🪨 𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 26 🪨

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Aunque no debería decirlo, los magos oscuros de este mundo eran realmente una especie peculiar. Su ansia de poder mágico no tenía límites a tal punto que terminaron negociando con los demonios para maximizar su poder.

A cambio de tomar prestado y utilizar el poder de los demonios, tomaron la decisión de ofrecer un sacrificio una vez cada diez años en sus dominios.

El último sacrificio de los magos oscuros fue exactamente dos años antes de perder sus dominios, así que hoy se cumplieron exactamente 10 años.

—Heh, parece que todavía uno me reconoce.

El demonio sonrió con arrogancia.

—Sí, sí.

Yo conocía bien a este demonio.

Aunque era un joven demonio que aún no alcanzó la mayoría de edad, poseía un poder notablemente fuerte en el mundo demoníaco.

«No tengo idea de cuánto se esforzaron los magos oscuros para invocar a este niño.»

Los jóvenes demonios, llenos de poder, eran valiosos.

«¿Cómo pudo aparecer justo cuando lo necesito?»

Puede tener una actitud un poco grosera, pero sería un amigo bastante útil y encantador.

—¿Por qué sonríes de esa forma? Me da escalofríos.

—¿Lo hice? Es porque estoy encantada de conocerte.

—Encantada de conocerme y una mierda. Hablando de eso... ¿También eres un mago oscuro?

—Uhm... No del todo, ¿solo a medias?

—¿Qué tonterías dices? En fin, está bien. Desátame ahora mismo. No puedo deshacerme de estas malditas cadenas. No entiendo de qué están hechas.

El demonio extendió sus manos hacia mí.

—¡Bastardos desagradecidos! Si iban a darme un sacrificio, deberían haberlo hecho puntualmente. Pero además de destruir el altar, ¿se atrevieron a atacarme cuando vine por el pago? ¿Y eso con un maldito caballero a cuestas? ¿Cómo demonios unos magos oscuros lograron contratar a un caballero sagrado?

Vaya.

«Todavía no sabe que el dueño del territorio ha cambiado.»

De alguna manera sentí un poco de lástima por el joven demonio, así que coloqué una mano sobre mi pecho y hablé con pesar.

—Aún no te has enterado de la situación, ¿verdad? Eres pelusa de perro*.

*Pelusa de perro: se refiere a la idea de que alguien es insignificante o está en una situación desesperada. El término tiene una connotación negativa y despectiva, indicando que la persona no tiene valor o es inútil en la situación actual*

—... ¿Qué?

—El Señor del territorio ha cambiado en los últimos 10 años. Ahora no hay ningún mago oscuro aquí.

El demonio frunció el ceño. Tenía la expresión de completa incomprensión.

—¿Qué dices? Tú eres...

—Ya lo mencioné, soy una maga oscura a medias. Una híbrida.

Le informé amablemente del hecho de que, hace 8 años, el Gran Duque de Lucifemia les arrebató el territorio a los magos oscuros, eliminó cuidadosamente todos los rastros de magia oscura incluido el altar, y ahora el territorio era completamente nuevo.

Me seduce el ingrato que quiere matarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora