Capítulo 4: Mar en calma

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Sanemi se queda congelado en el sitio.

Ese mínimo contacto entre los labios de ambos calma el picor totalmente, dejando que su cerebro se centre en lo agradable de la sensación de besar a Giyuu. En como la electricidad sacude su cuerpo, acelerando el ritmo de sus latidos y entorpeciendo su respiración. Nota la sangre subir hasta sus mejillas.

Giyuu también se ha sonrojado. El flequillo oscuro le cae sobre los ojos, cerrados en una expresión concentrada.

Sanemi cierra los párpados. Se dispone a devolver el beso cuando el pilar del agua se aparta de golpe. Cubre su boca con el dorso de una mano, manteniendo la otra del pecho de Sanemi. Ha vuelto al tono tomate.

—Lo siento —murmura. Parece estar enfadado consigo mismo.

—¿Qué? No, no. No me hagas esto. No tienes ningún derecho a jugar conmigo así, idiota.

Giyuu lo mira con una expresión que no llega a ser una sonrisa, pero se le parece.

—¿Qué pasa? —gruñe Sanemi—. ¿Dónde mierdas está la gracia?

—Vuelves a hablar como el Sanemi normal.

Aun está intentando procesar que Giyuu lo haya llamado por su nombre cuando este apoya la frente en su pecho y lo abraza. Internamente, agradece que el pilar del agua tenga la cabeza enterrada en su pecho, porque eso significa que no lo ha visto sonrojarse. Después, se da cuenta de que eso quiere decir que sí que ha oído el cambio de ritmo de sus latidos y maldice para sus adentros.

—¿Se puede saber qué haces? —pregunta. No quiere sonar malhumorado, pero no puede evitar ponerse a la defensiva.

—¿Funciona?

Tarda un momento en darse cuenta de que se refiere al picor. Le cuesta acordarse de eso después de que Giyuu Tomioka lo haya besado. La mitad de su mente sigue obsesionándose con la idea de que, a lo mejor, no es un flechazo no correspondido.

—Sí.

Rodea a Giyuu con los brazos y desliza los dedos por su pelo, intentando ordenarlo, aunque no parece servir de mucho. Su respiración acelerada termina por acompasarse con la calma de la del otro, que no da más señales de estar afectado por lo ocurrido que un ligero sonrojo.

No vuelven a hablar, así que ninguno comenta lo extraño de la situación ni el hecho todavía más extraño de que, por algún motivo, no se siente incorrecto.

En algún momento que después no recuerda, Sanemi se queda dormido.

Solo una noche [sanegiyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora