xiii. hate me

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8 de junio, 2007
Campamento Mestizo, Long Island


Si no fuera porque no lograba conciliar el sueño se hubiera cagado en todos los muertos de Annabeth. Pero la rubia parecía decepcionada, así que cuando salió de la cama para mirarla mejor pareció cambiar a una expresión avergonzada.

—¿Qué pasa Annie? —Pero la rubia era incapaz de mirarla a los ojos, entonces miró hacia abajo, estaba durmiendo en una vieja camiseta de Luke y una bragas, nada más.

Quizá eso la ponía incómoda. En ese mismo momento cogió unos pantalones que tenía al lado de la cama y la miró.

—¿Qué pasa? Ya estoy vestida, puedes mirar —la rubia volvió su cabeza hacia ella.

—Quería saber porque no nos has elegido para ir de misión —murmuró.

Entonces, como si se tratase de una ola un pensamiento chocó con ella, y el enfado volvió.

—Y yo porqué lleváis ignorándome días, desde que habéis llegado para ser exactos —el odio se había colado entre sus palabras como veneno.

La rubia suspiró.

—No te hemos ignorado, pero tu estabas con tus amigos, y yo estaba enfadada con Percy —Lara apretó los labios en una fina línea.

No es que no se lo creyera, pero era una basura de excusa, si estaba enfadada con uno porqué se enfadaba con ella y no la hablaba.

—Claro, gran excusa. —Dijo con sarcasmo tiñendo cada palabra —no os he elegido porque ya hemos estado a punto de morir varias veces por ir a esa misión el año pasado, y por muchas ganas de morir que tengáis vosotros dos, yo no las tengo. Gracias.

Annabeth parecía querer decir algo más, pero se mantuvo callada.

—Deberías irte a dormir, Annabeth —no rubia, no Annie, no listilla, Annabeth. Eso solo hizo que se diera cuenta de a cagada que habían cometido Percy y ella, o por lo menos es lo que esperaba Lara —ya es tarde.

Se dio la vuelta, siendo esa su última palabra, y decidió echarse a dormir.

Quizá no podía olvidarse de su pasado, ni nada, pero podía hacer como si no hubiera existido el año pasado, había estado muy bien ese verano, pero ahora necesitaba ser una persona normal y que nadie intentase matarla más de lo normal.

Llamar la atención no era una idea, ya la había llamado al ganar la carrera y haber dejado la misión para Clarisse. No necesitaba saber nada más acerca de ello. Una misión suicida para quien la quisiera, que no era ella.

Tardó varias horas en dormirse, y antes de las nueve de la mañana estaba en pie. Se sentía como si alguien la llamase cada vez que se movía, y quizá era así, necesitaba que esa sensación de malestar pasara. O al menos un poco.

Dark horse, pjoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora