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La Ira de Iván.
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Rodrigo regresó a la escuela después de unos días de recuperación. 'Aunque su cuerpo seguía un poco débil, se sentía preparado para enfrentar el mundo que lo había dejado en pedazos una vez más.' Sin embargo, lo que no esperaba era que la pesadilla aún no hubiera terminado.

Esa mañana, Rodrigo caminaba por los pasillos con la cabeza gacha, evitando las miradas, pero sintiendo las risas contenidas, los susurros que parecían envolverlo desde todas partes. 'Aunque Iván estaba cerca de él, había momentos en que tenía que lidiar solo con la crueldad de los demás.'

Todo sucedió demasiado rápido. Durante un descanso entre clases, mientras Iván estaba distraído hablando con un profesor, los bullies aprovecharon para acorralar a Rodrigo en un rincón desierto del patio. 'No hubo advertencia, solo una ráfaga de violencia que lo tomó por sorpresa.'

“¿Creías que te ibas a librar tan fácil, eh?” susurró uno de los chicos, mientras lo empujaba contra la pared.

Rodrigo intentó defenderse, pero el miedo lo paralizó. 'Las palabras hirientes que le lanzaban lo hacían sentir pequeño, insignificante.'

"Vamos a asegurarnos de que nunca olvides quién manda aquí," dijo otro de ellos, sacando una navaja pequeña, pero afilada. 'Antes de que Rodrigo pudiera procesarlo, sintió el dolor cortante en sus brazos, una herida profunda que quemaba al contacto con el metal.'

Rodrigo se encogió, con lágrimas de impotencia en los ojos, mientras el dolor y la humillación lo envolvían.

***

Fue en ese momento cuando Iván apareció. 'El tiempo pareció detenerse cuando vio la escena frente a él: Rodrigo, encogido en el suelo, sangrando por los brazos, mientras los chicos se reían cruelmente.'

El aire alrededor de Iván cambió. 'La calma y paciencia que siempre había mostrado desaparecieron, y en su lugar surgió una furia que nunca antes había experimentado.' No pensó, no dudó, simplemente actuó.

Con pasos rápidos y decididos, Iván llegó hasta el grupo. 'La ira en sus ojos era palpable, y por primera vez, los bullies sintieron algo que nunca habían experimentado antes: miedo.'

“¡Basta!” gritó Iván, su voz retumbando en el aire.

Uno de los chicos intentó hacer una broma, pero no tuvo tiempo de reaccionar antes de que Iván lo empujara violentamente contra la pared. 'La fuerza y la furia con la que actuó sorprendió a todos, incluso a Rodrigo, que miraba la escena desde el suelo, aún en shock.'

“¿Creen que pueden hacer esto y salir impunes?” Iván habló entre dientes, su voz llena de rabia contenida. “Si vuelven a tocarlo, juro que los voy a golpear hasta que se queden sin aire.”

Los otros chicos retrocedieron, asustados por la intensidad de Iván. 'Nadie lo había visto así antes, y la idea de enfrentarse a alguien que estaba claramente fuera de control los llenaba de terror.' Lo que había empezado como una simple diversión cruel se había convertido en algo que ya no podían manejar.

Uno de ellos intentó hablar, pero Iván lo interrumpió con un grito furioso. "¡Lárguense!"

Sin decir más, los bullies huyeron, dejando a Rodrigo e Iván solos en el patio. 'El eco de la ira de Iván aún resonaba en el aire, pero lo más importante era que por primera vez, los bullies no se atrevieron a seguir con sus burlas.'

***

Iván se arrodilló junto a Rodrigo, su furia reemplazada por una preocupación profunda. 'Rodrigo seguía temblando, con las lágrimas corriendo por sus mejillas, y la sangre manchando sus brazos.'

“Rodrigo, lo siento... No debería haberte dejado solo,” murmuró Iván, su voz quebrándose por la culpa.

Rodrigo lo miró, con una mezcla de dolor y alivio en sus ojos. "No fue tu culpa... ellos... ellos siempre van a encontrar una manera."

Iván negó con la cabeza, decidido. 'No iba a dejar que esto siguiera ocurriendo.'

"Voy a hacer algo al respecto. Esto no se puede quedar así."

***

Esa misma tarde, Iván fue directo a la oficina de la directora. 'Ya no podía quedarse callado.' Explicó todo lo que había pasado, la golpiza previa y ahora el ataque con la navaja. 'Había pruebas: la sangre, las heridas en los brazos de Rodrigo, y los nombres de los culpables.'

La directora lo escuchó con atención. Había oído rumores sobre la violencia en la escuela, pero nunca había visto a alguien tan decidido a enfrentarse a ello. 'Iván no se iría sin una respuesta.'

Después de una reunión con los involucrados y sus padres, la directora tomó una decisión. Los bullies fueron expulsados por cuatro días, y se les advirtió que, si volvían a atacar a Rodrigo o a cualquier otro estudiante, las consecuencias serían mucho más severas.

Iván salió de la oficina sintiéndose más tranquilo, pero sabía que aún quedaba un largo camino por delante. 'Aunque las burlas habían disminuido después del incidente, el miedo en los pasillos era palpable. Nadie quería estar en el lado malo de Iván, especialmente después de ver su explosión de ira.'

***

Esa noche, Iván fue a ver a Rodrigo, quien aún estaba conmocionado por lo sucedido. 'Las heridas en sus brazos habían sido tratadas, pero las cicatrices, tanto físicas como emocionales, tardarían en sanar.'

Rodrigo estaba sentado en su cama, en silencio. 'El peso de todo lo que había pasado lo aplastaba.' No solo el dolor físico, sino el hecho de que su vida escolar siempre parecía estar al borde del caos, de que siempre había alguien dispuesto a hacerle daño.

Iván se sentó a su lado, sin decir nada al principio. 'No había palabras que pudieran arreglar lo que había sucedido, pero su presencia era suficiente.'

"Lo siento," dijo Rodrigo finalmente, su voz rota.

Iván lo miró, sorprendido. "¿Por qué te disculpas?"

Rodrigo tragó saliva, luchando por mantener la compostura. "Porque... todo esto te está afectando. No es justo que tengas que lidiar con mis problemas."

Iván negó con la cabeza, y colocó su mano en el hombro de Rodrigo. '"No son solo tus problemas. Esto nos afecta a los dos. Y no tienes que disculparte por nada, Rodrigo. Voy a estar contigo, pase lo que pase."'

Rodrigo lo miró, con los ojos llenos de gratitud y algo más. 'Había algo en las palabras de Iván que le hacía sentir una calidez en el pecho, algo que le recordaba que, a pesar de todo, no estaba solo.'

Y en ese momento, mientras el silencio llenaba la habitación, ambos supieron que, aunque la lucha no había terminado, al menos tenían el apoyo del otro. Y eso, por ahora, era suficiente.

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𝘏𝘦𝘳𝘪𝘥𝘢𝘴 - 𝑅𝑜𝑑𝑟𝑖𝑣𝑎𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora