Día 30: Praise [OMEGA X]

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Yechan siempre fue una persona sensible. Las pequeñas cosas a las que nadie les prestaba atención siempre lo alegraban o entristecían, cuando hacía algo que sabía que estaba mal siempre se terminaba sintiendo culpable aunque no lo hubieran regañado.

Esa tarde había tenido una discusión absurda con Hyuk por ver quien se bañaría primero. En el calor del momento dijo cosas que no sentía y ahora, un par de horas después, se sentía inundado en el arrepentimiento. En cada segundo que pasaba viendo al techo los recuerdos de lo que dijo llegaban a él y lo hacían sentir peor de lo que ya estaba. Todavía no había hecho las paces con el mayor y la simple idea de verlo le causaba malestar, quería disculparse, pero quería disuadir un poco la culpa que sentía primero.

Caminó con pasos lentos hasta una habitación en particular, en realidad odiaba la idea, pero sabía que era la mejor forma de lidiar con la culpa y confiaba en que Sebin podría ayudarlo. Tocó la puerta y esperó. Sebin no tardó en decirle que entrara.

— Yechan-ah ¿Pasa algo?

— Sí... hyung, sobre lo que hablamos la última vez ¿Podrías c-castigarme, por favor? — Preguntó en voz baja, sintiendo sus mejillas sonrojarse.

Sebin lo miró con atención y cariño, se sentó en la cama y lo invitó a sentarse junto a él. — ¿Ahora qué pasó? ¿Por qué te sientes culpable?

— Otra vez discutí con Hyuk hyung. Le dije cosas que no debí decirle. — Respondió con la cabeza gacha.

— ¿Qué le dijiste? — Sebin le preguntó poniendo una mano en su pierna, haciendo que se tense.

— L-le dije que era un maldito egoísta que solo pensaba en sí mismo. Que no pensaba una mierda en los demás y que nunca podía hacer un favor. Le dije que odiaba estar en el mismo grupo y vivir en el mismo dormitorio que él . — Sebin endureció su mirada. — Ya sé que estuvo mal. — Tragó saliva.

Sebin soltó un suspiro. — Es bueno que lo reconozcas, y me alegra que hayas decidido venir conmigo. Entonces te voy a castigar, porque lo que hiciste estuvo mal, para que recuerdes que no debes hablarle de ese modo a tu hyung y amigo, y para que dejes de sentirte tan culpable al respecto. Luego te disculparás con Hyuk y tratarán de hacer las paces. Después podremos seguir adelante, dejando esta situación atrás, pero quedándonos con la lección ¿Todo eso queda claro?

— Sí, hyung.

— Bien, entonces comencemos. — Lo guió con cuidado sobre su regazo, permitiendo que se acomode en la incómoda posición.

Yechan cerró los ojos esperando el impacto. La primera nalgada llegó pronto, fue firme y consistente, tal como suelen ser los castigos de Sebin. Una tras otra empezó a calentar su trasero.

— Realmente me enorgullece que seas capaz de reconocer tus errores, Yechan. Espero que después de esto pienses en lo que vas a decir antes de hablar para que no termines ofendiendo a nadie.

— P-pensaré antes de hablar. — Hizo una mueca por el dolor. — Lo siento.

— Sé que lo sientes, está bien. — Le dijo con cariño pero sin suavizar sus golpes.

Yechan comenzó a soltar pequeños quejidos por el dolor. Y tuvo que contener las ganas de discutir cuando el mayor le quitó sus pantalones de pijama. Las nalgadas sobre su ropa interior dolieron mucho más y no se necesitó de mucho tiempo para que empezara a llorar.

— Shh, está bien. Ya casi terminamos, solo un poco más. Lo estás haciendo muy bien.

El castigo terminó poco después con unos golpes especialmente fuertes. Siguió llorando en la cama durante un largo rato, no había sido tan fuerte como de costumbre, peró había dolido bastante.

— Lo hiciste genial, Yechan. Estoy orgulloso de ti. — Sebin en ningún momento dejó de darle cumplidos y decirle palabras consoladoras.

Cuando se calmó un poco permitió que lo ayudara a sentarse sobre sus piernas.

— Bien hecho, Yechan.

— Sabes hyung... lo normal en esta situación es que me regañes, no que seas tan amable conmigo. — Soltó una pequeña risa en medio de sus lágrimas.

— ¿Pero si ya sabes lo que hiciste mal cuál es el punto de regañarte? — Se quejó de una forma un tanto infantil. — ¿Cómo te sientes ahora?

— Estoy mejor, creo que es momento de ir a hablar con Hyuk. — Se puso de pie y volvió a ponerse los pantalones.

— Iré contigo. Algo me dice que será lo mejor.

No discutió al respecto y caminó hasta la habitación de Hyuk, la puerta estaba abierta y sabía que de no ser por la mirada severa que le dio Sebin, le habría cerrado la puerta en la cara.

— ¿Qué quieres? — Le preguntó con fastidio, dándole la espalda.

— Lo siento. — Le respondió sin verse afectado por su rudeza. — Fui grosero y malo contigo antes. Me dejé llevar por el momento y te dije cosas que no debí. Perdón.

Hyuk lo volteó a ver con curiosidad, sorprendido por la disculpa. Luego se fijó en sus ojos rojos y no tardó en conectar las señales.

— ¿Recibiste una...? — No terminó la pregunta porque decir la palabra en voz alta era vergonzoso y estaba seguro de que había entendido.

— Sí, yo la pedí.

— ¿Por qué harías algo así? Yo también te dije cosas hirientes, si tu recibes una y yo no voy a quedar como el villano. — Se quejó.

— Si quieres una tunda puedo ayudarte. — Sebin le dijo de forma despreocupada.

— Eso no es lo que quería decir. — Dio un paso hacia atrás mientras sentía su rostro sonrojándose. Pero volvió a fijarse en los ojos rojos del maknae y recordó las palabras que le dijo y... — ¡Aish! ¡Está bien! — Sacó a Yechan de la habitación y entró a Sebin de un jalón, luego cerró la puerta. — ¡No te atrevas a escuchar! — Le gritó a Yechan y quiso abrir la puerta y golpearlo cuando lo escuchó reírse.

— ¿Comenzamos? — Sebin preguntó de forma calmada, sentándose en la cama.

Tragó saliva antes de asentir, mataría a Yechan por hacerlo pasar por eso.

Spanktember 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora