1_Compartiendo vivienda

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Guzmán y Marina Nunier siempre fueron bromistas. Esa era su diversión. Molestaban a los demás o entre ellos y se divertían. Las bromas de ellos dos eran una constante que sus familiares y amigos debían tolerar. Ser amigo de los hermanos Nunier podía ser un fastidio y dos de sus amigos más cercanos lo entenderían pronto.


Carla Rosón Caleruega estaba dando los primeros pasos hacia la independencia. No era raro dado que tenía veinte años. Estaba en el tercer año de la carrera de abogacía. Sus notas eran sobresalientes y todos le auguraban un futuro prometedor. Trabajaba medio tiempo en un bufete de abogados donde adquiría experiencia para su futuro desenvolvimiento profesional y eso ella lo disfrutaba. El problema es que no pagaban muy bien y si trabajaba jornada completa le dificultaba sus estudios. Necesitaba dinero extra para solventar los gastos del departamento en el que vivía y con sus ingresos no era suficiente. Claro, existía la posibilidad que recurriera a sus padres y ellos la ayudarían pero eso invalidaría el objetivo de Carla de buscar la independencia.

El departamento era en realidad propiedad de su madre y dejó que Carla se fuera a vivir sola allí, lo que fue todo un tema dado que Carla siempre fue la hija única, mimada y sobreprotegida de sus padres. El trato al que llegó con sus padres es que le regalarán el lugar cuando termine sus estudios. El trato no era malo pero el problema es que Carla quiso vivir desde antes la experiencia de dejar el nido e irse a un lugar que aún no le pertenece. Teo y Beatriz aceptaron que su hija se marchara y no aceptara la ayuda de ellos pero solamente si no compartía el lugar con un chico. Eran algo anticuados e ingenuos pero ponerle esa condición a su hija les dio cierta seguridad. Para Carla no era un problema dado que cuando pensó en ir a vivir sola no tenía la idea de compartir domicilio con nadie. Pero cuando se dio cuenta que las cuentas por pagar eran más abultadas que sus cheques tuvo la idea de tener una compañera de piso. Pensó que no le sería difícil conseguir alguna chica universitaria que busque donde quedarse. Si compartía el lugar con una chica no molestaría a sus padres.

Su primera compañera de piso fue su mejor amiga Marina. Pero no duró mucho dado que Marina quedó embarazada de su novio Nano y decidieron irse a vivir juntos.

La siguiente fue otra amiga de Carla, Rebeka. Estudia abogacía como Carla y son grandes amigas pero la convivencia se hizo insoportable dado que Rebeka es desorganizada y desordenada y Carla tiene una obsesión con el orden y la limpieza lo que llevó a bastantes enfrentamientos entre ellas. Decidieron que por el bien de su amistad que mejor no vivieran juntas.

La tercera fue una neurótica chica llamada Cayetana con la que en un principio se llevó bien. El problema se dio cuando esa muchacha comenzó a llevar a su novio Polo al departamento y el muy imbécil demostraba abiertamente que le gustaba Carla, quien se sentía incomoda con esa situación. Pero en vez de enojarse con su novio por coquetear con su compañera de piso, Cayetana se enojaba con Carla a quien acusaba de buscar a su novio. Las discusiones llegaron a un punto en que la única solución posible era que Cayetana se fuera. Eso no impidió que Polo siguiera escribiéndole a Carla hasta que ella lo bloqueó.

Carla estaba desesperada porque no quería recurrir a tener que pedirles ayuda a sus padres porque lo sentía como admitir una derrota. Sin embargo ninguna candidata a compartir el departamento la convencía.

La estaban visitando sus amigos de la infancia los Nunier. Carla los conocía desde que tenía memoria. Estaban tomando un café mientras Carla contaba sus problemas. En eso a Guzmán se le ocurrió una idea.

-Ya sé que puedes hacer. Mi amigo Samuel está buscando donde quedarse. Estudia medicina, es de nuestra edad y tiene que dejar el lugar donde está porque el dueño del lugar pondrá el departamento a la venta. Él es perfecto.

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