CESAR PARRA.
T/n, empieza reírse por mi loca propuesta. No me hace gracia su reacción.
- Imaginé que me pedías matrimonio - dice riendo.
- No lo imaginaste...te acabo de pedir matrimonio - ella deja de reír, y sus ojos se agrandan. Está atónita. Si ya sé que es una locura.
- ¿Por qué...si no nos conocemos? - pregunta estupefacta.
- Si nos casamos podremos conocernos mejor.
- Es una locura... ¿Estás bien?
- Estoy muy bien, T/n....quiero casarme contigo - contesto.
- Cesar, cuando una pareja decide casarse es porque se aman, se conocen y se dan cuenta de que no pueden vivir el uno sin el otro - susurra. Siento un picor en el cuero cabelludo, ¿Va a rechazar mi propuesta? - Nosotros no sentimos eso - siento como la ansiedad aumenta y atenaza en mi garganta.
- Pero, yo quiero casarme contigo - le digo y de repente me siento desesperado.
- Creo que el alcohol o tal vez las ostras están haciendo efecto en ti, y por eso estás hablando tonterías - se ríe nerviosa.
- Estoy muy cuerdo, T/n.
- Estás loco... ¿Qué se supone que debo contestarte? - murmura asombrada e incrédula.
- Contéstame que sí acepta - por favor, nena. Di que sí. Ella inspira hondo...abrumada por toda esta situación.
- Hagamos algo...deja que lo piense y luego te respondo...ahora tengo muchas cosas en la cabeza además estoy preocupada de mi padre - responde.
- Eso no es un no.
- Tampoco es un sí - al menos dijo que lo pensaría.
Creo que si estoy loco, acabo de pedirle matrimonio a T/n Beltrán, con el objetivo que sea mi única heredera...es una locura, pero ¿A quién más puedo dejarle mi fortuna si esos malnacidos logran su objetivo? Parra, no seas idiota y admite porque te quieres casar con ella.
- Eres raro - me dice T/n.
- ¿Por qué lo dices?
- No sé...estás aquí pidiéndome matrimonio sin haber pasado por el proceso de los novios...
- Eso no va conmigo, señorita Beltrán.
- Por supuesto. Lo tuyo son las sumisas - murmura sarcástica.
- Es lo único que conozco, T/n. No sé hacer los corazones y las flores.
- ¿Cómo llegaste hacer lo que sea que hagas? - no esperaba que preguntara algo así. Nunca he hablado de ello con nadie con tanta franqueza, pero creo que puedo fiarme de ella, así que escojo las palabras con mucho cuidado. T/n, le da un sorbo a su copa.
- Una amiga de mi madre me sedujo cuando yo tenía quince años.
- ¿Una amiga de tu madre? - pregunta asombrada - ¿Qué edad tenía ella?
- La edad suficiente para saber lo que hacía - ella aparta su plato. Creo que no seguirá comiendo, pero ha comido muy poco - Sus gustos eran muy especiales. Fui su sumiso durante seis años - añado.
- Come, T/n....por favor - no me gusta que ella no se alimente como es debido.
- Espera...acabas de soltar una bomba y me pides que siga comiendo...déjame asimilarlo por favor - replica indignada ¿Por qué se molestó? Suelta un suspiro después de unos segundos.
- ¿Y nunca saliste con nadie de tu edad? - pensé que no seguiría con sus preguntas, pero me equivoqué.
- No.
Sí, salía con alguien en la universidad. Reina, me hubiera matado. Ahora que lo pienso fue más mi temor a Reina, que no follé con alguien de mi edad.
- Sigue comiendo - le digo.
- Se me quitó el apetito - susurra.
- Por favor, T/n....come, no me gusta desperdiciar la comida.
- ¿Por qué nunca saliste con alguien de tu edad? - insiste.
- ¿De verdad quieres saberlo?
- Sí.
- Porque no me interesé en nadie. Solo tenía ojos para Reina.
- ¿Para quién?
- Reina Lincoln...la mujer que fue mi ama.
- Ya veo...debiste amarla mucho - ¿Qué? - ¿Sigues viéndola?
- Por supuesto...es una buena amiga - eso me recuerda que también debo ponerla a ella en mi testamento.
T/n, parpadea un par de veces, mientras asimila lo que acabo de decirle.
- ¿Y entonces porque no seguiste con ella, si tanto te gustaba?
- Porque se acabó - respondo. Estoy empezando irritarme, ya no quiero seguir hablando de esto.
- ¿Tu madre supo que tenías un romance o lo que sea con esa señora? - noto un deje de odio hacia Reina.
- Por supuesto que no - mi madre nos hubiese matado a ambos - Come, T/n.
- No me apetece - joder...esta mujer es complicada, me pregunto qué opinaría Reina, con respecto a la pequeña señorita Beltrán, y de la locura querer casarme con ella.
- Por lo menos come la mitad de la comida - mi voz suena más dura de lo que pretendía.
- ¿Cuál es tu problema con la comida? - dice desafiante.
- Si fueras mi sumisa no te permitiría estas faltas.
- Pero no lo soy, señor Parra - se pone de pie - Gracias por la cena...pero ahora debo ir al hospital - me quedo sorprendido con la facilidad que ella me hace enojar. Así no había planeado esto. Joder, ella está cabreada conmigo.
- Disculpa...no debí decir eso - suavizo mi voz. No quiero que se enoje conmigo.
- Estoy cansada, y debo ir a ver cómo está mi padre.
- Ok, yo te llevo.
Durante el camino al hospital, T/n no dijo ni una palabra. Estaba sumida en sus pensamientos. Espero que sea mi loca propuesta que la tenga pensativa y no que esté pensando en cómo dejarme. Hemos llegado al hospital, deben ser alrededor de las diez de la noche.
- Buenas noches - dice T/n, a la recepcionista - Quisiera saber cómo está Antonio Beltrán...sé que hoy lo operaron.
- ¿Es pariente del señor Beltrán? - pongo los ojos en blanco. Ya debería saber que T/n, es hija del señor Beltrán... ¿Acaso no la recuerda?
- Soy su hija - contesta T/n.
- Espere un momento - la estúpida empieza a teclear el ordenador.
- El señor Beltrán, fue operado...los doctores están a la espera para ver cómo evoluciona - noto como mi nena decae.
- ¿Él está bien? ¿Puedo verlo?
- No...puede ser que hasta mañana logre verlo.
Mi T/n, pone carita triste.
- Seguramente ya mañana lograrás verlo. Estará bien - le digo para darle ánimo, pero no funciona.
- ¿Hay alguna posibilidad que yo pueda hablar con el doctor?
- No lo sé - responde la joven.
- T/n - dice una voz masculina, ambos nos volteamos.
¿Pero qué mierda hace este idiota aquí?
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Ella es para mí.👫🏻🫶🏻♥️
ParanormalUna fiesta de máscaras, que lo cambia todo. Una hermosa mujer, que salva a un extraño de ser asesinado. Un hombre inteligente, y mujeriego. Que no sabe quién quiere deshacerse de él. Una amenaza que lo llevará conocer lo que nunca imaginó, y lo que...