17. EL PRELUDIO DE UNA TRAICIÓN.

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Un grito de dolor me regresó a la consciencia. Me encontraba recostada en medio de una habitación completamente oscura en la que apenas podía distinguir las extremidades de mi cuerpo. Desconcertada me incorporé tratando de identificar el origen del ruido que me había despertado, me resultaba inquietantemente familiar. Sin éxito debido a la penumbra avancé con pasos tambaleantes.

Entonces, con los sonidos de las grietas abriéndose paso en el hielo, la oscuridad se quebró frente a mis ojos, dando paso a la deslumbrante luz. Una barrera de protección rompiéndose. La habitación entera se iluminó permitiéndome percatarme que nos encontrábamos en una sala de entrenamientos casi completamente vacía. El blanco estéril de las paredes era únicamente alterado por dos figuras de pie al otro lado de la sala.

Mi mundo, tal y como había sucedido hace más de un año atrás, se detuvo cuando mi mirada se cruzó con la suya. Casi pude sentir el momento en que mi corazón se descontroló bombeando desesperadamente sangre a mis piernas que, sin esperar órdenes expresas, iniciaron la carrera hacia él.

Siwon exhaló cuando el reconocimiento en mi mirada asentó todas las piezas dispersas. No necesitó más que la fuerza de mi cuerpo estrellándose contra el suyo, y la de mis brazos oprimiéndolo en un ansioso abrazo, para entender que era la Riahn por la que tanto había esperado. La Riahn con recuerdos. La que había nacido para él. Su Riahn.

Me rodeó con sus brazos de inmediato soltando suspiros de alivio que parecían no tener fin. No pude evitar el sollozar ocultando el rostro en su cuello, aspirando su aroma con una ansiedad que me era desconocida hasta ese momento. Podía sentir el ardiente sonrojo de mi rostro apaciguado por el frío de mis lágrimas. Mis brazos temblaban por la fuerza de mi agarre, pero no cedí ni un centímetro de él.

- Lo siento tanto- balbuceé.

Siwon intentó crear un espacio entre nosotros, probablemente para responder mi disculpa, pero mi ansiedad me impidió concedérselo. No podía soltarlo, aún no. Era demasiado pronto.

- Lo siento- repetí.

En respuesta soltó su agarre y suavemente deshizo mi abrazo. Casi con temor me aparté lentamente de él. Nos miramos lo que se sintió un para siempre. Mi estómago se sintió pesado cuando confirmé el daño que le había causado en su mirada, en las sombras debajo de sus ojos, en los surcos más pronunciados de sus facciones producto de la tristeza y preocupación. Sin embargo, nada de ello era capaz de eclipsar su belleza, lucía tan apuesto como lo recordaba, quizá incluso más que cuando pasábamos cada día juntos y yo era consciente de que nos pertenecíamos. Siwon me sonrió.

- Riahn- escuchar mi nombre fue suficiente para reanudar mi llanto-. Está bien- me tranquilizó.

Pensé en disculparme de nuevo. Pensé en explicarme, en soltar lo que había pensado en esos momentos cuando decidí entregar mis recuerdos, en lo que creí que era lo que se esperaba de mí, en el bien que creía le estaba haciendo a él, a la Orden, a nuestros compañeros, pero nada de eso se sentía correcto. Pensé entonces en abrirme y contarle lo que sentía dentro de mí, lo que sentía que había en mí, esa parte aterradora pero sólida que parecía pertenecer a Aedion.

El momento se rompió cuando la realización chocó conmigo. Los segundos, casi minutos transcurridos, nos habían apartado de la otra figura que se erguía imponente a nuestro lado y nos observaba con calculada turbación.

- Aedion- exclamé su nombre.

El peligris acortó la distancia entre nosotros al tiempo que Siwon se precipitaba para colocarse en medio como un muro protegiéndome. La tensión nos rodeó de inmediato casi dejándome sin respirar. Cualquier explicación que segundos atrás sentía debía ser comunicada a mi SOL murió antes de dejar mis labios. Mis pensamientos tenían una sola dirección ahora mismo, evitar que Aedion le hiciera daño a la persona que acababa de recuperar.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2022 ⏰

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