Día 1: Bratting [OMEGA X]

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Taedong miró todos los ingredientes de la cocina antes de decidir qué preparar. Ese día le tocaba encargarse de la cena y si bien cocinar no era su cosa favorita del mundo, todavía planeaba hacerlo bien, porque no tenía pensado escuchar las quejas de los miembros por algo mal hecho. Decidió hacer una pasta sencilla, pero que sabía que le gustaba a los miembros.

Sacó todos los ingredientes, pero se dio cuenta de que lo que tenía no le alcanzaría para hacer suficiente salsa para todos. Soltó un suspiro, pensando que tendría que hacer otra cosa, pero entonces vio a Xen dirigirse a la puerta, con ropa para salir a la calle.

– Xen ¿Vas a salir?

– Sí. – El menor respondió de forma cortante.

– Podrías por favor traerme unos... – No terminó de hablar porque lo interrumpió.

– No ¿Por qué carajos no compras lo que necesitas por ti mismo? ¿Acaso eres tan inútil que no puedes hacer ni eso? Vete a la mierda y haz tus cosas por ti mismo.

Se quedó quieto por un instante, confundido por lo que acababa de escuchar. Ese mocoso irrespetuoso.

– ¿Qué me dijiste? – Le preguntó comenzando a sentir el enojo crecer dentro de él.

– Lo que escuchaste.

No podía creer la valentía de Xen para hablar de ese modo ¿Cómo se atrevía el descarado?

Xen volvió a caminar a la puerta para salir, pero se apresuró a sujetarlo para detenerlo.

– ¿A dónde crees que vas?

– Tengo más cosas que hacer en la calle que tus mandados, quítate.

Lo sostuvo con fuerza del brazo sin permitir que se soltara, estaba loco si creía que lo dejaría irse así como así.

– No vas a ir a ningún lado. Ni por un segundo creas que te irás libre de problemas después de ser tan irrespetuoso con tu hyung.

– Esto es solo por tus cosas ¿No es así? Ya dime qué es y déjame en paz de una maldita vez.

Negó, Xen no entendía nada. Lo jaló hasta llevarlo a la cocina y lo obligó a recostarse sobre la encimera. Lo sostuvo en la posición a pesar de la lucha con uno de sus brazos y con el otro buscó algo que pudiera usar para enseñarle una lección.

– ¿¡Qué mierda crees que estás haciendo!? ¡Suéltame!

– Te voy a enseñar una lección, porque parece que olvidaste que tienes que ser respetuoso.

Tomó una cuchara de madera y, sin previo aviso, le dio un fuerte golpe al menor.

– AH. Deja de ser tan dramático ¡Suéltame! – Se retorció, buscando una forma de escapar a su agarre.

– No te voy a soltar hasta que hayas aprendido algo, y a menos que dejes esa actitud a un lado y pienses por un segundo en por qué lo que me dijiste estuvo mal no creo que esto se acabe pronto.

Repartió golpe tras golpe, rápidamente formando un ritmo y secuencia. Xen seguía retorciéndose y gritando, pero lo sostuvo con fuerza y siguió sin inmutarse.

– ¡AH Taedong! ¡Suéltame carajo, eso duele!

– En primer lugar, ahora mismo soy hyung para ti, y en segundo lugar, no quiero escuchar más groserías de tu boca. Me llamas solo por mi nombre otra vez o dices una sola mala palabra más y tendrás que despedirte de tus pantalones.

– Deja de decir estupideces. Si crees que vas conseguir algo con golpearme, que te rogaré perdón por supuestamente haber sido irrespetuoso, estás muy equivocado. No vas a conseguir nada de mi, Taedong. Porque no hice nada malo.

Soltó un momento la cuchara para bajarle los pantalones, sin soltar nunca su espalda para mantenerlo en su sitio.

– No solo lo creó, Jinwoo. Estoy seguro de que lo harás. Y ahora en serio te recomiendo que te calles, porque cada vez que abres la boca solo dices cosas que te meten en más problemas.

Retomó el castigo, esta vez dio golpes más fuertes y rápidos, asegurándose de cubrir absolutamente todo el trasero del menor de un inmenso dolor. También golpeó la parte superior de sus muslos, que no alcanzaba a cubrirse por la ropa interior y adquirieron un color rosado casi de inmediato.

Esta vez Xen se quedó callado y por fin dejó de retorcerse. Si fuera cualquier otra persona Taedong estaría seguro de que habría dejado de pelear y comenzaría a regañarlo, sabiendo que lo escucharía, para acercarse al fin del castigo. Pero era Xen, no había dejado de pelear, simplemente se guardó toda su furia, su orgullo lo obligaba a comportarse, no porque se hubiera arrepentido, sino porque quería demostrarle que sus golpes no lo afectaban y que cuando se cansara se daría cuenta de que toda su actitud seguía intacta.

Lo bueno es que el orgullo de Xen no era tan grande como su resistencia al dolor, así que solo había que acercarse un poco a sus límites para que dejara su actitud de lado y empezara a pensar en lo que había hecho. No pasó mucho tiempo hasta que pudo escuchar el primer sollozo del menor, no estaba cargado de furia ni de resentimiento, simplemente manifestaba el dolor que estaba sintiendo.

– Fuiste irrespetuoso, Jinwoo. Sabes muy bien que debes tratar a todo el mundo con respeto, pero especialmente a tus mayores.

– Lo siento. – Se disculpó casi en un susurro, pero eso fue suficiente para Taedong, por fin estaban avanzando.

– No quiero que vuelvas a hablarme ni a mi ni a nadie del modo en que lo hiciste. Si no quieres hacer un favor puedes decir que no, pero lo mínimo que deberías hacer es al menos dejar que la persona termine de hablar.

– Lo siento. – Dijo esta vez un poco más alto, dejando en evidencia que su voz estaba rota. – N-no lo volveré a hacer. H-hyung, duele.

– Lo sé, terminaremos pronto.

Y efectivamente repartió unos últimos fuertes golpes antes de detenerse. Dejó la cuchara de madera a un lado y cambió el fuerte agarre por suaves caricias en la espalda del menor. Ninguno dijo nada por un rato, Xen simplemente trataba de calmar su llanto y Taedong estaba junto a él siendo reconfortante.

Cuando Xen se levantó, Taedong lo recibió con un dulce abrazo.

– Lo siento mucho, hyung. – Dijo con algunos hipidos de por medio.

– Está bien, ya pasó. Te perdono. Solo no lo vuelvas a hacer.

Xen se acurrucó más en el abrazo. – No tenía la intención de ser tan grosero, solo estaba molesto. Perdón.

– ¿Te gustaría hablar de eso? – Le preguntó suavemente.

Xen negó. – Es solo que pelee con Jehyun. – Se quedó en silencio después de eso hasta que recordó algo. – Hoy te toca encargarte de la cena. Lo siento ¿Qué era lo que necesitabas? Iré a comprarlo.

– Ya no te preocupes por eso, pediré un domicilio. Mientras tanto ¿No crees que sería buena idea que hables con Jehyun? Estoy seguro de que cualquier cosa que haya pasado la pueden resolver hablando y aclarando malentendidos.

Xen asintió y después de darle un último abrazo fue a buscar a Jehyun. Taedong pidió el domicilio y luego volvió a guardar lo que había sacado de las alacenas y de la nevera para cocinar. Se quiso golpear cuando mirando bien en la nevera encontró los ingredientes que le iba a pedir a Xen que comprara, se pudo haber ahorrado toda la escena si tan solo hubiera revisado un poco mejor.

Spanktember 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora