7. ALGUIEN DE QUIEN DUDAR Y ALGUIEN A QUIEN CREER.

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PARTE I

-Criamos a esos niños para morir, ¿qué clase de personas somos?- Esas palabras cayeron como un balde de agua fría a todos y cada uno de los mayores que se encontraban reunidos en la sala.

Aquella acusación del señor Hofburg había hecho callar el bullicio que los miembros del consejo habían creado. Habían estado discutiendo las terribles circunstancias en las que la organización se encontraba desde hacía un par de horas, y no parecían llegar a algún punto medio. Cada uno de los mayores era partidario de una idea en particular y detractor de la del resto. Parecían no desear llegar a un acuerdo.

En esa sala, un par de ojos inocentes se encontraron y un apretujón de manos se intercambió por debajo de la mesa. Habían dos Soldier of Light en aquella reunión del consejo. Era la primera vez que esos dos presenciaban semejante acto. Ellos no tenían ni idea de las cosas que se trataban, y ahora, habiendo escuchando semejantes palabras, sólo querían salir huyendo. Sol y Luna alzaron la mirada y continuaron escuchando atentamente. No podían hablar en esa audiencia, sólo estaban ahí para escuchar y aprender.

El señor Hofburg se paseó por la sala y miró acusadoramente al resto de los presentes. El azul claro de sus ojos se enfrió al tiempo que los observaba. Era alto, como todo hombre nacido en Viena, con facciones suaves y un marcado acento de aquel país que un día había sido parte del grandioso imperio Austro-Húngaro.

-No traje a mis niños para esto-dijo firmemente-. Francis y Keith no fueron separados de sus padres y llevados a un país extranjero para esto. Hay demasiado caos en nuestra organización-sentenció.

-¿Y qué propone, señor Hofburg?-el presidente Cha que había permanecido callado durante casi toda la reunión habló al fin- El incidente que sufrieron los gemelos hace unos meses no fue algo que nuestra organización pudiera prevenir. Ellos están aquí por una razón, es algo más grande que usted y yo, es algo más grande que todos nosotros, ¿insinúa que son demasiado débiles para enfrentarlo? Esos niños nacieron para eso.

El vienés miró con desaprobación al presidente del consejo. Era bien sabido el hecho de que ambos hombres nunca se encontraban de acuerdo en la manera de dirigir la Orden. El señor Hofburg era partidario de la protección de los usuarios de la Luz y el señor Cha era un utilitarista. Para el actual presidente de la Orden los Soldados de Luz eran meros instrumentos que debían ser utilizados y posteriormente desechados. Parecía olvidar que también eran personas, y eso irritaba sobremanera al noble vienés de la sala.

-Conozco mejor que usted la historia de los usuarios de luz, presidente Cha. ¿Debo recordarle que mi familia ha sido protectora de los usuarios de Understanding más tiempo que cualquier otra?

El presidente Cha formó puños con las manos tratando de contener su ira.

-¿Cuál es su punto, Hofburg?

Ambos hombres se enfrascaron en una batalla de miradas llenas de resentimiento. El ambiente, antes escandaloso, ahora se tornaba tenso por ese enfrentamiento silencioso. Los Soldados de Luz se estremecieron.

-Caballeros, basta. Esto no es una batalla-habló Saraaf, el protector de los usuarios de Knowledge-. No olvidemos que hay niños presentes.

El hombre hindú señaló con la mirada a Jude y Clarie y el resto de los miembros del consejo los miraron también. Jude colocó una mano sobre el hombre de Clarie y la acercó a él protectoramente. Algunos miembros del consejo se conmovieron por el gesto y otros se burlaron de él. Jude ignoró ambas reacciones y se puso en guardia. Él había asistido a la reunión como parte de las tareas del cargo que le había arrebatado a inHa. Nunca había imaginado lo que eso supondría. Ser el líder de los Soldier of Light requería más habilidad de la pensada, pero no se lamentaba. Él nunca se lamentaría de cualquier acción que le acercara a su meta: proteger a Clarie.

WE CAN BE DIVINE [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora