1. OJOS AZUL PÁLIDO

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Sentía los párpados pesados, no podía abrir los ojos por mucho que lo intentara, pero podía escuchar. Estaba recostada en una amplia y suave cama, por más que tenía el cuerpo desparramado en ella no parecía cerca de ningún borde. No sabía si era de día, mucho menos si era de noche. Me removí inquieta tratando de incorporarme sin éxito alguno. Mi cuerpo se sentía entumecido y demasiado perezoso como para obedecer mis órdenes. ¿Dónde me encontraba?

-¿Qué planeas hacer con ella?-murmuró alguien, su voz me llegó desde algún extremo de la habitación- Ellos vendrán por ella.

Dejé mis intentos por incorporarme en ese instante, alguien estaba hablando de mí, no podía permitir que notara me encontraba consciente, debía obtener toda la información que pudiera.

-Ella es mía, eso es todo lo que tienes que saber-la voz me sonó familiar pero mi cabeza estaba demasiado confundida como para identificarla-. Ella se quedará conmigo.

-No puedes hacer eso, mantenerla cerca de nosotros es...

Los murmullos bajaron de tono haciéndome imposible seguir escuchando. ¿Quiénes eran ellos? ¿Qué estaba sucediendo? Luché por abrir los ojos de nuevo fracasando al instante. El cuerpo comenzaba a hormiguearme. Estaba cayendo en la inconsciencia de nuevo.

Luché, luché de nuevo. Debía despertar, debía moverme de aquel sitio, debía volver con... Siwon. Un fuerte dolor surgió en medio de mis dos ojos, extendiéndose por la parte superior de mi rostro. Los recuerdos de lo sucedido acudieron a mí, golpeándome con demasiada fuerza. Yo había estado inconsciente por días, Keith y Francis se encontraban en la habitación cuando desperté... Keith. Keith había sido herido... Aedion. Aedion había herido a los gemelos. Yo estaba ahí. Siwon. Siwon, ¿dónde estaba Siwon? ¿Se encontraba bien? Comencé a luchar con el dolor, a apartarlo de mi mente, a empujarlo lejos, necesitaba abrir los ojos, necesitaba levantarme de aquí y huir. Necesitaba correr, necesitaba regresar a él. Siwon. Yo necesitaba regresar a Siwon.

-Ella está despertando-un escalofrío me recorrió la columna al oír esa voz.

-Todo está bien-esta vez reconocí la voz, era Aedion-. Todo estará bien, RiAhn.

-¿P-por qué?-sentí desgarrar mi garganta al dejar salir las palabras- S-Siwon.

-Duerme, todo estará bien. Yo cuidaré de ti, yo te protegeré de ese destino. Confía en mí. Estás a salvo conmigo. Él sólo te lastimará.

-No-gruñí.

-Él morirá si tú corres a su lado.

-¡No!

-Esos fanáticos de la Luz no te lo han dicho, ¿cierto? Ahn, hay demasiado que tú no sabes, si lo supieras todo tú no estarías con ellos, si tú recordaras todo... no estarías con él.

Mentira. Mentira. Yo elegiría a Siwon. Yo siempre lo elegiría sin importar qué. Aedion estaba equivocado. Yo no podría hacer tal cosa como soltar su mano. No lo haría. ¿Quién se creía él para decirme lo que era mejor? ¿Quién demonios era él para mantenerme alejada de todo? Me removí con más fuerza en la cama. Me iría de aquí. ¿Por qué mi cuerpo no me escuchaba?

-No pienso dejar que te hagas daño. Te protegeré de todo, incluso de ti misma-su tono no dejaba lugar a dudas, él estaba hablando en serio-. Olvidarás todo. Desde el momento en que tus ojos lo miraron por primera vez, desde el momento en el que fuiste envuelta por su hechizo, lo olvidarás todo. Ahn, duerme. Cuando abras los ojos de nuevo el mundo habrá cambiado.

Sentí su palma reposar en mi frente. Una abrumadora calidez se extendió por mi rostro y bajo por mi cuello lentamente cubriéndome por completo. El dolor de cabeza que había sentido antes cedió y en cambio fue remplazado por un sentimiento de entera paz. De pronto me sentí tan ligera que parecía saldría flotando de ahí en cualquier momento. ¿Qué me estaba sucediendo? Envié señales a mis piernas para exigir se movieran, nada. Intenté con mis brazos, les grité que me ayudaran a deshacerme del tacto de Aedion, nada. Abrí la boca para pedirle que se detuviera y él me silenció con dos dedos.

WE CAN BE DIVINE [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora