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La Tormenta después de la Calma.

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Rodrigo sentía que, de alguna manera, las cosas estaban empezando a cambiar. Aunque el dolor físico de la golpiza aún lo acompañaba, 'la presencia constante de Iván le brindaba una sensación de seguridad que no había conocido antes.' Las conversaciones de la noche anterior habían dejado una huella en él, no solo por lo que habían compartido, sino por cómo se sentía comprendido.

Sin embargo, el mundo fuera de esa pequeña burbuja de calma en su habitación seguía girando, y no siempre de la manera más amable.

***

A la mañana siguiente, cuando Iván llegó a la escuela, el ambiente estaba cargado de rumores. 'El ataque a Rodrigo no había pasado desapercibido, y las historias sobre lo que había sucedido se habían distorsionado, convirtiéndose en algo más oscuro y cruel.'

Los mismos chicos que habían atacado a Rodrigo parecían disfrutar de la atención que estaban recibiendo, como si todo fuera parte de un juego macabro. Iván los observaba desde lejos, su mandíbula apretada, luchando por mantener la calma. 'Sabía que enfrentarse a ellos abiertamente solo empeoraría las cosas para Rodrigo', pero la impotencia lo estaba consumiendo.

Durante las clases, Iván no podía concentrarse. 'Sus pensamientos volvían constantemente a Rodrigo, a cómo estaría lidiando con todo desde casa, y cómo iba a enfrentar lo que vendría cuando regresara a la escuela.' La crueldad de sus compañeros no tenía límites, y aunque Iván quería protegerlo, sabía que no siempre podía estar allí para hacerlo.

***

Cuando las clases terminaron, Iván decidió ir directamente a la casa de Rodrigo. 'Sabía que la recuperación física era solo una parte de la batalla; la verdadera lucha estaba dentro de su mente y corazón.' Quería asegurarse de que Rodrigo no se sintiera solo, ni ahora ni cuando volviera a enfrentarse a la escuela.

Al llegar, Rodrigo lo recibió con una sonrisa débil, pero genuina.

"¿Cómo te sientes hoy?" preguntó Iván, entrando en la habitación y sentándose en la silla de siempre.

Rodrigo se encogió de hombros. "Mejor, supongo. Al menos puedo moverme un poco sin que me duela todo."

Iván asintió, pero no pudo ocultar la preocupación en su rostro. "¿Has pensado en lo que va a pasar cuando vuelvas a la escuela?"

Rodrigo bajó la mirada, su sonrisa desvaneciéndose. 'Sabía que el regreso sería difícil, que las miradas, los susurros y las burlas estarían esperando por él.' Pero no podía quedarse escondido para siempre.

"No tengo otra opción, ¿verdad?" dijo en voz baja. "Voy a tener que enfrentar lo que sea que me espera."

Iván lo miró fijamente, admirando la valentía que Rodrigo intentaba mostrar, aunque sabía que por dentro estaba aterrorizado. 'El deseo de protegerlo crecía más y más en su interior, pero sabía que había ciertas batallas que Rodrigo tendría que pelear por sí mismo.'

"No estarás solo," dijo Iván con firmeza. "Yo estaré contigo."

Rodrigo levantó la vista, sorprendido por la seguridad en las palabras de Iván. 'Había algo en su voz que lo hacía sentir más fuerte, como si realmente pudiera enfrentarse al mundo, siempre y cuando Iván estuviera a su lado.'

***

Esa tarde, mientras el sol se ponía, los dos pasaron el rato juntos, hablando de cosas triviales para distraerse de la realidad que los rodeaba. 'Pero cada vez que sus miradas se cruzaban, había una chispa en el aire, algo que aún no se habían atrevido a explorar completamente.'

Rodrigo lo sentía claramente ahora. 'La forma en que Iván lo miraba, el calor de su compañía, la tranquilidad que le proporcionaba con solo estar allí.' Era algo más que amistad, pero no estaba listo para ponerle un nombre. No aún.

Iván también lo sentía, aunque era cuidadoso de no presionar. 'Sabía que cualquier cosa que surgiera entre ellos debía ser natural, debía darse a su propio ritmo.' Después de todo, ambos estaban navegando por terrenos emocionales complicados, y apresurarlo sería un error.

"Te he dicho que me gusta leer," dijo Iván de repente, cambiando el tema de manera casual. "Pero nunca te dije cuáles son mis libros favoritos."

Rodrigo lo miró, curioso. "¿Cuáles son?"

Iván sonrió, apoyándose en la cama, más relajado. "Me gustan las historias de aventuras, pero también aquellas que tratan sobre descubrir quién eres realmente. Creo que, en el fondo, todos estamos buscando eso, ¿no?"

Rodrigo asintió lentamente. 'Esa idea resonaba en él.' En su vida, había pasado tanto tiempo intentando ser invisible, intentando no destacar, que había perdido el sentido de quién era realmente. Pero con Iván, sentía que estaba empezando a redescubrirse, a entenderse mejor.

"¿Y tú?" preguntó Iván. "¿Hay algo que te guste que no hayas mencionado antes?"

Rodrigo pensó por un momento, dejando que la pregunta se asentara en su mente. 'Había tantas cosas que aún no había compartido, no porque no quisiera, sino porque no estaba acostumbrado a que alguien se preocupara por saber.'

"Me gusta el arte," confesó finalmente, un poco tímido. "Dibujar, pintar... nunca se lo he dicho a nadie, pero es algo que me ayuda a expresar lo que no puedo decir en voz alta."

Iván lo miró sorprendido, pero con admiración. "Eso es increíble. Deberías mostrarme algo de lo que has hecho algún día."

Rodrigo se encogió de hombros, un leve rubor en sus mejillas. "Tal vez algún día."

***

La conversación continuó hasta que el sol desapareció por completo y la noche cubrió la habitación con su manto oscuro. 'Había algo especial en esos momentos, en la forma en que podían hablar de cualquier cosa y aún así sentirse conectados en un nivel más profundo.'

No habían hablado más de lo que había surgido entre ellos, pero ambos sabían que estaba allí. 'Ese sentimiento, esa conexión que lentamente se estaba formando.' Sabían que no había prisa, que lo que fuera que estuviera naciendo entre ellos tenía tiempo para crecer de manera natural.

Y mientras Iván se despedía esa noche, ambos se dieron cuenta de algo. 'No necesitaban palabras para saber que estaban construyendo algo especial, algo que, aunque incierto, los hacía sentir vivos.'

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𝘏𝘦𝘳𝘪𝘥𝘢𝘴 - 𝑅𝑜𝑑𝑟𝑖𝑣𝑎𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora