Capítulo 16

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—Por supuesto que te creo, Camilla —estaba llorando sobre el pecho de Micah en el hospital

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—Por supuesto que te creo, Camilla —estaba llorando sobre el pecho de Micah en el hospital. Después de donar sangre, Cian se había ido hecho una furia y Joanne partió detrás de él. Micah decidió quedarse conmigo.

Le acababa de contar mi historia con Cian y era la primera vez que alguien me creía.

—Te juro que no quería que su vida diera un vuelco.

—Escúchame, Cami. No tengas en cuenta lo que acaba de decir, conozco al abogado y sé que es un hombre con valores. No lo conozco tanto como Joanne, pero jamás lo vi perder los papeles como hoy. Imagino que enterarse de un momento a otro que tiene una hija no debe ser fácil.

—Pero él sabe que tiene una hija. Esa noche fui al hotel y me dijeron que no estaba, pero que no había cancelado la cuenta. Le dejé un mensaje en el hotel explicándole que estaba embarazada. Incluso le envié un mensaje por WhatsApp y sé que leyó el texto. Cian sabía la verdad.

—¿No has pensado que tal vez no fue él quien leyó el mensaje?

—¿Quién más iba a ser?

—No lo sé. Me cuesta creer que el abogado, sabiendo que estabas embarazada se haya largado dejándote sola con toda la responsabilidad. Cian es un tipo correcto.

—Camilla.

Los dos nos levantamos de un salto al escuchar a la cirujana Quinn. Fruncí el ceño cuando me miró a los ojos, parecía observarme de una manera distinta.

—¿Cómo sigue Amandine?

—Bien —respondió sin dejar de mirarme a los ojos.

—¿Hubo compatibilidad con la sangre de Cian?

—En un par de minutos sabremos eso —asentí agradecida—. ¿Él es el padre biológico de Amandine?

—Sí.

—¿Cian Lexington?

—Sí —pude sentir como me fulminaba con la mirada. Miré a Micah confundida mientras él tragaba en seco. Evidentemente él sabía algo que yo desconocía.

—Me habría gustado enterarme por mi propio esposo que tiene una hija.

—Mierda —soltó Micah.

—¿Cómo? —Pregunté confundida.

—Lamento que Cian no haya tenido la delicadeza de notificarme que había tenido una hija con una de sus tantas amantes.

—Brianne, estás confundiendo todo —intervino Micah.

—Sabiendo que Amandine tiene cuatro años, y que en unos meses más Cian y yo cumplimos cinco años de matrimonio me queda claro que la luna de miel fue en París, pero sin mí.

—Yo no sabía que Cian estaba casado —repuse estupefacta—. Él nunca mencionó que tenía una relación...

—Sigo siendo la esposa de Cian, espero que eso te quede claro.

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