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CESAR PARRA.

He pasado un horrendo fin de semana, llame a Jiapsi para desahogarme en mi cuarto de juegos, pero no pude concentrarme, así que tuve que pedirle que se vaya. Ahora estoy aquí, como un idiota estacionado, enfrente del consultorio del idiota de Ibarra y no precisamente porque necesito de un psicólogo, sino que es para ver a la responsable que ocupó la mayor parte de mis pensamientos este fin de semana. Necesito que ella afirme, la quiero como mi sumisa.

Observo cuando sale de la consulta, joder, mi miembro se agita de inmediato. Mira hacia donde estoy estacionado ¿Se habrá dado cuenta? Espero que no. ¿Pero qué mierda es eso? Es una trampa mortal, si fuese mi sumisa, ella conduciría un Saab, no ese Volkswagen, ¿Es que no teme por su vida? Ella entra en esa mierda de vehículo.

La señorita Beltrán, ha subido en esa cosa llamada Volkswagen, pero no enciende el motor, ¿Será que no funciona el motor? ¿Debería salir y llevarla a su casa? No hago ese tipo de cosas, pero por tener a la señorita Beltrán besándome los pies, y que me deje hacer lo que se me dé la gana con su cuerpo, estoy dispuesto ayudarlo. Estoy por salir de mi R8 cuando el escarabajo empieza moverse, pero más rápido es una tortuga.

Ella se incorpora al tráfico y yo tengo que seguir el ritmo de su forma de conducir, ¿A cuánto voy? Como treinta o treinta y cinco kilómetros por hora. Joder, a este paso que voy terminaré envejeciendo.

Después de una eternidad, por fin he llegado hasta donde vive, ella rápidamente entra al edificio, quisiera entrar, y ver su bello rostro cuando el conserje le entregue las finas copas, de cristal francés. Espero que no se moleste. Mi móvil comienza sonar.

°LLAMADA DE ELIZABETH°

(CESAR) Parra - respondo molesto.

(ELIZABETH) Cesar...Hola, ¿cómo estás? - es mi cuñada.

(CESAR) Hola, Elizabeth. ¿Qué ocurre?

(ELIZABETH) ¿Vendrás a la cena? Es que tus padres estaban sorprendidos, que no viajaste a los Portland - esto último llama mi atención ¿Le había mencionado que iría a los Portland? Creo que no - Así que como no te fuiste de viaje, te estoy invitando a cenar- ella sigue hablando, pero hago caso omiso.

¿Por qué mis padres se sorprendieron que no fui a los Portland? ¿Será qué? No, Parra. Tu familia nunca te haría daño ¿O sí?

(ELIZABETH) Cesar, ¿Estás ahí?

(CESAR) Aquí estoy, te veo en un rato más - cuelgo.

°FIN DE LA LLAMADA°

Hasta aquí llegó mi hobbie de acosador, por hoy. Ya mañana veré como me las ingenio para ver a la señorita Beltrán...

Después de darme una ducha, y vestirme cómodamente solo con jeans azul, playera roja, y tenis negros. Mi chofer me lleva a la casa de mis padres.

- ¿Le diste indicaciones específicas al conserje, para que le entregue las copa a la señorita Beltrán?

- Sí, señor - responde Taylor.

Compruebo mi correo, y nada, ni una llamada, ni un mensaje. Absolutamente nada. Vaya, señorita Beltrán. Ni siquiera un simple "Gracias"

Qué descortés, pero ya va a llegar el día en que me las cobraré toda. Me la imagino en mi cama del cuarto rojo, atada de manos, con las piernas bien abiertas, atada en los tobillos, y yo ser el dueño de su placer, castigándola. Frena, Parra. Alejo de inmediato esos lujuriosos pensamientos con la señorita Beltrán, porque ya se puso duro.

Taylor, aparca cerca de la entrada, él sale, rodea el cámaro y me abre la puerta.

