-Charlotte, te amo.
-... ¿Eh?
Al abrir los ojos, me di cuenta de que había poseído a la temida villana de la novela que escribí, y esto justo después de haber lavado el cerebro al protagonista masculino.
¡Qué locura! No quiero besar al protagonista...
—¡Puta, no te atrevas a dar un paso fuera de la habitación!
Fui encerrada en la habitación por una orden colérica del Conde, quien llegó tardíamente corriendo.
Decenas de caballeros ahora montaban guardia fuera de mi habitación.
¿Dónde salió mal?
—Estoy volviéndome loca.
Mi campo de visión se oscureció.
Suspiré profundamente y me miré las manos. Mis muñecas blancas y delgadas estaban rodeadas por grilletes.
Eran dispositivos de control mágico que el Conde le ponía a Charlotte cada vez que le desobedecía. Debido a la absorción forzada de poder mágico, sentía un dolor agudo cada vez que movía mis muñecas.
—¿Por qué me pones los grilletes solo cuando te conviene? ¿No es una violación a mis derechos humanos?
Aunque soy una hija adoptada para ser utilizada, no es justo este trato. Hablando con franqueza, el 80% de la razón por la que Charlotte se convirtió en una villana enloquecida por la inferioridad fue a causa del Conde y su esposa.
De no haber sido discriminada en comparación con su propia hija, Leoni, se habría convertido simplemente en una maga un poco adusta y competente.
¿Dónde más existe alguien capaz de dominar tanto la magia blanca como la negra? ¡Charlotte es un genio único en todo el continente!
Me detuve, cansada de mi enfado.
«No puedo hacer nada ahora.»
Todo esto es mi karma.
—Ay, me duelen las muñecas.
Ya estaba sufriendo por el control mágico, pero ahora los grilletes me estaban cortando la circulación.
—No puedo escapar...
Leoni se desmayó por el shock y el Conde junto a su esposa estaban furiosos. Si las cosas continuaban así, estaré encerrada en esta habitación hasta que el Emperador me interrogue y me condene a muerte tras un largo juicio tedioso.
No quiero morir de esa forma, por mucho que sea una villana.
—Debería declararme culpable.
Llegué a una conclusión rápida.
Inevitablemente seré ejecutada si el Emperador comienza una investigación formal, pero podría tener en cuenta mi cooperación si me declaro culpable. Y con mucha suerte, sería sentenciada al exilio.
—Muy bien, vamos.
Me levanté.
—Ah, sí, no puedo usar magia ahora...
Me detuve, recordando los grilletes.
Quería usar magia para teletransportarme, pero no podía.
Me alejé de la puerta, donde estaban los caballeros montando guardia, y abrí la ventana. Por suerte, no vi ningún guardia debajo de la ventana.
—El problema es que estoy en el segundo piso.
Bueno, no me mataré si caigo... Estaré bien si aterrizo en los arbustos.
—¡Uff!
Cerré los ojos con fuerza y me lancé hacia abajo.
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