Camilla Dupont es una mujer que suele soñar con los pies en la tierra. Sueña con cocinar y con ser amada, anhela con el alma ser una persona feliz y por sobre todo escapar de un pasado que la asusta más que nada en el mundo.
Cuando su camino se cru...
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—¿Camilla? —La voz de Micah logró sacarme de mi ensimismamiento.
—¿Camilla Dupont? —Cian frunció el ceño y yo cerré los ojos con fuerza. Retrocedí unos pasos y choqué con Joanne. Ella apoyó las manos sobre mis brazos y me aparté con asco.
—Están poniendo nerviosa a Camilla —sostuvo Joanne. La miré con obviedad, su aparente empatía no haría que la viera como una aliada cuando en realidad era la villana de mi cuento.
—No necesito tu ayuda —dejé ambas manos sobre mis brazos. No quería mirar a Cian.
—Camilla...
—¡No! —Exclamé mirando a la pelirroja—. Es evidente que necesito ayuda, y a diferencia de ti, no me gusta intervenir en la vida de los demás —esta vez reuní valor para mirar a Cian. Hace más de cinco años que no sentía su mirada sobre mí, y no sabía descifrar sus gestos. Estuve en su vida cincuenta y siete días, y aquello no fue suficiente para conocerlo.
Que irónico era saber que necesitabas más de cincuenta y siete días para conocer a una persona y, sin embargo, aquella cantidad era más que suficiente para enamorarse perdidamente de alguien.
—Estoy intentando ayudarte, Camilla —insistió Joanne—. Estás confundiendo las cosas...
—No estoy confundiendo nada —espeté comenzando a perder la paciencia. Miré a Micah y odié ser yo quién le confesara la verdad—. Lamento sacarte la venda de los ojos, pero estoy segura que si yo estuviera en tu lugar harías exactamente lo mismo por mí.
—No sé qué es lo que estás pensando, pero nosotros queremos ayudarte. Amandine necesita la ayuda de su padre —Micah intentó acercarse, y en ese momento él era la única persona de la que no rehuiría.
—Lo siento mucho, Micah.
—¿Qué es lo que sientes? —Negó, se acomodó el cabello detrás de la oreja y me miró con impaciencia—. Estamos perdiendo el tiempo, y tu hija...
—¿Hija? —Inquirió Cian frunciendo el ceño. Lo miré contrariada por unos segundos al verlo tan confundido, y luego me giré hacia Micah.
—Lamento ser la persona que te diga la verdad sobre la mujer que amas —Joanne resopló y Micah me miró confundido.
—Camilla...
—Joanne tiene una relación con Cian. Están juntos desde hace un tiempo —repuse con la voz quebrada—. Ellos son una pareja —miré a Micah con lágrimas en los ojos—. Hace un año viajé a Londres y los vi juntos en un restaurante, se estaban besando. Te juro que no malinterpreté nada. Lo siento mucho.
—Viajaste hace un año y no...sabías que yo... —Cian no hacía más que balbucear, nunca lo vi tan descolocado como ahora.
—Por supuesto que estás malinterpretando todo, Camilla —repuso Joanne por primera vez con voz de enfado. Me miró furiosa, pero yo tampoco bajé la mirada—. Hace un año estaba saliendo con Cian, pero esa relación se acabó cuando llegó Micah.