- Gracias, Jason. En una hora más, estoy de regreso.

Camino hacia la puerta, y toco.

- Buenas noches, señor Parra - joder, aquí está Megan, alucinando por mí, qué irritante es.

- Buenas noches - contesto serio - Paso por su lado, y me pasa hasta el salón.

- Cesar - dicen sorprendido.

- Buenas noches, familia.

- Pensé que te habías ido a Portland - murmura Christian, demasiado sorprendido para mi gusto. ¿Qué está ocurriendo aquí?

- Cambie de idea - no voy a decirle del atentado. Saludos a todos.

- ¿Quieres algo de beber, mientras esperamos a que sirvan la cena? - pregunta mi padre.

- Sí, por favor...proseco.

- Iré yo a buscarlo - dice Luna, y se levanta como un resorte del sofá.

- Qué bueno que aceptaste venir - murmura Elizabeth.

- Sí...no tenía nada que hacer - finjo una sonrisa.

- Cariño, aprovechando que tus hermanos están aquí, ¿Por qué no les pides ayuda? - le dice Elizabeth a mi hermano. Christian la fulmina con la mirada.

- ¿Qué ocurre, Christian?

- Nada...solo unos negocios, que no salieron como esperaba...tú no preste atención a las boberías de Elizabeth - espeta.

Luna y Lilian, regresan con una copa de proseco.

- Bébetela toda - dice burlona. Esto es sospechoso, ¿Querrá envenenarme? Joder, mientras no descubra quién quiere matarme, no podré estar tranquilo.

- Sí, ya la bebo - solo sostengo mi copa.

Ya llevo algunos minutos aquí, mi madre habla de sus pacientes.

- ¿No vas a beber tu copa? - pregunta Christian ¿Nervioso?

- La cena esta lista - nos interrumpe, Gretchen.

- Iré al baño un momento - me excuso.

Ya me entro la duda, ¿Será que mi familia está detrás del atentado? Joder, ya no puedo confiar en ellos.

Finjo ir al baño, pero en realidad, voy al estudio de mi padre. ¿Qué estoy buscando aquí? Mi testamento, hace unos meses atrás mi padre insistió que haga un testamento, y los Parra son los únicos herederos de mi inmensa fortuna.

Busco en el cajón, y lo encuentro. Pero, ¿Por qué? No se supone que mi padre, iba a guardarlo en su caja fuerte. Alguien lo estuvo revisando, de eso no tengo la menor duda. Lo tomo y lo guardo.

Cuando voy saliendo del estudio de mi padre, me encuentro con Elizabeth, casi me mata del susto.

- Elizabeth.

- Disculpa, es que te vi, cuando entraste... ¿Puedo hablar contigo?

- Claro, dime - ella voltea para mirar hacia atrás, y al ver que no viene nadie, empieza hablar.

- Necesito de tu ayuda - dice nerviosa.

- Por supuesto, ¿Qué necesita?

- Es Christian, está en la ruina...su constructora quebró - me quedo estupefacto.

- Pero, ¿Cómo? - no salgo de mi asombro.

- Lo estafaron, yo lo descubrí por casualidad hace unos días atrás, él no quería que me entere - ¿Pero qué mierda? ¿Por qué Christian, no quería que Elizabeth sepa que estás arruinado? Todo esto hace que empiece marearme - Todo esto sucedió hace como un mes, y ahora que sé la verdad, estoy desesperada. No sé cómo ayudarlo.

- Tranquila, ya veré como lo soluciono...ahora debo irme.

- ¿Qué? Pero, ¿Por qué? - porque tal vez sea mi propio hermano que quiera matarme para quedarse con todo.

- Recibí una llamada - miento.

- Ah...ok.

Me despido de mi cuñada. Estoy entre sorprendido, incluso dolido, pero de algo estoy seguro, si me llega pasar algo malo, ellos no serán mis herederos.

Ella es para mí.👫🏻🫶🏻♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora