Camilla Dupont es una mujer que suele soñar con los pies en la tierra. Sueña con cocinar y con ser amada, anhela con el alma ser una persona feliz y por sobre todo escapar de un pasado que la asusta más que nada en el mundo.
Cuando su camino se cru...
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—Camilla.
Abrí los ojos de inmediato. Me había quedado en la sala de espera.
—Camilla, necesito hablar contigo —el doctor que estaba tratando a Amandine era la persona que me acababa de despertar. Me levanté de un salto.
—¿Cómo sigue Amandine?
—Estable, logramos hacer una transfusión de sangre exitosa y dentro de poco ella despertará.
Di un saltito de emoción que me hizo sonreír de alivio. Sin embargo, el doctor me miró serio.
—¿Qué ocurre? —Pregunté.
—No es suficiente, Camilla. Amandine necesita más sangre.
—Puedo donar para mi hija.
—¿Sabes qué tipo de sangre eres?
—No, pero...
—Amandine es AB-. Es uno de los tipos de sangre menos frecuentes en el mundo.
—Tal vez yo también tenga ese tipo de sangre.
—Roguemos porque así sea.
En cuanto dijo aquellas palabras mi mundo comenzó a girar, sentí un leve mareo y me apoyé en la pared. El doctor me tomó de los brazos y me miró con atención.
—Si no eres compatible con la sangre de tu hija, tendrás que buscar al padre. Es eso o tu hija morirá. Lamento ser tan directo, pero ya hemos perdido demasiado tiempo. ¿Sabes dónde está?
—En Londres —sorbí por la nariz.
—Si no eres compatible, puedo gestionar un vuelo de emergencias para que se lleve a cabo la transfusión en Londres. Amandine está en un estado crítico, debemos reaccionar rápido. ¿Entiendes?
—Por supuesto.
—¿Autorizas el traslado de Amandine en caso de que no seas compatible con tu hija?
—Claro que sí doctor.
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Sentí terror cuando los análisis dieron negativo. Mi sangre no era compatible con la de Amandine. No era capaz de salvar a mi propia hija, ni siquiera para eso era buena.
El hospital se hizo cargo del traslado de Amandine como paciente crítico. Esta misma noche viajábamos a Londres. Ya no había tiempo que perder.
Corrí al restaurante para notificarles que estaría fuera de la ciudad por un tiempo indefinido, que confiaba plenamente en ellos y que si surgía cualquier eventualidad estaría atenta al teléfono y a mi correo personal.
Ellos me abrazaron con fuerza y me dijeron que solo me preocupara de Dine.
Luego corrí a casa a hacer las maletas de las dos y hablé con una de mis vecinas más cercanas para comentarle los últimos acontecimientos. Le dejé las llaves y ella me prometió que iría todos los días a mi casa para vigilar que todo estuviera en orden.
Tres horas más tarde las dos íbamos en un vuelo de urgencias que nos llevaba a Londres.
Estaba aterrada por mi hija, por el pasado que se estrellaba estrepitosamente con mi presente.
No quería intervenir en su vida, no iba a Londres para destrozar la vida de Cian. Lo único que quería de él era su sangre, luego no me volvería a ver nunca más.
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NOTAS:
Les dejo los dos capítulos de la semana, ojalá este libro les esté gustando. :)
¿Qué se viene? El esperado reencuentro de Camilla con su pasado más reciente, para Cian todavía falta un poco, muy, muy, muy, poco.
