10. CÉSPED ROSA Y CIELO PURPURA.

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//RIAHN//


Era extraño. El lugar en el que me encontraba era hermoso pero extraño.

Bajo mis pies una interminable alfombra de césped se extendía sin que pudiera vislumbrar algún límite. Era de un extraño color rosa y se mecía levemente por una agradable brisa que venía de alguna dirección. Me di la media vuelta. ¿Venía el este o del oeste? No estaba segura, no podía estar segura de dónde venía. Todo era extraño en el sitio. Incluso el cielo, de un tenue purpura, parecía sacado de algún cuento para niños. ¿Qué era exactamente este sitio?

Avancé unos pasos decida a recorrer el resto de aquel sitio. El césped rosa no parecía tener fin, y el cielo purpura no parecía cambiar de tonalidad sin importar el tiempo que pasara. Tal vez era lo que sucedía. El tiempo no pasaba en este sitio. En los cuentos, el tiempo nunca corre, no es importante. En la vida real lo es. Pero esto no podía ser la realidad. Un sueño debía ser.

Caminé por mucho tiempo, mucho para mí, sin encontrar nada. Todo en ese mundo era césped y cielo. Parecía un lugar imperturbable. Si dejábamos a un lado los extraños colores bien que podría pasar por un campo, alguna zona rural alejada de la ciudad. ¿Qué hacía yo en semejante sitio, cómo había llegado a él? No lo recordaba.

Cansada del recorrido me tumbe en el césped, justo en medio de la nada. Esperaba ser incomodada por lo áspero del suelo o incluso ser víctima del ataque de algún insecto, como en el campo, pero no. El suelo era casi tan suave y cómodo como mi propia cama. Otra cosa extraña.

Observé el cielo purpura por lo que me parecieron horas. No había ninguna nube. El cielo se encontraba totalmente despejado. Me pregunté de qué color serían las nubes en tal sitio, ¿verdes, naranjas, rojas? Definitivamente no podían ser blancas. No era fácil imaginarlas del color de las nubes de verdad. Tal vez eran negras.

En otras circunstancias muy probablemente me encontraría asustada, temerosa de estar aparentemente atrapada en un sitio extraño, pero por alguna razón no era así. De alguna forma todo me parecía familiar. Sentía una peculiar sensación de paz, tumbada ahí bajo un cielo sin sol, como me encontraba. Curioso, era un hecho muy curioso.

-¿Te gusta?-una dulce voz me apartó de mis pensamientos- Yo lo decoré personalmente. Es mi mundo.

Me incorporé rápidamente volteando enérgicamente de un lado al otro. ¿De dónde venía esa voz?

-Aquí, detrás de ti.

Di un brinco del susto. Dios. Una chica. Solo era una chica. Una muy extraña, pero ya nada podía parecerme extraño en semejante sitio. Ella era apenas más baja que yo. Tenía el cabello largo y rubio arremolinándose en perfectos rizos por toda la cabeza. Sus ojos, del azul más claro que había visto, eran hermosos y me observaban con una gran dosis de entusiasmo. Podría pasar por alguien normal si no fuera por la piel tan blanca, casi traslucida, que tenía. Parecía una criatura del reino de las hadas.

-Claro que soy solo una chica-contestó algo irritada-, ¿qué esperabas? Cielos, odio la imaginación de los humanos. Probablemente pensabas que era un monstruo y que te comería los órganos o algo así, ¿cierto?

-¿Qué?-exclamé confundida.

¿De qué demonios estaba hablando?


-¿Quién eres?

-Bueno, eso es algo difícil de explicar-rio-. Probablemente no me creerías-continuó con voz solemne:

>>Soy todo y nada, el cascaron de lo que probablemente debe ser la esperanza de la humanidad; soy el muro que divide tu esencia humana de la divina, tu consciencia y la aliada de la consciencia de ÉL. El destino. Soy la que conduce la luz, el primer y el último rayo de sol. Soy testimonio del ciclo de la vida; lo más alto y lo más bajo. Represento el poder y la debilidad, la realidad y lo que los humanos llaman fantasía.

Su discurso finalizó y una sonrisa traviesa se formó en sus labios -Pero todos me llaman Spring. Mucho gusto. A partir de ahora tú y yo no nos separaremos de nuevo.

¡¿EH?!

-Y ahora que nos hemos presentado y ya somos mejores amigas de nuevo, ¿me puedes explicar cómo demonios te has metido en este lío?

-¿De qué rayos estás hablando?-pregunté consternada-¿Es un sueño? Sí. Todo esto es un sueño. Tú no eres real-murmuré para mí misma.

-¡Yo soy real!-chilló- No digas nunca eso de nuevo. Yo soy real. ¡Tú no eres real!

-¿Qué? ¡Claro que soy real!-grité enojada.

-¿Ves? Es horrible que te digan que no eres real así que se educada y no digas eso de nuevo.

Qué rayos.

-Ahora que hemos aclarado todo hay una pregunta de vital importancia que debo hacerte. Necesito que te concentres y pienses bien antes de darme una respuesta. Esto es realmente, realmente serio-se aclaró la garganta- ¿Morado o lila?-preguntó al fin extendiendo ante mí dos horrorosos vestidos floreados de similar tonalidad. Una sensación de deja vú se apoderó de mis sentidos.

" -El lila y el morado no son lo mismo. Todos creen que son lo mismo pero no. ¿Cuál crees que es mejor? "

-Y bien, ¿tú cuál crees que es mejor?

-Ninguno de los dos-respondí-me gusta más el que tienes puesto. El blanco te va bien.

Spring me miró boquiabierta, parecía querer gritar por mi respuesta. No pude identificar si gritaría de enojo o de felicidad. No pude saber si la había ayudado o confundido más con mi respuesta. No me enteré de nada más porque desperté.

En ese momento no lo sabía, pero aquel extraño sueño sería el primero de cientos. Y aquella extraña rubia sería la clave para descubrir la verdad detrás de todo. Ella sería como esa pieza regular de un rompecabezas que sirve como base para comenzar a armar la figura.

Spring.

Disparates sin sentido.

Spring.

Como un mundo en el que el sol no brilla en el cielo.

Spring.

Un nombre tan extraño como el césped color rosa y un cielo color purpura.



WE CAN BE DIVINE [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora