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Lo sabes desde que abres los ojos por primera vez a un nuevo día. La sensación de mala espina se instala en cada uno de los rincones que hay en ti. La sientes recorriendo tímidamente tu torrente sanguíneo. La sientes ocultándose en cada una de tus palabras. La sientes en tu respirar. El mal presentimiento no te abandona, por el contrario se va expandiendo lento pero seguro a través de ti hasta mermar todo pensamiento de seguridad que pueda frenarle. Despertar con un mal presentimiento arruina un día por completo. Mi día estaba arruinado.
Y lo entiendo, y lo entiendo. Días han pasado y todo a mi alrededor se ha vuelto un caos. Nada es como se supone debe ser y ninguna acción puede remediarlo. Me siento ansioso pero decidido a hacer algo. Ponerme en marcha. Dejar de esperar y avanzar. Hacia la felicidad o la desdicha. Hacia el triunfo o la derrota, hacia lo cierto o lo incierto. Avanzar, hacia donde sea que se suponga que deba ser.
Salgo de la ducha fría y me visto rápidamente. Los latidos de mi corazón están acelerados y no hay más razón que un nerviosismo injustificado. Con movimientos casi torpes me coloco las botas negras y segundos después me dirijo a la puerta. Salgo de la habitación vestido con la ropa de entrenamiento de un Soldado de Luz, pero no voy a entrenar. Voy a la guerra.
-Hey, ¡Siwon!
El llamado de Keith se queda como solo eso, un llamado. No lo atiendo y me dirijo con paso firme a la salida. Sé dónde la tienen y no hace falta nada más. Tengo que ir por ella. Siempre lo he sabido. Siempre. Hoy más que nunca.
Llegando a la salida una mano se aferra a mí y me detiene.
-No seas imprudente.
Es Gabriella. Me sujeta con fuerza.
-Con tu imprudencia nos vas a conducir a todos al abismo.
-No hay peor abismo que este, Gabriella. No puedo continuar de esta manera, así que déjame ir. Iré solo.
Había tomado la decisión ya. No quería esperar ni un segundo más. El tipo de seguridad que sentía era algo que probablemente no volvería a sentir nunca.
-Al menos-titubeó- no vayas solo. Déjame acompañarte.
Negué con la cabeza.
-Esto es algo que debo hacer solo. Ir acompañado a la Orden de la Oscuridad sería una declaración prematura de guerra. Déjame ir solo. Tengo que hacerlo.
Gabriella dudó ante mis palabras. Segundos después la sentí aceptar mi decisión al soltarme lentamente.
-Por favor, Siwon-suplica sabiéndose derrotada.
-Volveremos pronto, Gabriella.
Y así será. Volveremos. Porque traeré a Riahn de vuelta.
***
Desde el exterior, no hay diferencia alguna entre los edificios de ambas ordenes. Poseen el mismo estilo, como haciendo una broma sobre su naturaleza.
Se trata de un edificio que usa como estilo una combinación entre arquitectura clásica y moderna. Puede ser confundido como un edificio de gobierno, pero yo sé qué es. Este edificio que proyecta una enorme sombra a su alrededor es la Sede de la Orden de la Oscuridad.
El Lhuar, invisible a los ojos de los transeúntes, me ata. Soy capaz de percibir como se extiende alrededor del edificio y lo cubre a modo de escudo. Para una persona común es un aura pesada que los mantiene alejados, para mí, es energía oscura que absorbe mi zeigest.
La reacción de la marca es inmediata. Arde como fuego quemando carne viva. El dolor se extiende por todo mi brazo como advirtiéndome. Si me acerco más dolerá más. Pero ya nada puede hacerse. Me dirijo a la puerta de todos modos.
-Tú de nuevo-el guardia se hace un lado en reconocimiento-. Él te espera.
Por supuesto que lo hace. Al abrir los ojos en la mañana fui consciente que hoy sería el día, probablemente Aedion también lo sintió. Incluso si nuestros destinos son opuestos compartimos, de alguna forma, el mismo sentir.
