Capítulo 11

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La apertura de la puerta a las cinco de la mañana despertó a Chimon de un sueño profundo. El estaba girando cuando Perth entró al dormitorio. 

Perth estaba cansado. Sus normalmente cincelados rasgos parecían dibujados y sus radiantes ojos estaban entrecerrados, no para seducirlo sino por agotamiento. Incluso su andar seductor, se notaba apagado. Chimon conocía la diferencia muy bien. 

-Mmmm, un hombre magníficamente desnudo-. Murmuró, arrastrando su sedosa voz mientras se quitaba el suéter.- Justo lo que esperaba para darme la bienvenida a casa. 

Chimon sonrió, mientras se acomodaba en la cama para ver cómo Perth se desnudaba. No era una de sus mejores actuaciones pero lo que revelaba de su cuerpo era grandioso. 

-No estás en casa. 

-Cualquier lugar en el que estés es mi casa, sawan¹. 

Chimon llevó su mano a sus ojos al sentir las repentina quemazón de lágrimas. Maldita sea, estaba demasiado sensible últimamente. 

Perth saltaba de un pie al otro, sacándose las botas. 

-Lo sabes ¿verdad?

Chimon se aclaro la garganta. 

-¿Saber qué? 

-Que tú eres mi casa. 

-Tu eres mi casa, también. 

-¿Lo soy? 

Chimon frunció el ceño. 

-Sí. 

Perth se desabrochó los pantalones, la parte frontal de su cuerpo estaba envuelta en sombras fascinantes ya que la única luz provenía de la única lámpara encendida en la sala de la suite. 

-¿Me quieres decir entonces que es lo que está mal? 

Rascándose la cabeza, suspiro. 

-¿Por qué insistes en que algo está mal? 

Los pantalones y calzoncillos cayeron de esas interminables piernas, y Chimon aprovechó para disfrutar de la grandiosa vista mientras Perth descartaba las últimas piezas de ropa. 

También disfrutó de la vista de ese culo apretado cuando Perth se dio la vuelta para apagar la luz. 

-¿Por qué no dejas de evitar el punto y me dices que es lo que te ha estado molestando? 

-¿Tenemos que hacer esto ahora? 

-Sí.- Perth regresó, apenas era una sombra en la casi completa oscuridad. Los ojos de Chimon se estaban empezando a acostumbrar a la oscuridad cuando Perth apartó las mantas y se deslizó debajo de ellas.- No tendré oportunidad de hablarlo más tarde y no quiero que esto esté sobre nosotros cuando inicie el nuevo año. 

Chimon se mordió los labios mientras su amante ajustaba las almohadas y mantas a su gusto. 

Perth tenía una cosa con el año nuevo. Era su fiesta favorita superando incluso la Navidad y el día de la fiesta nacional. Estaba firmemente convencido de que si estaban felices y esperanzados en los inicio de un nuevo año, los meses restantes seguirán su ejemplo. 

Perth se acurrucó junto a él, apoyado en un codo, con una pierna echada sobre los muslos de Chimon. La luz de la luna brillaba lo suficiente a través de las cortinas parcialmente abiertas cerca de la cama como para ver a Perth echado sobre las suaves mantas de color azul claro. Su mano libre se deslizo sobre el pecho de Chimon. 

-Lo dejé pasar los últimos días, esperando que te abrieras, pero estas siendo demasiado terco. Probablemente, no tendremos oportunidad de hablar antes del concierto de mañana, —echó un vistazo a los números que brillaban intensamente en azul del reloj de la mesilla de noche- Esta noche, así que habla conmigo. 

Tn kāneidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora