④②

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T/N BELTRÁN.

- Cesar...estoy embaraza - suelto.

Ya está ya se lo dije. Cesar se queda petrificado y lentamente el color va abandonando su cara.

- ¿Qué? - susurra horrorizado.

- Estoy embarazada - repito.

Él arruga la frente por la incomprensión de lo que acabo de decir.

- ¿Cómo?

¿Cómo que cómo? ¿Qué pregunta ridícula es esa? Me sonrojo y le dedico una mirada extrañada que dice ¿Y tú cómo crees? La expresión de su cara cambia inmediatamente y sus ojos se convierten en témpanos de hielo.

- ¡Maldita seas, T/n! ¡¿No estabas cuidándote?! - cierra los ojos tratando de controlar su ira.

- Lo siento...sé que no es el mejor momento, pero yo sé que nos los vamos a arreglar.

- ¡¿Enserio?! ¡No seas estúpida! Nos conocemos ¿Cuánto? ¿Uso putos tres meses?! ¡Joder, T/n. Me casé contigo para que tú seas mi heredera y ahora tú me sales con que estás embarazada! - me quedo helada, mientras empiezo caer al precipicio.

- ¿Qué has dicho? - le pregunto en un susurro, mientras siento como mi corazón se rompe en mil pedazos

- Maldita sea...no tenías ningún derecho hacerme esto. Yo... - levanta las manos en señal de derrota - No quiero hijos - añade y se encamina hacia la puerta sin siquiera mirarme, sale de la habitación dejándome destrozada.

No me ama, se casó conmigo para tener una heredera. Me dejo caer encima de la cama, mientras dejo caer las lágrimas libremente. Ay Cesar Parra, acabas de romperme el corazón en mil pedazos.

- No nos quiere...creo que seremos un estorbo en su vida - le digo a mi bebé, mientras acaricio mi vientre.

No sé cuánto tiempo llevo llorando. Pero unas voces me distraen, me levanto de la cama y me voy al salón.

Cuando llego al salón veo a "Mi marido" conversando con esa maldita mujer ¡Pero se acabó! Ellos se voltean a verme. Toda la tristeza y el dolor que estaba sintiendo empieza transformarse en ira. Si quiere quedarse con su señora pedófila ¡Que se quede con ella! No me quedaré al lado de un hombre que no me ama, y que solo buscaba una estúpida para proteger su fortuna.

- Disculpe la interrupción - digo mirando a Cesar. Él me mira como si yo fuera un bicho raro. Tiene los ojos muy abiertos - No es mi intención molestar, solo quiero decirles a ambos...quédense con su maldito mundo de sadomasoquismo, porque yo me iré de tu vida para siempre - con rabia me quito el anillo de mi dedo y me acerco a Cesar, y se lo dejo en su mano.

- T/n... ¿Qué haces? - dice asustado.

- Estoy segura de que ella estará feliz de llevarlo en su dedo - miro a Reina - Estuvo en el dedo equivocado, es ella a quien le pertenece a este anillo.

- Cesar... ¿Qué sucede? - pregunta la vieja estúpida.

- Yo le diré que sucede.

- T/n, debemos hablar - me pide Cesar, temeroso.

- Este hombre - señalo a Cesar - Se casó conmigo para proteger su fortuna, pero yo no lo necesito y ahora si me disculpan, con permiso - no voy a llorar, no voy a llorar ¡No voy a llorar!

Camino decidida hacia el dormitorio. Debo empacar mis cosas y marcharme a la casa de mi padre en Tucson.

- ¡T/n! - grita Cesar, entrando al dormitorio detrás de mí.

- No digas nada...ya lo entendí - le digo furiosa.

- Hablemos, por favor - me suplica, pero ya no quiero nada con él.

- ¿Sabes lo que más me duele? Que yo me enamoré de ti - él abre los ojos como platos - Te amo, pero tú no te lo mereces...tenía la ilusión que tú también me amaras, pero me equivoqué.

- T/n - susurra con voz ahogada.

- Vete de aquí, ¡Vete con tu señora Robinson! - lo empujo hacia la puerta.

- T/n....escúchame por favor - me suplica, pero yo ya no quiero ni verlo. Me lastimó, rompió mi corazón, rechazó nuestro hijo.

- ¡Fuera de aquí...no quiero volver a verte! - estoy furiosa y las malditas lágrimas empiezan a caer como cascada nuevamente.

- Por favor...debemos hablar. Tengo algo que decirte - cierro la puerta y le pongo seguro.

Me deslizo por la puerta hasta caer sentada en el suelo. Cuanto dolor, todas mis ilusiones se han esfumado, mi cuento de hada se ha transformado en una pesadilla, donde no hay príncipe ni finales felices.

CESAR PARRA.

- Ábreme, por favor - suplico.

No quiero perderla, la necesito en mi vida. Ella no puede dejarme. Solo necesita tiempo, si eso debe ser...la dejaré sola para que se tranquilice está muy nerviosa.

- Supongo que nada está bien - me dice Reina, cuando regreso al salón.

- Quiero que te vayas - le pido con toda amabilidad que tengo.

- No te dejaré solo...vamos a tomar un trago, lo necesitas - me dice.

- No, yo debo solucionar mi relación con T/n.

- Ella está nerviosa, necesita tiempo, dejémosla sola...hablas con ella cuando regrese.

Creo que tiene razón, tal vez T/n solo necesita espacio.

- Está bien.

Ya en el bar el camarero nos sirve bourbon.

- Bebe - ordena Reina.

- No debí venir, debí quedarme en casa para hablar con T/n - la incertidumbre se está haciendo insoportable. Ella estaba furiosa, no debí gritarle, pero yo no quiero hijos.

- Ella estará ahí cuando regreses - ya no estoy tan seguro.

- No sé, Reina. Será mejor regresar a casa, debo hablar con ella, debo decirle - siento mis pulmones sin oxígeno - Debo decirle que la amo - las palabras que quería decirle desde hace mucho, salen espontáneamente.

- ¿Qué has dicho? - pregunta Reina, estupefacta atónita.

- Me voy a casa con mi mujer - me pongo de pie - No puedo darme el lujo de perderla, ella debe saber lo que siento - siento que a momento estoy desesperándome.

- ¡Cesar! - grita Reina, pero hago caso omiso.

Entro rápidamente a mi auto. Tengo el presentimiento que ella va a dejarme, y yo no puedo permitirlo.

Llego a casa gritando como loco.

- ¡T/n!

Me voy a la habitación, pero ella no está ahí. Mi preocupación empieza aumentar.

- ¡T/n!

En el baño no está, ¿Dónde te metiste, T/n? Por favor que no sea lo que estoy pensando.

- Señor Parra...no busque a la señora Parra, ella no está en la casa - siento un picor en el cuero cabelludo, irritado por el miedo.

- ¿Cómo que no está en la casa? ¿Dónde está? - estoy al borde del abismo. No puedo respirar.

- Nos engañó para escapar - me quedo helado.

- No pudo haberse ido. Yo la amo.

Ella es para mí.👫🏻🫶🏻♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora