ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟠 ✨

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Mientras el juguete vibraba incesantemente contra mí, un calor sofocante se instaló en mis mejillas, una mezcla de vergüenza y excitación. No podía apartar los ojos del Rey Sombra, quien me observaba con una sonrisa burlona en su rostro.

Sombra se acercó aún más; su cercanía me robaba el aliento. Sus ojos rojizos me veían como si fuera su próximo entretenimiento.

-Parece que te estoy provocando una buena reacción. Quiero ver cuánto tardarás en rogarme -dijo Sombra, con voz provocadora.

Mi voz salió apenas como un susurro, mis palabras apenas audibles entre los gemidos que el juguete provocaba.

-N-no voy a rogar... -respondí, tratando de mantener la compostura.

Sombra soltó una risa ronca, su aliento cálido rozando mi oreja.

-Veremos cuánto aguantas -murmuró, aumentando la intensidad de las vibraciones con un gesto sutil.

Mi cuerpo se arqueó por el repentino placer. Las palabras se atascaron en mi garganta, mi mente y mi cuerpo luchando contra el deseo que crecía en mí cada segundo. Mis piernas comenzaron a temblar, cada vibración enviando una sacudida de excitación que recorría todo mi ser.

-"Ah, solo relájate. Esto apenas comienza,"- susurró suavemente, su voz llena de intención y deseo- "¿De verdad quieres que pare?"

Con un suspiro, deslizó el vibrador aún más hacia abajo, cerca de mi área más íntima. Mantuvo el contacto, presionando firmemente mientras las vibraciones se intensificaban aún más. Podía sentir cómo mi cuerpo se encendía y humedecía.

Mi voluntad se desvanecía con cada segundo, los gemidos escapaban de mis labios, incontrolables. Trataba de resistirme, pero el placer era insoportablemente abrumador.

De mala gana, Sombra quitó el vibrador, dejándome con un suspiro de frustración. Podía sentir el deseo todavía presente en cada fibra de mi ser, pero el alivio de la ausencia de las vibraciones era aún más intenso.

Mi respiración estaba agitada, mi cuerpo aún temblaba ligeramente por las sensaciones recientes. Tenía la cara sonrojada y la mente aún nublada por el deseo que se negaba a irse.

Sombra se acercó aún más, su boca cerca de mi oreja, su voz grave y llena de deseo.

-Y dime, pequeña Twilight... ¿Te rindes? -susurró.

Su pregunta me tomó por sorpresa, y sentí mi rostro calentarse aún más. Sabía que no podría mentir; las evidencias estaban en mi cuerpo. Me humedecí los labios nerviosamente, mirando a Sombra a los ojos. Aun así, no le daría el gusto.

-...Nunca. -admití, con un hilo de voz.

La sonrisa torcida de Sombra se ensanchó aún más al escuchar mi respuesta. Su mano se deslizó delicadamente por mi costado, acariciando mi piel con suavidad, mientras se inclinaba aún más cerca, su cuerpo prácticamente pegado al mío.

- Ah, qué valiente y testaruda... Me encanta. - susurró con voz gruesa, su aliento acariciando mi cuello. - Me haces querer hacerte tantas cosas -agregó.

Su proximidad y sus palabras hicieron que mi corazón latiera con fuerza en mi pecho. Sentía un torbellino de emociones y deseos dentro de mí. No sabía cuánto más podría aguantar esta tensión, este juego de poder que él estaba llevando a cabo sobre mí.

-"Sabes cuánto disfruto viendo cuánto puedes resistir,"- murmuró, su voz llena de una urgencia contenida. Su mano volvió a posarse en mi cintura, acariciándola con suavidad. - "Pero sé cuánto te afecta esto... lo que deseas..."

Deseo [TWIBRA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora