🪨 𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 23 🪨

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—¡Lo siento, lo siento!

Sintiendo el calor subiendo hasta mi cabeza, rápidamente cerré la cortina y di media vuelta.

Caius se asomó por la cortina con la camisa puesta.

—Parece que eres de los que traman planes con bastante inteligencia.

—De verdad, lo siento...

—Supongo que este tipo de cosas son de tu agrado.

Caius sonrió mientras jugueteaba con la cortina.

¿Pregunta si es de mi agrado?

Sin embargo, dado que fue mi error, mantuve la boca cerrada y agaché la cabeza. Además de ser vergonzoso y embarazoso, sentí que le había dado a este tipo una excusa para molestarme.

—Entonces, ¿cuál era tu petición? ¿O acaso deseabas admirar mi cuerpo usando esa excusa?

Calmé mis mejillas sonrojadas y evité el contacto visual.

—Me preguntaba si serías tan amable de darme un laboratorio cuando regresemos. La ubicación es irrelevante.

—Ah, ¿de repente abriste la cortina solo para preguntar eso?

—Sí.

Deseo poder retroceder el tiempo.

¿Por qué no existe la magia oscura para retroceder el tiempo?

—... Soy una experta en pociones mágicas. Cuando regrese, me gustaría intentar algunas cosas. Si me das un laboratorio, prepararé muchas pociones mágicas que sean útiles para el territorio.

No era mala idea hacer esto y aquello porque de todos modos probablemente me fuera de este mundo en cuanto terminara el elíxir. Más que nada, solo así tendré una excusa para conseguir un laboratorio.

Caius, pensativo durante un rato, asintió.

—Pensaré en la ubicación.

—¿En serio?

¿Tan dispuesto?

—Lo dije, es una recompensa por tus logros.

¡Increíble!

¡Qué impresionante!

—Gracias. Como solo será por un tiempo, no necesito un laboratorio grande. Lo usaré bien, sin importar dónde sea.

Caius me miró fijamente durante un momento.

—Hablando de eso, ¿has pensado dónde y cómo vivirás dentro de un año?

—Bueno, para empezar planeo comprar una casa al otro lado de la frontera. Algún lugar donde nadie me conozca estaría bien —respondí, doblando los dedos—. También planeo comprar algo de tierra para cultivar y, como la moneda en el continente es la misma, ahorraré el salario que reciba trabajando en el Gran Ducado como fondo de establecimiento... Después de eso, aún no estoy segura. Solo he pensado hasta allí.

Porque a partir de entonces será la vida de Charlotte, no la mía.

Ella decidirá qué tipo de vida tendrá al otro lado de la frontera.

—No pareces tener intención de regresar a la capital.

—¿Cómo podría volver si fui expulsada? No tengo una razón para regresar. Y tampoco hay nadie a quien desee ver.

Volver a la capital sólo significaría rodearme de personas hostiles. Sobre todo, no quiero que Charlotte se reencuentre con el Conde y su esposa.

Fueron unos padres maravillosos para Leoni, pero en cuanto a Charlotte solo eran personas que la utilizaron.

Me seduce el ingrato que quiere matarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora