①①

744 59 2
                                    

MARATÓN 3/5.

T/N BELTRÁN.

- He llegado, pero dejé mi maleta en el taxi...no quise sacarla, por si decides cambiar de opinión, y no quieras darme hospedaje en tu casa - me dice Cornelio, reclamándome.

- Por supuesto que te quedarás en mi casa, eres mi amigo - contesto irritada.

- Es que supuse que ya no me querías en tu casa, como me dejaste solo, por irte con tu amigo - fulmina con la mirada a Cesar, quien lo está con expresión impasible. Obviamente, él no se siente intimidado por Cornelio.

- No seas tonto...ve a sacar tu maleta, para que subamos - Cesar, me observa con expresión fría.

Cornelio, regresa al taxi por su equipaje.

- Señorita Beltrán...debo irme, por cualquier cosa llámeme - su tono es distante y frío. Mi corazón se encoge un poco.

- Gracias por el aventón, señor Parra - sonrío nerviosa... ¿Por qué tiene que ponerme nerviosa? Respiro hondo, debo calmar mis nervios.

- De nada - tiende su mano - Hasta pronto, T/n - nuevamente siento esa corriente, por todo el cuerpo.

Él suelta mi mano, se voltea y camina hasta su auto. Su chofer lo espera con la puerta abierta, él antes de entrar al auto me dice.

- Nos vemos luego, T/n - me guiña un ojo, como si escondiera un secreto y entra al auto. Taylor cierra la puerta y se sube en el asiento del piloto.

- ¿Quieres un trapo para tus babas? - me recrimina Cornelio, llegando a mi lado nuevamente.

- No sé de qué hablas...desde que conociste al señor Parra, te has vuelto autoritario y te has tomado ciertas confianzas - le regaño, por su actitud hostil con Cesar Parra.

- Ese idiota, cree que por tener dinero puede hacer lo que quiera.

- No quiero seguir discutiendo contigo, ¿Subamos?

El auto del señor Parra se empieza mover, y se incorpora al tráfico nuevamente, alejándose del edificio donde vivo.

Cornelio y yo subimos al departamento.

- ¿Ese es el tipo de hombre que te gusta, T/n? ¿Un tipo con dinero? - no puedo creer que Cornelio, diga algo así de mí.

- No pensé que pensabas eso de mí...pensé que me conocías - no puedo evitar entristecer.

- Disculpa...no fue mi intención herirte - dice apenado.

- Ok...pero no quiero que vuelva insinuar algo tan estúpido. El señor Parra es solo un conocido - un conocido por quien te sientes atraída, me gruñe mi subconsciente. De acuerdo me gusta, es atractivo, guapo. Pero nada más que eso.

- Haré de cenar, después te arreglo el sofá para que duermas.

Cornelio se olvida del señor Parra, porque ya no lo menciona, hemos cenado recordando nuestra niñez.

- Yo voy - dice levantándose de la mesa, para ir a abrir la puerta.

- Ok - yo también me levanto para recoger los platos.

- ¡¿Usted?! ¡¿Qué hace aquí?! - escucho que dice Cornelio, molesto y en voz alta.

- He venido a ver a la señorita Beltrán - ¡Oh dios! ¡Es Cesar! Mi ritmo cardiaco empieza acelerarse.

Prácticamente, voy corriendo hacia la sala de mi casa, donde ya está instalado el señor Parra.

- Señor Parra - ¡Madre mía! Lleva una chaqueta negra de cuero, camisa negra con rayas rojas y blancas y unos pantalones negro que le caen de forma muy seductora sobre las caderas. Se ve buenísimo, alucinantemente guapo.

- Señorita Beltrán, he venido a verla, espero no interrumpir - se acerca a mí y me tiende la mano.

Cuando cojo su mano nuevamente siento esa corriente, que me recorre y me enciende el cuerpo, no puedo evitar sonrojarme. ¿Por qué es tan guapo? Creo que él nota mi respiración irregular.

- ¿A qué ha venido, señor Parra? - espeta Cornelio. Joder, Cornelio estaba aquí, el señor Parra, hace que me olvide del resto del mundo.

- No he venido a verlo usted - responde Cesar, con tono cortante.

- ¿Quiere algo de beber? - no le des las únicas copas que te quedan, me dice mi subconsciente.

- Un café - se sienta en el sofá.

- Ahora se lo hago...me refiero al café - tranquila, T/n. Él se dará cuenta de que te pones nerviosa. Me regaña mi subconsciente ¡Cállate entrometida!

- Yo también quiero un café - creo que Cornelio está enojado

- Ya voy.

Me voy a la cocina, mi corazón martilla fuertemente en mi pecho. Trato de calmar los latidos de mi corazón, pero parece imposible, de forma nerviosa, busco dos tazas.

Regreso a mi sala con las dos tazas de café, la tensión entre Cesar y Cornelio es más que evidente.

- Su café, señor Parra - con manos temblorosas le doy su taza de café, él al recibirlo roza sus dedos con los míos, y nuevamente la corriente me hace estremecer.

- Tú...café...Cornelio - digo nerviosa, siento la mirada del señor Parra.

- Gracias, T/n - dice Cornelio y me fulmina con la mirada.

- ¡Joder! - chilla Cornelio y le escupe el café al señor Parra en el pecho - Este café está horrible, T/n.

- Señor Parra, ¿Está usted bien? - me acerco de inmediato, preocupada.

Trato de tocarle el pecho, debe apartar la tela de la camisa, no quiero que se queme.

- Yo puedo, T/n - no deja que lo toque, dejándome petrificada. ¿Se ha molestado?

- ¿Quiere quitarse la camisa?

- No, estoy bien - contesta frío.

Miro a Cornelio, quien me mira furioso, estoy por decirle algo cuando escucho sonar el timbre.

Voy a abrir la puerta, dejando al señor Parra, y a Cornelio en un duelo de miradas.

- Buenas noches, señorita Beltrán...espero no molestar - dice el conserje.

- Buenas noches, ¿Ocurre algo? - no es habitual que él venga a visitarme.

- Sí, hay una fuga de gas en el edificio, y no sabemos en qué departamento se ha originado.

- Aquí no es - le digo.

- Aun así, usted debe dejar el departamento al menos por esta noche.

- ¡¿Qué?! ¿Y dónde voy a dormir? - está asombrada.

- No lo sé, pero este edificio debe quedarse sin gente, hasta que se descubra donde es la fuga.

- Entiendo...gracias por avisarme - él me sonríe.

- Disculpe las molestias.

- No importa...mejor es prevenir que lamentar - respondo.

Supongo que tendré que ir a hospedarme a un hotel.

- ¿Qué ocurre, T/n? - me pregunta Cornelio.

- Debemos ir a un hotel...hay una fuga de gas en el edificio, y deben sacar a la gente.

- Maldición - espeta él.

- Señorita Beltrán...quédese a mi casa - dice el señor Parra, dejándome atónita ¿Yo en la casa del señor Parra? No es buena idea - Me imagino que no tiene donde quedarse, venga conmigo - trago saliva.

- Pero... ¿Cornelio también vendrá? - no voy a dejar a mi amigo solo por ahí.

- Él puede irse a un hotel...si quieres le digo a mi chofer que venga por él.

- No me parece buena idea. Yo voy a donde vaya, T/n - gruñe Cornelio.

- La señorita Beltrán, estará bien...yo la cuidaré por usted. Vaya tranquilo - dice Cesar.

¿Qué hago? ¿Voy o no voy?

Ella es para mí.👫🏻🫶🏻♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora