Solo una noche [sanegiyuu]

Capítulo 7: El Pilar del Chisme

—Ya te puedes levantar, Shinazugawa-San.

La voz de Shinobu llega hasta el pasillo cuando ella se despide de Sanemi. La puerta corredera se abre y se vuelve a cerrar.

Al levantar la mirada, Giyuu descubre a la pilar de insecto a su lado.

—Ara, ara, Giyuu-san, has venido con Shinazugawa. ¿Por qué no pasaste a dentro?

Giyuu la mira en silencio porque realmente no sabe qué contestar. ¿Por qué decidió acompañar a Sanemi pero luego no quiso entrar con él? Ni siquiera sabe qué decirse a si mismo.

—¿No vas a responder? Como quieras, ya me contarás luego qué pasó con vosotros dos —ensancha su sonrisa y le da un par de palmaditas en el hombro-. Según Shinazugawa ahora tenéis una cita, así que no os robo más tiempo. Sayonara~

Desaparece por el extremo del pasillo dejando a Giyuu solo y confundido. ¿Una cita? ¿Desde cuándo desayunar se considera una cita?

Justo en ese momento, la puerta vuelve a abrirse y Sanemi sale al pasillo.

—Hola —dice—. Bueno, hola de nuevo, me refiero.

—Hola.

Sanemi fuerza una especie de sonrisa tensa.

La situación es realmente incómoda y Giyuu no tiene la menor idea de cómo solucionarlo. Es raro que ambos sepan que le gustan al otro pero que no lo hayan dicho directamente. No tiene muy claro cómo debe comportarse. No son pareja, claro, pero tampoco le parece muy adecuado actuar como amigos. Por otra parte, ellos dos nunca han sido amigos; ¿cómo se supone que actuarían si lo fueran?

—¿Vamos ya a desayunar? —pregunta.

—Claro. —Sanemi parece aliviado por que él lo haya dicho antes. Empiezan a caminar hacia la salida—. Hay una cafetería cerca de aquí dónde preparan dulces muy buenos. Hace unos meses Uzui me hizo a ir a una de las reuniones del Pilar del Chisme y los dulces fueron lo único que me convenció de no largarme.

Cruzan el jardín de la Mansión Mariposa y salen a la calle.

—¿El Pilar del Chisme? —repite Giyuu.

—¿No te han invitado nunca? Uzui, Rengoku, Himejima, Kanroji y Obanai se reúnen una vez por semana (si les dejan las misiones), para compartir chisme. Así le llaman a las reuniones. A veces invitan a otros pilares por si saben algo que ellos no. Yo fui una vez, pero solo porque pensé que íbamos a criticar a los demás, no a teorizar sobre a quién le gustaba quién y otras mierdas románticas.

Giyuu se siente enrojecer tras la mención a los flechazos. Por suerte, ambos acaban de llegar a la cafetería y Sanemi interrumpe su explicación para abrirle la puerta.

—Puedo abrirla yo.

—Lo sé —sonríe Sanemi. Es tan raro que sea amable con él que Giyuu se lo queda mirando unos segundos—. Acéptalo de una vez o te quedas fuera, Tomioka.

Así que Giyuu entra al local.