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MINI MARATÓN 1/3.

T/N BELTRÁN.

- Abre tus ojitos - le suplico a mi padre. Está rodeado de máquinas. Me duele tanto verlo así. Se ve tan pequeño - Por favor papá...mírame - mis lágrimas no dejan de salir.

- No me dejes sola...eres lo único que tengo, en esta vida - el doctor me dejó verlo cinco minutos. ¡Vamos papá, abre tus ojos! Le ordeno mentalmente, pero él no me hace caso - Por favor recupérate - tiene un tubo en la boca que va hacia el respirador.

- Señorita Beltrán - escucho que dice la voz de una mujer. Alzo mi mirada y veo a una enfermera. En su placa de identificación pone KELLIE RN y debe de tener unos veinticuatro años. Es rubia con los ojos muy, muy oscuros.

- ¿Qué sucede? - le pregunto secando mis lágrimas con mi pulgar.

- Ya pasó los cinco minutos...debe salir de aquí - ¿Tan pronto, pasaron los cinco minutos?

- Señorita, por favor. Déjeme otro momento con él - le suplico.

- No puedo, señorita - me sonríe amablemente.

- Por favor, papá...recupérate - me acerco a él y beso su frente, por más que quisiera quedarme al lado de Antonio, no me dejarán.

- T/n, ¿Cómo está tu padre? - me pregunta Andrea, cuando regreso a la sala de espera.

- Mal - empiezo llorar.

- Todo estará bien - ella me abraza.

- Tranquila, niña. Tu padre es fuerte - me dice Cornelio Vega, senior con pesar.

El sonido del ascensor me distrae por una fracción de segundo. Me volteo y veo salir del ascensor a Cesar Parra. ¡¿Cesar?! ¡¿Qué hace él aquí?!

- ¿Andrea? - pregunta atónito.

- ¡¿Cesar, que haces aquí?! - contesta Andrea, igual de atónita.

Me aparto de Andrea, y veo a Cesar, impecablemente vestido con; traje azul marino, camisa blanca, y no lleva corbata. Sé muy guapo.

- Señor Parra, ¿Qué hace aquí? - está aquí por ti. Gruñe mi subconsciente. No creo que él esté aquí por mí, debe haber otra razón por la que él está aquí.

- Supe, que su padre ha sido hospitalizado ¿Está bien? - ¿Qué? ¿Cómo lo supo? Me quedo perpleja mirándolo. Él me observa intensamente con esos hermosos ojos cafés.

- Eh...si, él está mal - el dolor de tener a mi padre luchando por su vida, se instala nuevamente en mi pecho.

- ¿Qué tiene? ¿Hay algo que yo pueda hacer? - pregunta tomándome por el brazo y me acerca a su cuerpo. Nuevamente, siento esa extraña sensación de corriente al tenerlo tan cerca. No puedo decirle nada, las lágrimas no me permiten hablar.

- Tranquila, T/n - me abraza ¡Está abrazándome!

- Ten...tengo...miedo - le confieso. Él no dice nada, me aferro a sus brazos, como si mi vida dependiera de ello. Él se tensa, pero no dice nada. Aunque me sorprende que esté aquí, lo agradezco.

- Familiares de Antonio Beltrán - dice la voz de un hombre. Me aparto de inmediato de Cesar, y me acerco al doctor.

- Soy su hija, T/n Beltrán.

- Señorita Beltrán...debemos hablar - Cesar, pone su mano en mi hombro.

- Dígame.

- Venga a mi consulta.

- Iré con ella - espeta Cesar, ¿Por qué está haciendo esto? No tengo cabeza para pensar en otra cosa que no sea la salud de mi padre en este momento.

- ¿Cómo está mi padre? ¿Se va a recuperar verdad? Dígame que si doctor - estoy desesperada.

- Vamos a la consulta.

- Vamos, nena - dice Cesar, impasible. De reojo veo a Andrea mirarnos asombrada.

- ¿Es usted familiar? - le pregunta el doctor a Cesar.

- Soy el novio de la señorita Beltrán - ¡¿Qué ha dicho?!

- Oh, mi dios - escucho la exclamación de Andrea. Está igual de atónica que yo.

- Entonces vamos a la consulta.

El doctor camina por un pasillo. Cesar me toma de la mano y caminamos detrás del doctor. Tengo un cúmulo de sentimientos, es demasiado para un solo día. Estoy desconcertada por la actitud de Cesar, y temo por la vida de mi padre. Siento un hueco en el estómago por culpa de los nervios.

- Tomen asiento - nos dice el doctor cuando entramos a su consulta.

Solo me siento yo en la silla, Cesar, se queda parado detrás de mí y pone sus manos en mis hombros.

- Señorita, seré franco con usted - afortunada estoy sentada porque que siento que me fallan las rodillas, y mi corazón martilla fuertemente en mi pecho - El señor Beltrán, necesita una cirugía abierta de válvula aórtica para reemplazar dicha válvula en su corazón - me quedo en shock. ¿De dónde voy a sacar tanto dinero para la operación? Siento rabia, impotencia.

- ¿Entonces que están esperando para la cirugía? - pregunta Cesar, con tono de voz dura.

- No es fácil, señor... - el doctor se queda mirando a Cesar, seguramente para que Parra le diga su nombre.

- Parra - dice Cesar, con tono de voz frío.

- Como le decía, no es fácil una operación al corazón es cara, la señorita Beltrán deberá pagar...

- Por el dinero no se preocupe - lo interrumpe Cesar, dejándome asombrada.

- Pero... - no puedo articular palabras, estoy en shock.

- ¿Usted pagará todos los gastos? - pregunta el doctor.

- Por supuesto - responde Cesar.

- Está bien, procederemos de inmediato.

- ¿Qué estás diciendo? - pregunto estupefacta cuando logro conectar mi cerebro con mi lengua.

- Nena - él se arrodilla al lado de mi toma mis manos - Tú no te preocupes por nada - me dice.

- No. Yo no puedo aceptar tu ayuda.

- T/n, tú salvaste mi vida. Lo mínimo que yo puedo hacer es esto - ¿Va a insistir con eso? Mmm, estoy en caída libre, ya sé por qué está haciendo esto.

- Mi dignidad no está en venta - le digo tratando de ponerme de pie, el doctor ya no está, ¿En qué momento salió?

- ¿De qué hablas? - pregunta perplejo.

- Señor Parra, no se preocupe por mí, trataré de conseguir el dinero para la operación de mi padre.

- Señorita Beltrán, no sé qué demonios está pensando, pero lo que sea, olvídelo.

- Yo sé por qué está haciendo esto. Lo que usted quiere es que yo sea su puta de turno, ¿O me equivoco? - mi voz es dura.

- ¡¿Qué?! ¡¿Pero de dónde saca algo así?! - dice furioso, y se levanta - ¿Tan mal concepto tiene de mí? - me siento avergonzada, tal vez solo lo hace para ayudarme.

- ¿No pretende cobrarme su dinero a cambio que yo sea su sumisa?

- T/n, me encantaría que fueras mi sumisa, pero ya dijiste que no. No voy a obligarte a nada - ¿Estará hablando en serio?

- Pagaré hasta el último centavo que pagues por la operación de mi padre, así me lleve una vida entera trabajando - no quiero deberle nada.

- No pienses en eso. Ahora lo único importante es que tu padre se salve - estoy muy confundida, ¿Por qué hace esto? Él besa mi cabeza - Vamos - me dice tomándome de la mano.

Ella es para mí.👫🏻🫶🏻♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora