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MARATÓN 3/4.

T/N BELTRÁN.

- Buenos días, hija... ¿Cómo amaneciste? - pregunta mi padre.

- Buenos días, papi - evito mirarlo, me da vergüenza.

Me lo encuentro en la barra de la cocina comiendo un bol de cereales, al lado tiene un vaso de leche, y de a poquito le va agregando a los cereales.

- ¿Cómo amaneciste en tu primer día de casada? - muy follada.

- Pues...bien - me arden las mejillas. ¡Qué vergüenza!

- Hija, estaba pensando...tú vas a empezar una nueva vida a lado de tu marido, por eso he decidido irme a Tucson...no quiero ser una molestia para nadie - me dice y le da un sorbo a su vaso de leche.

- ¡No eres ninguna molestia! - exclamo - Papá, no te dejaré ir...acabas de ser operado, necesitas reposo y si te vas a Tucson, me iré contigo - mi padre sonríe.

- Buenos días, señor Beltrán - nos interrumpe Cesar.

- Buenos días, señor Parra... ¿Cómo amaneció? - responde mi padre.

- Excelente - dice Cesar, sonriéndome maliciosamente, provocando que me sonroje. Él solo lleva su pijama, y sé ve muy sexy.

- Estaba diciéndole a mi hija, que no quiero estorbarle y por eso me iré a mi casa en Tucson.

- ¡Que no! - interrumpo indignada - No te irás a ninguna parte. Por dios, papá. Acabas de ser operado - detesto cuando se pone testarudo.

- Su hija tiene razón, señor Beltrán. Usted acaba de salir de una peligrosa operación, debe cuidarse - por lo menos mi marido está de acuerdo conmigo.

- Pero yo no quiero molestarlos. Ustedes están recién casados - ¡Pero qué terco es este hombre!

- No molestará...quédese con nosotros hasta que sienta que ya puede cuidarse usted solo - le dice mi marido.

- Lo pensaré - al menos lo pensará.

- ¿Quieres que te prepare algo? - le pregunto a mi marido.

- Lo que tú desees estará bien para mí.

- ¿Te apetece una tortilla?

- Por mí está bien. Por cierto, Andrea nos invitó almorzar en casa de mis padres, y le dije que sí.

- ¿Conoceré a tus padres? - pregunto nerviosa.

- Sí.

Cesar y yo vamos por la interestatal 5 hacia el norte en dirección al puente de la 520 en el cámaro. Vamos a almorzar con sus padres. Yo estoy hecho un atado de nervios.

- ¿Me dejarás conducir este auto? - necesito distracción.

- Mmm, ¿Sabes conducir?

- ¡Por supuesto que sí! - Cesar, suelta una carcajada riéndose de mí.

- Entonces lo pensaré.

Taylor y un tal Swayer, nos vienen siguiendo.

- Pero como le hagas una abolladura, te llevaré al cuarto de juegos y te follaré hasta que grites pendiendo que pare - él parece encantado, relajado y yo estoy sorprendida.

- ¿Tú me quieres llevar a tu cuarto rojo? - siento una pizca de curiosidad por ir.

- Honestamente sí.

- ¿Y si me niego? - lo provoco.

- Estás en tu derecho - se pone serio - No te obligaré a nada - su sonrisa ha desaparecido.

Ella es para mí.👫🏻🫶🏻♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora