Deseo [TWIBRA]

ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟙 ✨

El silencio de la noche lo envolvía todo, y la tenue luz de la luna se filtraba por la ventana, proyectando sombras sobre las paredes. El aire era denso y pesado, y cada respiración parecía resonar en la habitación.

Intenté cerrar los ojos, pero el calor de su cuerpo pegado al mío hacía que fuera imposible relajarme. Cada movimiento que hacía, por mínimo que fuera, me recordaba lo cerca que estaba de él, lo atrapada que me encontraba.

Su respiración era lenta y profunda, pero su agarre no había cedido ni un poco. Aunque dormía, su posesión sobre mí era total. No importaba cuánto intentara moverme sin despertarlo, él parecía saberlo, aun en sus sueños.

"¿Cómo me metí en esto?", pensé, una y otra vez, sin encontrar respuestas que me calmaran.

Quería desesperadamente escapar, pero las fuerzas no me acompañaban. Me sentía agotada, no solo físicamente, sino emocionalmente. King Sombra estaba jugando con mi mente y mi cuerpo, moldeándome según sus deseos.

El tiempo pasó lento, cada segundo estirándose en el oscuro abismo de la habitación. Traté de no pensar en lo que me esperaba al amanecer, pero su promesa resonaba en mi mente.

"Para mañana, habré recuperado mi estamina, y te lo haré tantas veces como quieras."

La vergüenza me consumía con solo recordar esas palabras, y el rubor aún no abandonaba mis mejillas. ¿Cómo podía estar tan seguro de sí mismo? ¿Tan dispuesto a...?

Sacudí mi cabeza ligeramente, tratando de borrar esos pensamientos. No podía permitirme caer en su juego. Debía ser más fuerte que eso.

—"Duerme, Twilight..." —me susurré a mí misma, tratando de convencerme—. "Necesitas energía si quieres escapar..."

Finalmente, la fatiga fue demasiado fuerte. Me rendí a la oscuridad, cerrando los ojos, esperando que el sueño me encontrara.

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La primera luz del amanecer acarició mis párpados y, al abrir los ojos, sentí su cuerpo aún pegado al mío. Su agarre seguía siendo firme, como si incluso en el sueño, su posesión sobre mí fuera impenetrable. Mi mente, todavía brumosa por el sueño, intentó procesar la situación. Aún estaba aquí, atrapada.

—"¿Quizás ahora...?" —susurré en voz baja, tan suave que apenas me escuché a mí misma.

Con cuidado extremo, comencé a deslizarme lentamente fuera de su agarre, temiendo que el mínimo movimiento pudiera despertarlo. Mi corazón martilleaba en mi pecho, y cada respiración que tomaba era calculada para no hacer el más mínimo ruido.

Justo cuando pensé que estaba lo suficientemente lejos de él, sentí su mano moverse levemente sobre mi cintura. Mi cuerpo se tensó al instante, el pánico empezaba a instalarse nuevamente.

—"¿Intentando escapar, princesita...?" —su voz era suave, apenas un susurro, pero había algo en ella que me hizo congelarme en el lugar.

¿Cómo era posible? ¿No estaba dormido? ¡No puede ser! Todo el tiempo había estado fingiendo...

Sus dedos se cerraron lentamente sobre mi muñeca, impidiéndome moverme más.

—"¿Acaso creías que sería tan fácil?" —dijo, su voz cargada de burla, mientras su agarre se fortalecía, tirando de mí hacia él nuevamente.

Mi respiración se aceleró, el miedo era palpable. Me había subestimado. El peso de su cuerpo me atrapaba de nuevo, y esta vez no había escapatoria posible.