3. ENCUENTRO DE MIRADAS

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PARTE I


-Depuis longtemps mon cœur, Etait à la retraite, Et ne pensait jamais devoir se réveiller, mais au son de ta voix j'ai relevé la tête et l'amour m'a repris avant que d'y penser. [Tenía yo sin ti mi corazón dormido, pensaba que jamás podría despertar y al escuchar tu voz, corriendo desperté y ha vuelto a mí el amor más fuerte aún que ayer.]

Maire-Chistine se quedó dormida en los brazos de Maximilien tras escuchar esas palabras. Funcionaban como un pequeño hechizo en la pequeña y la hacían caer rendida al mundo de los sueños de inmediato. A pesar de que Maire era también un Soldado de Luz seguía siendo una niña de diez años y Maximilien era plenamente consciente de eso. Como su sol, él le procuraba toda la atención que una niña de su edad necesitaba, era su compañero de juegos, su figura de autoridad y su amigo.

No existían sentimientos impuros en la forma en la que Maximilien rodeaba a la pequeña en un abrazo, era la especie de amor más puro que los seres humanos podrían alguna vez llegar a conocer. Era el exultante amor de un ser de Luz.

Maximilien afianzo su agarre y saltó hacia el suelo, bajándose, al fin, de los ventanales. Había encontrado a Maire ahí perdida en sus pensamientos y la había arrullado para poder tranquilizarla y alejar de su joven mente todas las preocupaciones. No podía dejarla dormir ahí, así que sosteniéndola contra su pecho se internó en los corredores de la Sede rumbo a la habitación de la pequeña. La dejaría dormir un rato y aprovecharía ese tiempo para encontrarse con Jude.

Jude y él eran de cierta forma cercanos, si podía usar eso para obtener información de los movimientos del Consejo lo haría. Maximilien haría cualquier cosa para ayudar Siwon. El pobre chico lucía desorientado, y triste, con su mirada cargando el tipo de nostalgia que muy pocos podrían comprender, aquella que se obtiene con la perdida de aquello que más amas. No hay actuar más cruel del destino que el que ocurre cuando da y luego quita.

El castaño dobló a la izquierda internándose al fin a la sección de dormitorios donde se encontraba la habitación de Maire. Dio unos pasos antes de detenerse abruptamente. Siwon estaba ahí esperando.

La mirada del pelinegro se posó en los dos Soldados de Luz que tenía enfrente, los usuarios de Piety, sol y luna. Su corazón se estrujó al encontrarlos en la pose tan familiar en la que estaban, con Maximilien llevando a la pequeña Maire en sus brazos. El cabello castaño rojizo de la pequeña caía graciosamente como cortinas en los brazos de Maximilien. Ella se encontraba dormida con un rostro sonriente como si fuera consciente de en los brazos de quien descansaba. Ah. ¿Podría él también tener ese tipo de familiaridad con RiAhn de nuevo? Siwon no pudo evitar pensar que al haber perdido sus recuerdos su luna pudiera rechazarlo al primer contacto. No. Alejó los pensamientos de su mente. Nada podría destrozarlo más que eso.

-La dejaré en la habitación y saldré de inmediato.

Siwon, ajeno a las palabras de Maximilien, se internó de nuevo en los pensamientos que lo atemorizaban. Él realmente no soportaría si en los ojos de ella se reflejaba el desconocimiento. No. ¿Cómo podría lidiar con ello? ¿Podrían los meses que llevaban separados cambiarlo todo? Y si ella... ¿y si ella miraba a Aedion de la misma manera en la que solía mirarlo a él? Se detuvo justo ahí. El dolor le atravesó el pecho y supo que debía detenerse ahí. Pensar en eso le provocaba más angustia de la que podía soportar en su estado actual. Se sintió abrumado, además de sus preocupaciones tenía el dolor de la marca punzando contra su muñeca. La marca, tratando de ganar protagonismo, comenzó a doler más intensamente haciéndolo tambalear sobre el suelo.

-¿Siwon?-Maximilien se acercó- ¿Todo bien?

El pelinegro asintió y le hizo señas a Maximilien para que continuara su camino, se apoyó en la pared y observó como las dos figuras se perdían por el corredor.

WE CAN BE DIVINE [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora