Capitulo 33.

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Las palabras de Isa me dejan helada

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Las palabras de Isa me dejan helada. ¿Baker fue al hospital? ¿Cuándo ocurrió? ¿Para qué? Me dejo caer en el sofá, manteniendo mi mirada fija en un punto indeterminado de la casa. ¿Qué debo hacer? ¿Actuar con total normalidad? Tal vez eso. 

Podría decirle que salí antes y pasé a comprar algunas cosas, pero no, el rastreador mostraría los lugares que supuestamente frecuento. ¿Debería llamar a Valentina y preguntarle si el hombre que se llevó mi camioneta se movió en algún momento? Quizás esa fue la razón por la que Baker fue a buscarme. Sin embargo, no puedo llamar a Valentina desde casa; si vuelvo a salir, las chicas me bombardearán con preguntas.

Respira, Emma, no pasa nada.

Me repito constantemente. Alzo la mirada y veo a Isa y Melanie con los brazos cruzados, mirándome con confusión. 

—¿Y hace cuánto? —pregunto—. ¿Por qué no me llamó antes de ir a buscarme? 

—Dijo que te habías desviado del camino, se preocupó y salió a buscarte hace menos de veinte minutos. —responde Isa.

Veinte minutos. 

Eso es lo que me tardo en llegar a la autopista. ¿Baker me habrá visto con Valentina? No, es imposible; si el hombre que conducía mi camioneta tomó una ruta alterna, ¿por qué no lo mencionó? 

¡Dios! 

Me levanto y me dirijo a la cocina, las chicas me siguen en silencio. Al llegar a la cocina, saco una copa, una botella de vino, y me sirvo un trago. 

Isa y Melanie se miran con confusión.

—No lo vi. —digo, me termino el trago y me sirvo otro. —Tampoco es como que venga viendo los autos, pero no lo vi, de verdad. —Isa asiente, siento su mirada analizándome complétame y giro mi cara hacia otro lado.

—¿Y por qué tomaste una ruta alterna? —pregunta Melanie, su tono de voz es el que normalmente usa para hablarme, sin embargo, me estoy sintiendo demasiado presionada con las preguntas. —¿Que sucedió? —insiste, cuando nota que me quedo sin habla.

El teléfono de casa suena y miro a las chicas. ¿Podría ser Baker? ¿Tal vez Valentina? 

Con discreción, reviso las cámaras que hay en casa y respiro hondo. Me dirijo a la pequeña mesa de centro, tomo el teléfono y, tras suspirar, miro a las chicas antes de contestar la llamada.

Emma Anderson, no digas nada y relaja tu rostro. —miro a las chicas y sonrío. —Recientemente, mi chofer. —se escucha el grito de un hombre. —El que se llevó tu auto me informó que hubo un accidente en la autopista y tuvo que tomar una ruta alterna, algo que no me comunicó al llegar. Quiero que dejes de preocuparte; vi la camioneta de Royser. Ahora, finge que soy el doctor Varela.

—¡Doctor Varela! —digo, con entusiasmo. —Llegue con bien a casa, gracias, pero no se preocupe por mí. Nos vemos pronto.

Hubo un accidente en el que están involucrados un automóvil y una motocicleta. Está en el carril que te lleva de vuelta a casa. —presto atención a lo que dice Valentina. —Cuídate, Emma Anderson.

¿QUIÉN ERES TÚ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora