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MARATÓN 4/5.

CESAR PARRA.

El conserje hizo un excelente trabajo, fue muy convincente con lo de la fuga de gas, hasta yo casi me la creí. Obviamente, no lo hice, si yo mismo fui quien le pidió que dijera esa mentira. Necesitaba algo creíble para sacar a la señorita Beltrán de su departamento, por ningún motivo la iba a dejar sola con Cornelio. Mierda, Vega. Es obvio que él siente algo por ella, y yo no iba a correr el riesgo que el imbécil de Vega la conquiste.

- Bienvenida a mi casa - le digo un poco ansioso - ¿Quieres tomar una copa? - de repente me he puesto nervioso.

- Sí, gracias - responde tímidamente.

Creo que en la nevera para vinos tengo Pouilly Fumé.

- Siéntete cómoda, ya regreso - le indico unos de los sofás.

En la cocina, me quito el chaleco, me siento muy ansioso. No entiendo por qué.

De la nevera saco la media botella de Pouilly Fumé. ¿Y si no le gusta? ¿Debería ofrecerle otra cosa?

Cuando regreso al salón, T/n contempla el salón.

- Espero que te guste el Pouilly Fumé.

- No tengo ni idea de vinos, Cesar. Estoy segura de que será perfecto - habla en tono cohibido. ¿Qué le sucede?

- ¿Te sientes bien?

- Sí...yo solo, estoy preocupada por Cornelio, no debí dejarlo solo - mierda es eso. ¿Será que ella siente algo por él? Dios, espero que no.

- Tu amigo estará bien...se quedará en la suite del Fairmont Olympic Hotel.

- No era necesario hacer algo así - me sonríe, y mi corazón da un brinco.

- Es lo menos que puedo hacer, después que usted salvó mi vida.

- Solo hice lo que cualquier persona en mi lugar haría - ¿Qué me sucede con ella?

- Toma - le tiendo la copa, ella nerviosa lo toma y lo bebe de inmediato.

- Tu casa es muy grande - cambia bruscamente de conversación.

- No es tan grande - le quito importancia, solo tiene novecientos metros cuadrados.

Le doy un sorbo a mi copa. Necesito que ella se relaje para que firme el acuerdo confidencial y después proponerle que sea mi sumisa.

- Y tienes un salón de música, ¿Tocas? - ahora quisiera tocarte a ti.

- Sí.

- ¿Y lo haces bien? - ella es curiosa.

- Otro día te mostraré mis dotes en la música, ¿Quieres sentarte?

- Quisiera ir al baño - dice después de unos minutos.

- Acompáñeme...

T/n, está en el baño y yo aprovecho ir a mi estudio para buscar el acuerdo de confidencialidad.

- Este lugar es muy lujoso - dice abrumada cuando regresa al salón.

- Puede ser - no sé por qué le abruma el lujo.

Joder, ella empieza morderse ese sensual y carnoso labio. Mi pene se agita en mis pantalones.

- No te muerdas el labio.

- Disculpa...no era consciente que lo hacía, no pensé que te molestaría - responde ella, y deja de morder sus labios, los dientes le dejan unas pequeñas marcas en el labio inferior.

- No es eso...es que me dan ganas de morderlo.

- Yo quiero que lo haga - dice desafiante.

- No te tocaré...no al menos que tenga tu consentimiento por escrito.

- ¿De qué hablas? - pregunta desconcertada.

- Quiero que firme esto...es un acuerdo de confidencialidad - lo dejo en la mesita de centro.

- ¿Qué significa todo esto, Cesar? - me ha llamado por mi nombre.

T/n observa confundida el acuerdo de confidencialidad.

- Significa que no puedes contar nada de lo que te diré. Nada a nadie...es un modo de proteger mi intimidad...espero que lo entienda - me disculpo.

- ¿No confías en mí? - puedo notar cierta molestia en su voz.

- No es eso...es solo que te diré cosas de mi estilo de vida que son muy íntimas.

- Ya veo...está bien, lo firmaré - me arrebata el bolígrafo que sostenía en mi mano, y se va a sentarse en el sofá - ¿Dónde firmo? - toma el acuerdo de la mesita.

- ¿No vas a leerlo? - cómo puede ser tan confiada. ¿Sus padres nunca le dijeron que debe leer antes de firmar cualquier cosa?

- No creo que tengas intención de estafarme...no tengo donde caerme muerta - contesta enojada. Lo he cabreado.

- Buena puntualización, señorita Beltrán - ella me da una mirada reprobatoria y firma - Hay otro contrato que me gustaría que firmes, pero para eso debo mostrarte algo - ¿Debería hacer esto con ella? Me imagino que no es virgen, es una adulta.

- ¿De qué va todo esto, señor Parra? - ya no soy Cesar, soy el señor Parra nuevamente.

- Ven - tiendo mi mano. Joder, estoy nervioso. Solo quiero que ella acepte ser mía. La deseo demasiado.

Perpleja, coge mi mano.

Subimos a la planta de arriba, donde nos detenemos ante la puerta de mi cuarto de juegos. El corazón me golpea en el pecho. Muy bien, ya estoy aquí, y ahora le mostraré quién soy.

- Ahora vas a verme, como soy - con las manos temblorosas abro la puerta. Solo espero que no se marche corriendo cuando descubre como soy.

Dejo que ella entre primero. Encendió la luz.

- ¿Qué es todo esto? - pregunta horrorizada. Mierda, lo que menos quiero es asustarla.

- Aquí es donde soy yo realmente - ella observa en shock la habitación. Fija su mirada donde están los látigos, las varas, los cinturones de cueros.

Ella guarda silencio, mientras que yo lo único que oigo es el latido ensordecedor de mi corazón. Por favor no te asuste.

- Di algo, por favor - le suplico. Su silencio es insoportable.

- ¿Esto...esto es algo relacionado con el BDSM? - pregunta estupefacta.

- Así es...yo soy un amo - ya está, ya se lo dije.

- ¿Un amo? ¿Qué es eso? - ¿Realmente es tan inocente como parece?

- Te lo explicaré de esta forma - inspiro hondo - Quiero que tu T/n, te rindas ante mí voluntariamente.

- ¿Qué? ¿Por qué? - palidece. No es buena señal

- Porque te he deseado desde que te conocí.

- ¿Y exactamente qué quieres que yo haga?

- Quiero que firmes un contrato donde aceptas ser mi sumisa - ella abre los ojos como platos.

- ¡¿Estás loco?!

Ella es para mí.👫🏻🫶🏻♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora