Día 4: Restraints [Boys Planet]

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– Entonces realmente vamos a hacer esto. – Woongki dijo nervioso.

– Sí, vamos a hacerlo. – Seowon confirmó, estaba un tanto incómodo.

Seowon y Woongki se volvieron amigos rápidamente después de que comenzara el programa, ambos estaban en otros grupos y podían compartir experiencias sobre su tiempo en la industria. Estaban acostumbrados a cosas que la mayoría de los participantes no habían ni siquiera contemplado, una de esas cosas era la disciplina.

En una ocasión estaban hablando sobre cómo se manejaban las cosas en sus grupos y se dieron cuenta que eran muy similares en varios aspectos. Resulta que ambos grupos recurrían a las nalgadas como forma de castigo. Por bromear prometieron que si alguno llegaba a meterse en problemas durante el programa, el otro se encargaría de castigarlo, aunque en realidad ninguno tenía mucha experiencia siendo el encargado de dar el castigo.

Era un tema con el que jugaban de vez en cuando, pero que nunca se tomaron realmente en serio, ya que pensaron que nunca llegaría el día en que tuvieran que cumplir la promesa. Pero el día llegó. Woongki solía ser bastante energético y divertido, pero por las mañanas se ponía un poco gruñón y grosero. Esa mañana en concreto no despertó con la mejor actitud y terminó siendo un poco demasiado grosero con algunos de los participantes, Seowon incluido.

– Sabes... cuando dijimos que haríamos esto si llegaba a ser necesario en realidad estábamos bromeando ¿No? – Hizo un último esfuerzo por hacer que Seowon cambiara de opinión.

– No importa si hablábamos en serio o no en ese momento, ahora mismo estoy hablando en serio. No quiero hacerlo, Woongki, pero creo que es necesario.

– E-está bien. – Dijo nervioso. – Si crees que es necesario no pelearé más contigo.

– Bien, aunque antes de iniciar hay que hacer ciertas cosas. – Se ganó una mirada confusa al decir eso. – Lo mejor será intentar que nadie nos escuche y que no quede grabado nada de esto.

Woongki asintió y siguió las indicaciones del mayor. Cerraron la puerta con llave, cubrieron la cámara de la habitación y apagaron los micrófonos.

– Creo que así está bien, por último ¿Qué tan bueno eres para tomar un castigo? – Woongki se sonrojó y le respondió negando con la cabeza, sin necesidad de palabras. – Bien entonces creo que usaré esto. – Dijo tomando algo de uno de los cajones.

– ¿Una corbata? ¿Para qué vas a usar eso? – Woongki preguntó, sin tener la menor idea de lo que pasaba por la cabeza de Seowon. Este no le respondió, pero empezó a hacer lo que tenía pensado. – ¿V-vas a atar mis manos? – Estaba un tanto sorprendido y asustado al respecto, pero no luchó cuando Seowon sostuvo sus manos detrás de su espalda y las ató.

– No creo ser capaz de sujetarte si llegas a tratar de cubrirte, que voy a asumir es algo muy probable. – Woongki hizo una mueca, no podía discutir contra eso. – ¿Está muy apretado?

– N-no, está bien. – Seowon lo miró fijamente sin decir nada, poniéndolo nervioso. – ¿Por qué me miras así?

– Perdón, es solo que es raro verte tan callado y tranquilo.

– No estoy tranquilo. Me estoy muriendo de los nervios, y creo que es algo normal considerando lo que está a punto de pasar. – Se quejó.

– Lo sé, y no te estoy juzgando, pero por favor no olvides que lo que va a pasar es por culpa de tus acciones y de nada más.

– Lo siento. – Woongki bajó la mirada. – No era mi intención tratarte ni a ti ni a nadie del modo en que lo hice. – Seowon puso una mano en su espalda brindando confort. – Seowon, podemos terminar con esto de una vez, por favor.

Seowon asintió y lo ayudó a posicionarse sobre su regazo. Era una posición incómoda de por sí, pero que Woongki tuviera las manos atadas solo lo hacía peor. Seowon se tomó su tiempo para iniciar, también hizo otro par de preparativos previos. Sostuvo las piernas de Woongki con una de las suyas para mantenerlas en su sitio y puso una mano en la espalda de este para que no fuera a tratar de levantarse.

– Si quieres gritar muerde la almohada, no quiero que los demás vengan hasta aquí preocupados. – Woongki asintió. – Voy a empezar.

No estaba acostumbrado a ser quien daba el castigo y había pasado un tiempo desde la última vez que tuvo que hacerlo. Empezó sin pensar demasiado, confiando en que su memoria muscular haría el trabajo. Después de unos pocos golpes pudo escuchar un quejido ahogado de Woongki, así que supuso que lo estaba haciendo bien.

Woongki no mentía cuando dio a entender que no era bueno tomando un castigo. Desde el comienzo, y a pesar de todo lo que hizo Seowon por impedir que se moviera, se retorció y soltó quejidos que fueron amortiguados por la almohada. Tuvo que acomodarlo varias veces sobre su regazo porque se movía demasiado, Woongki se disculpaba cada vez que tenía que hacerlo, pero no era capaz de controlarse.

– Entiendo que a veces no estés de buen humor, pero no puedes desquitarte con los demás de esa forma. – Comenzó a regañarlo cuando finalmente pudo hacer que se quedara quieto.

– L-lo siento. – Woongki se disculpó entre sollozos.

Seowon continuó con el castigo durante un largo rato, añadió cosas al regaño un par de veces y lo tuvo que reacomodar en su regazo en tantas ocasiones que perdió la cuenta. Se extendió más de lo que lo habría hecho con alguno de los miembros de su grupo porque Woogki y él habían acordado que si tenían que darle un castigo al otro sería sobre toda su ropa. Cuando finalmente terminó, Woongki estaba sollozando profundamente.

Desató sus manos y soltó sus piernas, pero no lo ayudó a levantarse de inmediato, acarició su espalda con cariño hasta que se recompuso un poco y fue capaz de levantarse. Luego lo ayudó a sentarse en sus piernas con cuidado de no lastimarse y lo abrazó.

– Lo siento mucho, Seowon. – Woongki se disculpó de nuevo cuando se calmó lo suficiente.

– Está bien, ya pasó ¿Te sientes mejor? – Le preguntó, limpiándole las lágrimas.

– Sí. Duele mucho, pero en todos los demás aspectos me siento mejor. – Bromeó, volviendo a su actitud de siempre. – Deberíamos dejar todo como estaba antes ¿No? Si se dan cuenta que mantuvimos la habitación sin cámaras ni micrófonos por mucho tiempo pueden malinterpretar las cosas.

– ¡No digas esas cosas! – Dijo sonrojándose al entender a lo que se refería, pero luego soltó una carcajada, ese era su Woongki de siempre.

Spanktember 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora