ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟚𝟟 ✨

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En un imponente rascacielos en el corazón de la ciudad, una mujer elegantemente vestida caminaba por un largo pasillo alfombrado con pasos rápidos y seguros. Su traje impecable era de un gris oscuro que resaltaba su profesionalismo, y llevaba una carpeta de informes en la mano. Todo debía ser perfecto en este lugar, especialmente cuando se trataba de su jefe.

Llegó a una puerta de cristal opaco con el nombre "S. Umbrum" grabado discretamente en letras plateadas. Golpeó dos veces con los nudillos, esperando la señal.

Adelante —se oyó la voz desde dentro.

La secretaria entró en la lujosa oficina, iluminada por la luz suave que entraba a través de los amplios ventanales que ofrecían una vista panorámica de la ciudad. La decoración era minimalista y moderna, con muebles de cuero negro y madera oscura, pero lo que dominaba la habitación era el gran escritorio de caoba en el centro. Frente a ese escritorio, en una silla giratoria de alto respaldo, un hombre estaba sentado, su figura parcialmente oculta.

El paquete ya ha sido entregado a la ubicación especificada y ha sido eliminado del historial de entregas, —informó la mujer con voz firme, pero profesional.

Lentamente, el hombre giró en su silla. Sus manos se apoyaron con elegancia en el escritorio de caoba, y cuando sus ojos se encontraron con los de la secretaria, ella sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda. Ojos rojos penetrantes, brillando con una intensidad inquietante. Su cabello negro, perfectamente peinado hacia atrás, caía como una cascada oscura, y llevaba una corbata roja que combinaba con su traje oscuro, resaltando aún más su aura de autoridad.

Bien hecho, —dijo él, con una voz suave pero cargada de poder—. Ahora quiero que revises los datos de las últimas ventas. Quiero un informe completo en mi escritorio antes de las cinco.

Como desee, Mr. Umbrum, —respondió la secretaria, inclinando ligeramente la cabeza.

Se giró para retirarse, pero antes de salir, recordó algo importante.

Por cierto, tiene una reunión programada esta tarde a las seis, —añadió.

Mr. Umbrum se levantó de su silla, caminando lentamente hacia el ventanal. Su imponente figura se reflejaba en el cristal mientras observaba el horizonte de la ciudad desde lo alto. Se detuvo, sonriendo con una expresión maliciosa, sus labios curvándose en una sonrisa que apenas ocultaba su naturaleza siniestra.

Cancélala, —dijo sin apartar la vista del ventanal—. Tengo una mascota esperándome en casa.

Su voz adquirió un tono oscuro, cargado de una extraña mezcla de satisfacción y expectativa. La secretaria, sorprendida por la repentina referencia personal de su jefe, sintió que el rostro se le encendía ligeramente, un tenue rubor subiendo a sus mejillas. ¿Cómo podía su jefe afectarla tanto con tan pocas palabras? Claro que podía. Ese era el poder de Sombra Umbrum.

Como desee, Mr. Umbrum, —respondió ella, controlando el temblor en su voz antes de retirarse rápidamente.

Sombra se quedó solo en la oficina, sumido en la penumbra de la tarde. La luz del sol comenzaba a desvanecerse, y su reflejo en el ventanal mostraba la figura de un hombre cuya sonrisa perversa crecía cada segundo.

No podía esperar.

Caminó lentamente de regreso hacia su escritorio, sus dedos deslizándose sobre la superficie pulida mientras sus ojos rojos se entrecerraban, llenos de una peligrosa expectación.

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⏰ Última actualización: Sep 26 ⏰

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