Lila POV
Ya llevábamos dos semanas viviendo en nuestras nuevas casas.
Dos semanas en las que la relación con Tae estaba mejorando al fin. Nos estábamos llevando bien, aprendiendo a compartir con el otro sin discutir ni desafiarnos a cada momento.
Me recordaba a nuestra relación inicial, cuando solo éramos amigos y podíamos conversar largas horas de todo y de nada. Pero siempre con esa sensación latente en mi cuerpo, deseando saltar sobre él en cualquier momento.
Y con una confianza y comodidad mucho mayor. No podía negar que estar con él siempre me hacía sentir en casa.Sin embargo, ni él ni yo habíamos dado ningún paso más allá de lo poco que estábamos volviendo a construir.
Tae había insinuado algunas cosas los primeros días que llegamos, ese encuentro en el jardín y la noche en la puerta de mi casa cuando me dijo abiertamente que si yo quería, podía ir dormir a su cama. Ambos, finalmente lo tomamos como un juego, y solo quedó en eso. Y era mejor así. Aunque me moría por tenerlo sobre mi, por besarlo y por tocarlo, sabía que lo más sensato era concentrarse en disfrutar de esa nueva dinámica.Salí de la cocina con una taza de café recién hecha. Caminé hasta la pequeña terraza que había mandado a construir Tae, estaba situada justo en el jardín en un punto medio entre ambas casas.
Desde hace tres días estábamos desayunando juntos los tres, antes de que cada uno se fuera a su trabajo. Y por la noche, aprovechábamos la calidez de lo que quedaba de verano para cenar en el mismo lugar.
Era un ritual que se estaba dando de forma natural, sin que ninguno hablara ni se coordinara al respecto.
Y me emocionaba tanto, que por las mañanas me estaba comenzando a despertar incluso antes de que sonara la alarma del despertador y por las tardes, mi vientre se apretaba de emoción al imaginar que llegaría a cenar con él otra vez.
Me sentía una adolescente reuniéndose con su primer amor.Tae estaba sentado, luchando por mantener a Luca quieto en su silla, mientras le cortaba el panqueque de avena y frutas en pequeños trozos. Luca, que no paraba de crecer y cada día tenía más energía, no paraba de balbucear palabras que solo él mismo y Hae entendían y se retorcía en su silla, intentando alcanzar la jarra de jugo de naranja.
— ¿Necesitas ayuda con ese pequeño demonio? — bromeé, sentándome junto a Tae.
— Tengo todo bajo control — respondió Tae con su sonrisa encantadora que siempre hacía bailar a mi corazón. — Luca no para de crecer, hoy intenté ponerle esa camiseta que le regaló Hobi hace un mes, pero le queda tan ajustada que parecía una salchicha — dijo Tae, riendo y metiéndole un trozo de panqueque a la boca a Luca.
— Si, no para de crecer, creo que si sigue así, será tan grandote como tú. De hecho, se parece demasiado a tí. Solo heredó el color de mis ojos, pero incluso hasta su sonrisa es igual a la tuya. Es tan encantador cuando sonríe que es capaz hasta de derretir al ogro de mi padre, y créeme que jamás en mi vida lo había visto sonreírle a alguien como le sonríe a Luca, cuando dijo al inicio que quería ser partícipe de la vida de Luca, no le creí y ni él se lo creyó tanto, pero ahora está encantado con Luca y viene todos los meses a Corea, solo para verlo — le dije mientras alcanzaba la jarra de jugo para llenar el biberón de Luca.
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Love me again [Kim Taehyung]
FanfictionSegunda parte de "Fri(end)s" ¿El amor es suficiente? Advertencia: Uso de lenguaje explícito Escenas dirigidas a público +18