Me adentro decidido y paredes de ladrillo negro me reciben. Se extienden a lo largo de todo el edificio, y es que son el material base de la construcción, es energía. El edificio entero es Lhuar. La marca arde en respuesta.
¿Dónde estás Riahn?
Un grito desgarrador se escucha en alguna parte del edificio y a pesar que sé que no se trata de Riahn no puedo evitar correr hasta el lugar. Una mata de cabello pelirrojo aparece frente a mí. James. También corre y se dirige en la misma dirección. No puedo estar equivocado, tengo que seguirlo.
El camino se hace cada vez más oscuro hasta que me es imposible ver más allá de unos metros por delante, me concentro en seguir el sonido de los pasos de James, él me guiará.
Después de unos minutos James se detiene. Parece que llegamos al sitio. Es una sala enorme. El sitio me parece conocido. La luz tenue me permite conseguir una visión general del lugar en el que me encuentro. Los ornamentos de la sala me recuerdan a la Sede ubicada en la capilla Peters en Roma. Las entradas de luz son similares. La cúpula sobre mi cabeza es similar. Incluso el aroma de las velas aromáticas. Pero este sitio no es la capilla Peters.
-Has caído.
Lo sé. Esta es la barrera de Aedion. He caído en la trampa.
La figura de Aedion, majestuosa, sublime y arrogante se materializa frente a mí.
-Hoy es el día, Siwon-el tono de Aedion es oscuro-. ¿Lo sabes?
Asiento.
-Es bueno que lo sepas.
Con un tronar de sus dedos el dolor de la marca se incrementa. El conocido dolor se apodera de la mitad de mi cuerpo. Me trago mis gruñidos para no darle el gusto. Yo soy mejor que esto.
-Es gracioso verte luchar con el dolor. Si sólo te dejaras consumir por el sería más llevadero.
Aedion está jugando conmigo. Comienza una caminata tortuosa a mi alrededor. Puedo sentir como el Lhuar presiona mi cuerpo en dirección al suelo pero no me doblego. No lo voy a reverenciar. La Luz nunca se inclina ante la Oscuridad.
-Riahn te recordó hoy-suelta como si nada, mis sentidos vuelven a su máximo grado de alerta ante la mención de mi luna-. Tuve que dormirla para que no se dañara más.
-Miserable...
-Tranquilo, no tengo intención de tomar sus recuerdos de nuevo. Tengo una mejor solución. Me desharé de ti.
Con sus palabras el dolor cede, es lentamente apagado, se vuelve una molestia apenas perceptible. Le miro con incredulidad y él sonríe.
-Tomalo como un regalo de mi parte, necesitarás concentrarte si quieres salir de mi barrera con vida.
-Eglentina-pronuncio sin dudar.
Mi fiel espada acude a mi llamado. Eglentina. La que no puede ser consumida. Con su tamaño, fuera de la proporción natural de una espada, se materializa en mi mano derecha. Mi arma no pierde tiempo y comienza a liberar zeigest. El lhuar a mi alrededor se vuelve menos denso.
-Oh. Ha pasado tanto tiempo desde que nos vimos por última vez, Eglentina.
Mi espada reacciona a su nombre y libera más zeigest. Parece reconocer a quién se enfrenta.
-Oh, oh. Parece que también le da gusto verme.
-Aedion. Has apartado a Riahn de la Orden de la Luz, has tomado sus memorias, la has mantenido cautiva. ¡Yo, como Soldier Of Light no puedo perdonarte!
La cubierta de diamante de Eglentina resplandece ante mis palabras. Es su forma de decirme que está lista para desgarrar todo lo que le ordene. Incluso al Guardián de la Oscuridad.
-Aedion... tomaré a mi luna de vuelta.
Es inevitable dar marcha atrás. Con esto, mi propia batalla comienza.
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WE CAN BE DIVINE [2]
FanfictionPARTE 2 DE LA TRILOGÍA IN THE LIGHT OF YOUR HALO. Un año ha pasado desde que nuestra protagonista, RiAhn, dejó su país. Seis meses desde que había aceptado su destino como luna de Choi Siwon, y Luz del mundo. Y otros seis meses desde que había acept...