Love me again [Kim Taehyung]

Capitulo 40 (Lila POV)

Lila POV
Penúltimo capítulo

Habíamos llegado la noche anterior a Seúl, junto a Tae y Luca.
Después del cumpleaños de Jungkook, el resto de los chicos volvió a Seúl al día siguiente, pero Tae me convenció para que nos quedáramos toda la semana.
Llamé a Leo para decirle que trabajaría desde la laptop.
Y fue la mejor decisión; nos la pasamos increíble los tres juntos. Por las mañanas mientras trabajaba, Luca y Tae se levantaban tarde y veían televisión o se la pasaban en la piscina y preparaban el almuerzo.
Después de almorzar íbamos la playa, pasábamos por un café a la cafetería del padre de Jimin y paseábamos por las calles de Busan.
Fueron cinco días de ensueño.

Esa era la vida que quería junto a esos dos hombres que me llenaban de amor. Los dos hombres de mi vida.
Vida que hace unos tres años atrás, jamás habría imaginado. Pero a la que ahora me quería aferrar con uñas y dientes.

Así que ya de vuelta en Seúl puse en marcha mi plan.
Después de un par de reuniones en la oficina, el resto de la tarde me la pasé con Isa y Kate; que me ayudaron a escoger un par de anillos preciosos, para pedirle matrimonio a Tae; tal cual lo venía pensando hace días.
Me ayudaron a escoger un lindo vestido, pasamos a encargar comida al restaurante favorito de Tae, para que la hicieran llegar a nuestra casa. Pasamos a comprar velas; porque según Isa, toda cena romántica debía tenerlas.
Y al final me devolví junto a Isa, pasamos a buscar a Luca y nos fuimos a casa.
Isabella se estaba quedando en la que era mi casa, mientras que yo me estaba quedando en la de Tae.

— Dios, Lila, me encanta que seas tú esta vez quien le pida matrimonio a Tae. Ya imagino su expresión de asombro total, él sabe que las cosas entre ustedes están bien, pero no se imagina lo que encontrará cuando llegue ¿Ya le dijiste que querías cenar con él hoy? — preguntó Isa tan nerviosa como yo, mientras sacaba las velas de las bolsas y las ponía en unos pequeños candelabros de cristal.

— Si, le dije que yo me encargaría de la cena hoy, pero solo eso. No le advertí que quería conversar, nada, quiero que sea una sorpresa total — le dije y sentí como mis manos temblaban.

De pronto, la risa de Luca nos alertó a ambas. Ese pequeño demonio estaba jugando en el jardín y estaba cubierto de barro de pies a cabeza.

— Válgame Dios ¡Luca! — grité y el muy travieso me miró y salió corriendo.

— Yo me encargo de ese pequeño loco hoy. La cena la puse en el horno, para que se mantenga caliente. Está lista, es llegar y servir. Debes poner esas copas que dejé ahí, y encender las velas. Todo saldrá bien, prima — dijo Isa y me dio un abrazo cálido que me terminó de llenar de valor — Además estás preciosa, ese vestido que escogió Kate, te queda de maravillas. Tú ocúpate aquí, yo me encargo de Luca esta noche.

Isa dejó un último beso sobre mi frente y salió corriendo detrás de Luca.

Miré mi reloj, en treinta minutos Tae debía llegar.
Cuando estaba poniendo las copas y cubiertos sobre la mesa, con las velas aún sin encender, el sonido del citofono llamó mi atención.

Eran los de seguridad, anunciando la visita de Damiano.

Mierda, un apretón en mi vientre me decía que no era buena idea su visita.
Volví a mirar mi reloj. Aún faltaba para que Tae llegara.
Sentí lástima de no recibir a Damiano, sabía que estaba recién llegando de Shangai, probablemente estaba aún muy emocionado y quería contarme algo del viaje y el reportaje.
Les pedí a los de seguridad que lo dejaran pasar. Hablaría con él solo unos minutos.