ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟟 ✹

87 18 0
                                    

Cuando el sonido de mi alarma resonó por todo el apartamento, supe de inmediato que había cometido un error... quedarme despierta hasta tan tarde investigando los cristales había sido una pésima idea. Bostecé largamente mientras me incorporaba en la cama, con los ojos entrecerrados y la sensación de que no había pegado ojo en toda la noche. Que técnicamente era cierto.

Mi cerebro seguía zumbando con las preguntas sin respuesta de los cristales, pero al final no había sacado ninguna conclusión. Ni siquiera mi equipo había logrado registrar algo coherente. Lo único que descubrí fue que esos fragmentos negros eran extraños y que probablemente no eran algo de este mundo. Y, claro, me pasé toda la noche obsesionada con el hecho de que mi vecino ruidoso seguía siendo un incordio.

—¡Ugh! —exclamé mientras bostezaba nuevamente, poniéndome la chaqueta del uniforme. 

Mi mochila ya estaba lista en la esquina, pero mi cerebro aún seguía a medio camino entre el mundo de los sueños y el del insomnio provocado por la magia. Miré a Spike, quien estaba completamente acurrucado en su cama de perro, roncando suavemente.

—¿Vienes? —le pregunté, intentando sonar más despierta de lo que me sentía.

Spike abrió un ojo con esfuerzo, claramente tan agotado como yo.

—Sí... ya... ya voy... —murmuró, roncando de nuevo antes de que siquiera pudiera terminar la frase. Me reí suavemente. El pobre también había pasado la noche conmigo, acompañándome en mi desvelo y gruñendo cada vez que uno de los instrumentos hacía ruido.

Me acerqué a Spike y le di una palmadita en la cabeza.

—Quédate, necesitas descansar. Ya me las arreglo sola hoy.

Spike gruñó en señal de asentimiento, sin siquiera abrir los ojos. Sonreí mientras ajustaba la correa de mi mochila y me dirigía hacia la puerta, lista para enfrentar otro día en Canterlot High con el cerebro funcionando a medias.

Sin embargo, apenas abrí la puerta, di un brinco del susto. Ahí estaba Sombra, justo frente a mí, con el puño levantado en el aire como si hubiera estado a punto de golpear mi puerta. Lo primero que pensé fue, ¿será que vino a quejarse de algo otra vez? Refunfuñé internamente, cruzándome de brazos.

—¿Qué quieres? —le solté, visiblemente irritada y aún medio dormida.

Sombra parecía... ¿nervioso? Lo vi rascarse la nuca, evitando mi mirada, mientras metía ambas manos en los bolsillos de su sudadera negra, algo que había notado que hacía cada vez que no sabía qué decir.

—Yo... solo... ugh... —cerró los ojos, como si estuviera preparándose para decir algo que le resultaba terriblemente incómodo—. Por lo de ayer, bueno, yo no estaba en mis cabales.

—¿Quieres decir que estabas ebrio? —repliqué rápidamente, apretando los brazos contra mi pecho. Si había algo que me molestaba más que la música fuerte, era la gente irresponsable.

Sombra desvió la mirada de inmediato, como si quisiera enterrarse en el suelo.

—Bueno... algo así. Como sea... toma esto. —Con un movimiento rápido y un poco torpe, sacó una bolsa de papel marrón de uno de los bolsillos y me la entregó.

—¿Qué es esto? —pregunté, tomando la bolsa sin realmente mirarla demasiado. Estaba cansada, y sinceramente, no tenía paciencia para más sorpresas esta mañana.

—Considera esto una disculpa por mi comportamiento anoche. Aunque, no es que me importe demasiado —añadió rápidamente, encogiéndose de hombros como si realmente no le importara en lo más mínimo—. Como sea, adiós.

Deseo [TWIBRA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora