Samuel dejó su maleta en el suelo y miró la casa frente a él. Era de dos pisos pero aún asi pequeña. Pero se la veía bien conservada pese a la evidente edad del inmueble. Aunque eso no era extraño dado que todas las casas de Caleruega parecían detenidas en el tiempo de alguna manera.
Utilizó las llaves que le dio Rebe y entró a la casa. Ni de cerca era tan lujoso como la mansión de su familia en Madrid pero sin duda sería útil para lo que quiere en este momento: aislamiento absoluto. Bueno, no sería absoluto dado que en el pueblo vivían otras personas pero Samuel no los conocía y esperaba que ellos no lo reconocieran a él.
Lo primero que hizo fue ir al dormitorio principal y desempacar su ropa. Dejó su teléfono (aún apagado) en la cama y acomodó meticulosamente cada prenda en su cajón correspondiente.
Bajó a la cocina esperando que hubiera algo de comer, pero no encontró nada. Era lógico, ni Rebe ni su familia venían por aquí hace meses. Aunque el lugar estaba limpio así que pensó que Rebe o Sandra pagaban a alguien para que limpiara el lugar periódicamente.
Las alacenas estaban vacías así que supo que tendría que ir por comida ya que dudaba que le trajeran todo lo que pida por delivery en este pueblo tan pequeño. Y necesitaría mucha comida porque Samuel tenia un enorme apetito y planeaba quedarse por bastante tiempo.
Su familia lo buscaría por alguna playa u hotel costoso seguramente. Llamaría a su padre y le diría que estaba bien pero que no deseaba que lo busquen ni lo molesten. Prefería hablar con su padre ya que si hablaba con su madre ella lo bombardearía con preguntas y le diría que la empresa y la familia lo necesitaban y que debía volver.
Pensó en mantenerse comunicado solo con Rebe para que ella mantuviera tranquilos a sus padres pero descartó la idea ya que si hacía eso pondría en evidencia que Rebe sabe de su paradero. No, era mejor llamar a su padre (el miembro mas sensato de su familia) y decirle que estaba bien pero que quería estar solo.
Pensó en revisar su teléfono para investigar que comercios de alimentos que había por aqui pero eso sólo sería abrirle la puerta a todas las llamadas y mensajes de su familia y amigos. Y seguramente también de Nano y Marina.
Entonces decidió simplemente salir y caminar por ahí hasta encontrar un lugar donde comprar comida.
Samuel salió de la casa y se aventuró a las calles del pueblo de Caleruega.
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Muchos pensarían que Samuel no tenía motivos para huir de su vida. Un atractivo joven de 28 años, con un puesto gerencial en la empresa de su familia, prometido con su novia Marina y próximos a ser padres en 6 meses.
Y todo era así salvo por el detalle que ese hijo no era suyo sino de su propio hermano. Nano y Marina no solo habían ocultado su infidelidad sino que también pensaban hacer que Samuel asumiera la responsabilidad de un hijo que no era suyo.
No fue mas agradable enterarse de todo por escuchar de casualidad una conversación entre Nano y Marina (mientras ellos estaban en la cama una mañana que Samuel regresó temprano de la empresa).
Samuel era empresario y sabia sacarle utilidad a todo, especialmente al tiempo. No perdió tiempo en discutir con su hermano o su ex prometida. Mandó mensajes y correos electronicos a todos los invitados avisando que la boda se cancelaba y dejando muy claro el motivo, así el juicio público caía sobre ellos.
Si no podía confiar en su propio hermano y en la mujer que amaba ¿en quién podía confiar entonces?
Sumado a esto, no encontró mucho apoyo en su madre o en Guzmán. En el transcurso de una semana, demasiadas personas habían decepcionado a Samuel.

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Multiverso Carmuel
FanfictionEn distintas realidades una misma historia de amor se repite.