norte, donde no hay más que montañas nevadas.

—Es un criminal peligroso que ya ha matado a varias personas. Menos mal que no se dirigió a la ciudad.

—Ahora está atrapado como un ratón en una trampa. ¿Debería ir yo mismo?

—No, me encargaré.

—Sí, después de 8 años, ya es hora de que lo hagas tú mismo.

Me seduce el ingrato que quiere matarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora