INSPIRACIÓN

1.7K 113 9
                                    

MAFIN

~INSPIRACIÓN~

—Carmen, voy al almacén a desembalar las cajas de esencias nuevas que han traído.

—Ve tranquila. Yo me quedo aquí atendiendo. De todos modos, no parece que vaya a haber mucho movimiento hoy por aquí.

Fina salió de la tienda por la puerta que había justo detrás del mostrador hacia el almacén. Allí cogió una de las cajas y la desprecintó. Sacó uno de los envases. Le gustaba mucho ese momento: el instante en el que descubría el nuevo diseño y la apariencia de las fragancias que vendían en la tienda.

«Inspiración», leyó acariciando con la yema de los dedos el nombre en relieve sobre la superficie de cartón. Doña Marta había estado trabajando muy duro para conseguir que esa esencia saliera al mercado. Su hermano, Don Jesús, se había opuesto con fuerza pero aliada con Miguel y con su otro hermano, don Andrés, al fin alcanzó su objetivo. Ahora Fina tenía en sus manos algo creado por ella, ya que aunque Miguel era el responsable de elaborar las fragancias, en esta ocasión había trabajado utilizando ciertos aromas concretos que doña Marta le había pedido. Igual que el nombre y el diseño de la caja: habían sido idea suya y don Andrés, con sus dotes para el dibujo, había plasmado en ella justo lo que había pedido su hermana.

Echó un vistazo a la puerta y después al acceso trasero por el que se podía entrar en el almacén desde donde los mozos descargaban los productos nuevos que traían desde la fábrica. Estaba sola. Sacó el frasco de la caja y pulverizó un poco de esencia en el aire. Cerró los ojos tratando de captar los olores sin interferencias. Era fresco, con un toque dulce, pero intenso.

Dejó el frasco fuera de la caja. Ese lo usarían en tienda como muestra. A continuación, comenzó a sacar las demás y a colocarlas en las estanterías del almacén para que estuvieran más accesibles a la hora de reponer en la tienda. Colocó bien alineados todos los envases. Echó un vistazo a la estantería para asegurarse de que estaba todo correcto y que no hubiera ninguno demasiado al filo que pudiera sufrir un percance. Empujó ligeramente una caja con los dedos. «Así, perfecto». Se quedó observándola. Era el perfume que usaba doña Marta. Acarició el nombre, delineándolo con el dedo índice. Entonces, volvió a cerciorarse de que estaba sola. Sacó un frasco y pulverizó un poco, esta vez sobre la parte interior de su muñeca. La acercó a la nariz y aspiró. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.

—¿Qué estás haciendo?

La voz de doña Marta la sobresaltó.

—¡Ay! Disculpe, doña Marta. Es que... estaba tratando de decidirme por un perfume para... para regalárselo a una amiga.

Doña Marta se acercó a ella despacio, con ese caminar elegante tan característico suyo, con una carpetilla abrazada contra el pecho. Cuando llegó junto a Fina cogió el frasco que tenía en la mano y sus dedos se rozaron. Fina sitió de nuevo ese escalofrío atravesándola de pies a cabeza, deseando que doña Marta no se hubiera dado cuenta del modo que le afectaba su presencia, allí, tan cerca. El propio perfume de la mujer le llegó con intensidad, golpeándola y envolviéndola como un torbellino, como tantas otras veces.

—Lucenda —leyó en voz alta—. Es el perfume que yo uso.

—¡Ay! Disculpe, doña Marta. Quizá le molesta que yo...

—Para nada —la cortó—. Las esencias están para que pueda usarlas cualquier mujer. Que yo utilice esta no significa que nadie más pueda hacerlo.

—La verdad es que huele muy bien. —En cuanto las palabras salieron de su boca, se arrepintió y un rubor le tiñó las mejillas.

—Lo que pasa es que en cada piel, la fragancia adquiere una tonalidad diferente y única. ¿Puedo? —le preguntó señalando con los dedos hacia la muñeca de Fina.

—Por supuesto.

Doña Marta dejó el frasco sobre la balda de la estantería y se aproximó unos centímetros más a Fina. Envolvió con suavidad su muñeca y la elevó hasta acercarla a unos centímetros de su nariz. Doña Marta cerró los ojos y Fina notó la respiración de la mujer sobre su piel, haciéndola estremecer.

—¿Ves? —dijo doña Marta abriendo los ojos y mirándola directamente a los suyos. Estaban cerca. Muy cerca—. El mismo perfume, distinto olor. Mira.

Doña Marta se apartó un poco el pelo y le ofreció su cuello.

—Huele —la animó.

Fina hizo lo que le pedía. Se inclinó hacia ella y según se acortaba la distancia entre las dos, el calor de su cuerpo la envolvió como un abrazo. Se acercó un poco más y, sin quererlo, su nariz rozó levemente la piel del cuello de doña Marte, que se erizó al momento. Fina aspiró el aroma queriendo llenarse de ella y escuchó como la respiración de la mujer se entrecortaba.

—Sí, es completamente diferente —confirmó casi en un suspiro Fina algo aturdida, descolocada, apartándose un poco.

Doña Marta volvió la cabeza hacia ella y Fina se perdió dentro de su mirada. «Si supiera doña Marta lo que estoy sintiendo ahora mismo, se escandalizaría», pensó Fina queriendo tomar cierta distancia, pero sin poder hacerlo. Era como si un campo magnético la mantuviese unida a ella.

—¿Has probado el nuevo perfume? —preguntó doña Marta y la voz le salió en apenas un susurro entrecortado.

—No —mintió Fina.

La mujer cogió el frasco de esencia que había dejado Fina fuera de su caja.

—¿Me permites? —le preguntó solicitándole la otra muñeca.

Fina, en un arrebato, desobedeció su solicitud y tomó la iniciativa ofreciéndole su cuello, mirando a doña Marta de soslayo, pero desafiante, para comprobar su reacción. Esta dejó la carpeta sobre el estante y se acercó un poco más a ella. Le acarició con los dedos la piel, apartándole el pelo ella misma. Fina cerró los ojos al sentir su contacto y contuvo la respiración tratando de reprimir un gemido. Cuando sintió las gotas acariciar su piel, este escapó de manera tímida de su garganta.

Temía abrir los ojos y encontrarse con la mirada de reproche de doña Marta. Aquello había estado fuera de lugar. Entonces, sintió la nariz de la mujer rozar su cuello y, después, su cálido aliento al susurrarle:

—Esta fragancia la he creado pensando en ti. Tú eres mi inspiración.

MAFIN - TRES DÍAS, DOS NOCHESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora