Solo una noche [sanegiyuu]

Capítulo 14: Reunidos

—¿Iguro y tú quedáis para criticar a los demás pilares?

—Y para que me hable de lo perfecta que es Kanroji —resopla Sanemi—. A estás alturas conozco mejor su lista de comidas favoritas que la mía. ¿Por qué te sorprende tanto?, ¿tú cuando quedas con Kocho o cuando vas a comer con Rengoku y Uzui no criticáis al resto?

Los dos pilares se dirigen a la mansión Ubuyashiki para la reunión después de la comida. En el rato que llevan juntos desde el incidente con el té y el casi beso, han hecho un recorrido por multitud de temas intrascendentes y han terminado comentando la reacción de Iguro al ver a Giyuu en casa de Sanemi.

—Yo más bien escucho —responde Giyuu—. Ningún pilar me ha molestado tanto como para criticarlo.

Sanemi sacude la cabeza.

—¿Me estás diciendo que a ti, precisamente a ti, no te molesta ningún pilar? ¿Ninguno?

—¿Por qué precisamente a mí?

—Quizás porque Kocho se pasa el día diciéndole que no tienes amigos.

—Solo lo hace para que socialice más —explica Giyuu. Llegan a un bosque, lo que quiere decir que la finca de Ubuyashiki está cerca—. No lo hace con mala intención, es su forma de bromear. También me habla a menudo y se preocupa por como estoy.

—Vale, pero Obanai y yo sí que nos metíamos contigo para hacerte daño. ¿Eso no te molesta?

Giyuu no puede dejar de notar que ha utilizado «metíamos». En pasado.

—A veces. Pero no importa, ya sé que no soy... —está a punto de decir «como vosotros», pero recuerda lo mucho que esa frase irrita al otro— que no debería ser un pilar.

—Ya hemos hablado de esto. Eres un pilar porque te ganaste el puesto, no importa lo que pasara en la Selección Final.

Dejan de correr al llegar a la finca de Ubuyashiki. Rodean la casa para llegar al jardín, donde ya se encuentran los demás. Giyuu nota sus miradas, clavadas en ellos como aguijones. Uzui es el primero en dirigirse a ellos:

—¡Shinazugawa, Tomioka! —los llama. Hace un gesto en dirección a Rengoku y ambos se acercan—. Casi llegáis tarde, ¿no estaríais entretenidos con algo extravagante, verdad? —pregunta alzando una ceja, sin dejar de sonreír.

«Ay, no.»

Giyuu nota como un ligero rubor se forma en sus mejillas. A su lado, Sanemi se ha sonrojado, pero él no consigue discernir si es por la vergüenza o por el enfado. Probablemente las dos.

—¡Amigo Tengen —Rengoku le da una palmada en el hombro—, no deberías pensar así de ellos!

El pilar del sonido entorna los ojos.

—Tienes razón, Kyojuro... Si hubieran hecho algo los habría oído.

—Eso es imposible —replica Sanemi—. Mi casa está demasiado lejos, incluso para ti.

—Ohhh, ¿ya has invitado a Tomioka a tu casa? No sabía que fuerais tan rápido, Shinazugawa. Para la próxima yo creo que ya podéis «dormir» juntitos. Si entiendes a lo que me refiero.

—¿Quieres dejar de malpensar todo lo que digo? —gruñe el pilar del viento—. ¿Acaso cualquier persona con la que hable se convierte automáticamente en mi pareja?

—En tu caso es más bien cualquier persona que consiga aguantarte durante más de un día seguido.

—¡Tengen-san! —exclama Rengoku. Pero ni él ni Sanemi tienen tiempo para regañarle antes de que aparezca Kanroji.

—¿Habéis dicho «pareja»? —Emocionada, rodea a Giyuu con un brazo y a Sanemi con el otro. Este último se aparta lo más rápido que puede, dejando al pilar del agua atrapado en ese abrazo. Giyuu puede ver la expresión de Iguro por el rabillo del ojo, da la impresión de estar a un paso de saltarle encima y clavarle la espada—. ¡Kyaaa, no me puedo creer que ya estéis saliendo tan rápido! ¡Sois adorables! ¡Me alegro mucho por vosotros!

Giyuu se siente enrojecer.

—N-no estamos saliendo -murmura.

—Suelta a Giyuu antes de que Obanai se desmaye de ira contenida —bufa Sanemi. Aunque no llega al extremo de su amigo, él también parece molesto por el abrazo.

Kanroji deja al pilar del agua y se vuelve para mirar a Iguro, preocupada por la posibilidad de un desmayo real.

Justo entonces, dos de las hijas de Ubuyashiki salen al patio y los pilares se arrodillan en fila, esperando al patrón.