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MARATÓN 1/5.

CESAR PARRA.

Anoche, después de haber ido a casa de los Parras, y ver que todos estaban con actitud sospechas, he decidido cambiar mi testamento.

Estoy en mi oficina de Parra Phoenix Automotriz, con mi abogado, quien ha quedado atónico al saber quién es mi posible heredero, o mejor dicho mi heredera.

- Señor Parra, esto que usted quiere hacer, no es tan fácil - dice aún sorprendido.

- ¿Por qué no? Es mi voluntad.

- Aunque sea su voluntad, no es tan simple.

- Creo que usted no me entendió. Yo Cesar Paul Parra Ruiz, en pleno uso de mis facultades mentales dejo como mi única heredera a la señorita T/n Beltrán, obviamente con una condición - tal vez estoy loco, dejando como mi heredera a una desconocida, pero gracias a ella, quien me advirtió del atentado que sufriría si hubiese viajado a Portland, no me hubiera dado cuenta de que tal vez alguien que dice ser mi familia, posiblemente quiera matarme.

- Puedo saber la condición.

- Por supuesto, para que la señorita Beltrán. Herede mi fortuna, no podrá tener ni pretendientes, novios, ni mucho menos maridos - el abogado me observa como si yo fuera de otro planeta. ¿No puedo pedir algo a cambio? Ella sería rica, pero solo ella, no quiero que comparta mi fortuna con ningún hijo de puta.

- Señor Parra, su padre es abogado, no sería tan difícil impugnar el testamento...obviamente, si a usted le sucediera algo - mierda...tiene razón. Mi padre, no la dejaría en paz.

- ¿Puedo sugerirle algo? Es para que esa señorita no tenga problema al convertirse en su heredera - me dice.

- Lo escucho - que sea una buena idea, no una estupidez.

- ¿Por qué no se casa con esa señorita? Ella, al convertirse en su esposa, sería mucho más fácil, convertirla como en su única heredera, si usted así lo desea - el mundo deja de girar, ¿Casarme yo? ¡Por ningún motivo! Este idiota está loco...jamás me amarraría a una sola mujer, el matrimonio no fue hecho para mí.

- ¡No vuelva a decir una estupidez como esa! - ¿Quién se cree que es para sugerirme una barbaridad como esa?

- No lo tome mal, señor Parra...era solo una sugerencia - se remueve incómodo en el sofá - Veré lo que puedo hacer - se pone de pie.

- Conmigo no funciona el "Veré lo que puedo hacer". Conmigo funcionan, los soluciono de inmediato, para eso le pago - mi voz es fría e intimidante.

- Sí, señor. Como usted diga.

El idiota del abogado sale de mi oficina. Maldito, yo casarme...eso no va a pasar nunca.

Mi mañana ha sido bastante productiva, el mal rato que me hizo pasar el tonto del abogado queda olvidado.

- Señor Parra...llegó algo para usted - me informa mi guardaespaldas por el teléfono.

- ¿Qué es?

- Baje a recepción, y lo descubrirá - esto ya me dio curiosidad.

Bajo hasta la recepción, como siempre la recepcionista me aletea las pestañas de forma coqueta. Quizás más tarde, esas pestañas podrían moverse, mientras mi polla está en su boca.

- Señor Parra - me llama Jason.

- ¿Qué ocurre, Taylor? ¿Cuál es la urgencia? - veo que sostiene una caja, y en el suelo hay otra más grande.

- ¿Eso es lo que imagino que es? - condenada mujer, está devolviendo los regalos que le envié.

- Así es, señor Parra. La señorita Beltrán le mandó de regreso sus regalos...con ellos viene una nota.

Cojo la tarjeta que estaba encima de la caja, que sostenía Jason, que deduzco son las copas.

Señor Parra, agradezco sus "regalos" pero no puedo aceptarlos. Son demasiado para mí, en comparación con lo que usted rompió, solo me tome la pequeña molestia de regresarle dos copas rotas, fue mi venganza, porque usted rompió las mías. De todas formas muchas gracias.

Posdata: Los platos están intactos, no rompí ninguno.

Atentamente: T/n Beltrán.

¿Qué mierda significa todo esto de romperme dos copas, lo encuentro divertido, solo ella podía ocurrirle algo así? Pero ¡¿Devolverme el regalo?! Eso es inaceptable, ¡¿Qué no ve que puedo permitírmelo?! Soy un hombre rico, muy rico...y ella está devolviendo mis regalos, nunca una sumisa me devolvió un regalo. Ahora llega la encantada señorita Beltrán, y devuelve algo que por lo demás es una estupidez. Ya me cabreo.

- ¿Qué hago con esto? - pregunta Jason, intentando no reírse.

- Puedes dárselo a Rosa, si quiere. Yo no los quiero - me doy la vuelta para regresarme a mi oficina - Ah...hay dos copas rotas.

Definitivamente, estoy muy cabreado con T/n. No encuentro la forma para hacerla mi sumisa, me devuelve los estúpidos regalos. Joder, será mejor olvidarme de ella, y pedirle a Reina que busque una nueva sumisa para mí. Hablando de Reina, ella también podría sé mi heredera, ella me ha ayudado mucho...

Observo mi agenda para mañana viernes, tengo tres reuniones, una en la mañana y las otras dos en la tarde, hoy quedé de salir a cenar con Reina, le voy a pedir que me busque una nueva sumisa, hace varios días que no follo, y creo que necesito un polvo con urgencia.

Es hora de ir a casa, darme una ducha, cambiarme de ropa y salir a reunirme con Reina...

Observo por la ventana, mientras Jason conduce, me doy cuenta de que vamos pasando por Vine Street. Sé que es de loco y me propuse olvidarla, le digo a Jason que se acerque a la calle por donde vive la señorita Beltrán.

De repente mi ritmo cardíaco empieza acelerarse al ver a la hermosa chica, que no puedo apartar de mi mente. Ella está mirando su Volkswagen, que le sale humo. Creo que esa mierda de auto ya no funciona.

- Taylor, detente - le ordeno, quiero ayudarla.

Me bajo del auto, pero me quedó en shock, al ver que de un taxi baja un hombre la llama, y ella corre a sus brazos ¿Qué mierda significa esto? ¿Es su novio? La ira empieza correr por mis venas...no puede ser, ella es de otro.

Ella es para mí.👫🏻🫶🏻♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora